En Cuba hay que rezar por los frijoles

Osmel Ramírez Álvarez

El valle de Mayarí posee tierras de gran fertilidad.

HAVANA TIMES — Por mucho que el gobierno estadounidense tenga asesores, tecnologías y recursos para mantener bien informado a su presidente, dudo mucho que se imaginen siquiera algunos detalles de cómo funciona Cuba.

Aparte de hacer periodismo, ya he mencionado en mis artículos que me dedico a otros trabajos para sobrevivir. Uno de ellos es trabajar la tierra y criar cerdos. Por ello estoy asociado a una cooperativa, una CCS similar a la que dirige aquel personaje que interactuó con Obama en el encuentro que sostuvo con los empresarios y cuentapropistas.

Hoy, mientras espero a los compradores de Acopio para venderles mi cosecha de frijoles, me acordé de ese día. Recuerdo que aquel señor, que fue entrenado previamente para expresar lo que dijo, culpaba al bloqueo por falta de insumos y maquinarias y que todo ello redundaba en afectaciones productivas. Así decía.

Obama le respondió magistralmente y no creo que hubiese podido prepararse de antemano para esta pregunta específica. Le habló de la agricultura orgánica y de los buenos precios que tienen sus productos en el mercado, principalmente en los países ricos. Le preguntó por qué a falta de químicos y maquinarias no han explotado esta variante.

Al mismo tiempo le aseguró estar trabajando por el fin del bloqueo y el interés de su gobierno en que se comercie directamente con las cooperativas y los agricultores cubanos. Fue algo tan mecánico y preconcebido por parte del cooperativista que ni siquiera pidió responder.

Pero ¿qué cosa es una CCS? Ahora mismo les digo. Es una entidad estatal, que dicen que no lo es, y que el Estado impone a los campesinos con tierras propias o en usufructo, para negociar sus producciones, acceso al crédito, a los insumos, a las maquinarias y a la comercialización. Tiene personalidad jurídica y aunque por ley es obligatorio asociarse so pena de perder la tierra, en la práctica no se penaliza al que no se asocia si la tierra es propia. Solo te excluyen.

El tabaco es un cultivo muy difundido en nuestra cooperativa.

Si no es a través de la cooperativa, aunque tengas tierras, no tienes derecho a créditos bancarios, ni acceso al seguro, ni a los paquetes tecnológicos que proveen insumos, semillas y uso de maquinaria estatal. Por ejemplo, está prohibido sembrar tabaco fuera de un contrato con la empresa Cubatabaco, que ofrece un paquete tecnológico. Solo se puede hacer a través de la CCS (Cooperativa de Créditos y Servicios).

Por ello te cobran de un tres a un cinco por ciento del ingreso bruto que pasa por su contabilidad, además del cinco por ciento como impuesto al Estado. Todo fuera una simple imposición si no se arrastrara, en el 99 por ciento de los casos, gran ineficacia en su gestión. Los campesinos sufrimos mucho de ese burocratismo, de los constantes incumplimientos. Tanto que es muy raro que algo salga como se planifica.

Casi nunca el bloqueo o la falta de recursos es la verdadera causa del incumplimiento. Lo que vemos es burocratismo, exceso de jefes y de reuniones, demasiada planificación que no se cumple ni permite improvisar. Nuestra presidenta ya no tiene cara en las reuniones para enfrentar a los socios, porque jamás se puede cumplir con lo estipulado. Lo peor es que nadie parece tener la culpa. Demandar es inútil, pues resulta una desgastante pérdida de tiempo.

Y es cierto. Ninguno de los funcionarios son los culpables. Es el sistema que está diseñado para funcionar con “el hombre nuevo”. El Che tenía razón en eso. Con los seres humanos reales, con los que conocemos, el sistema comunista cubano no funciona. Tal vez con androides, creados con ingeniería genética para ese propósito, se pueda conseguir un mejor resultado.

Casi termino de escribir el artículo y el carro de Acopio no llega. El compromiso era para tres días atrás y hasta hoy nada. ¡Qué ineficiencia! Me anoté para el paquete tecnológico y la semilla nunca llegó. Sembré tarde con semilla resuelta con otro campesino y eso atentó contra los rendimientos. Los insumos los compré a sobreprecio en el mercado negro. Ahora hasta comercializar lo producido es una tortura. Lo peor es que si se infestan con bichos, por la demora, no me los compran y el que pierdo soy yo.

La masa ganadera está urge de mejoramiento genético.

Así se trabaja en Cuba. Se trabaja mal. Todo es ineficiencia, ineptitud, ineficacia. Estoy seguro de que no se trata de defectos genéticos de los cubanos. Esos mismos funcionarios van de misión a otro país y son fieras trabajando y haciéndolo todo bien. Un sistema económico diferente y un poquito de dinero del que vale, hacen toda la diferencia.

Si emigran para la Florida, ni hablar. Allí son superhombres. Dos o tres trabajos y no quieren ni dormir.  Es el sistema, no cabe duda. Y a Obama lo querían convencer de que el bloqueo es el que afecta la eficiencia. Muy bueno el ejemplo que le puso de la agricultura orgánica, pero ni soñarlo. Con Acopio comercializando se pudren los vegetales y las viandas, esperando el dichoso camión.

El mío parece que hoy tampoco va a llegar. No soy creyente, pero creo que aun así voy a tener que rezar por mis frijoles.
—–

Foto de portada: Yosvani Deyá
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