El bloqueo de EE.UU. hacia Cuba ¿error o acierto?

Por Osmel Ramírez Álvarez

Photos: Juan Suarez

Hijos de la Patria.

HAVANA TIMES – Todo acto de bloqueo es incorrecto e incluso puede ser criminal en dependencia de las circunstancias, sea entre naciones, entre etnias o incluso dentro de un mismo pueblo. Cuba, ¡pobrecita Cuba!, mira que sufre de bloqueos.

Está el bloqueo político de los comunistas al resto del pueblo, mediante el modelo de partido único y elecciones sin elección; también el bloqueo económico que ejerce el Estado totalitario sobre el sector privado y cooperativo; otro bien conocido es el bloqueo del Índer (Instituto de Deporte) al deporte de calidad, prohibiendo que los cubanos en el extranjero integren nuestros equipos internacionales.

Y entre muchos otros prevalece el bloqueo político, económico y social impuesto por el sistema pseudo-socialista a los cubanos emigrantes, solo reconocidos por pedazos y a cambio de mezquinos intereses coyunturales. En último lugar está el más famoso de todos: el estadounidense hacia Cuba.

El Gobierno cubano lo llama bloqueo y EUA embargo – mucho se discrepa entre si es una cosa u otra. Desde el punto de vista conceptual sería embargo, pero por su carácter extraterritorial asume connotaciones de “guerra económica”y ahí comenzaría a ser un bloqueo.

Particularmente considero que los EUA deberían promover una ley que anule su carácter extraterritorial, (leyes Helms Burton y Torricelli principalmente) y dejarlo, si es la voluntad nacional, solo como embargo, hasta que las relaciones entre los dos países se normalicen.

Las consecutivas resoluciones de la ONU contra “el cerco” justificarían esa acción, a fin de no estar en desacuerdo con la unanimidad internacional al respecto. No puede ser que todo el mundo esté equivocado en ese tema, menos EUA e Israel, que son casi lo mismo.

El periódico.

Desde el punto de vista ético el embargo-bloqueo es incorrecto; desde el jurídico, es ilegal; desde el humanitario, es criminal; y desde el moral es reprochable. Son los nuevos tiempos. Si fuese la época de Roma, nadie lo criticaría.

Es por ello que 191 países lo condenan, lo cual no significa que aprueban el sistema cubano. Pero así lo presentan subliminarmente desde La Habana. Y solo dos naciones lo aprueban, casualmente dos que aún ven la violencia de la guerra como solución a los conflictos internacionales. Es algo arcaico, del pasado, que debe ser superado.

Tanto el bloqueo como sus efectos son alimento para el sistema cubano. Ellos hablan de eliminarlo confiando en la tozudez de la política estadounidense y en la primacía en ese país de la vieja política cubana, (del exilio histórico, donde prevalece lo sentimental sobre lo prudente y estratégico). Confían ciegamente en que no lo quitarán. Obama los sorprendió y los puso a temblar con su estrategia diferente.

Casi infartan, pero llegó Trump asesorado por la posición de siempre y les calmó los nervios. ¡Bingo!, ya pueden seguir hablando mal de los EUA, echarle la culpa de los problemas de Cuba y seguir ocultando tras el traje de víctimas del imperio, sus fallas y falta de libertades al pueblo.

Las medidas de Trump retrasarán, al menos, una década más los cambios que Cuba necesita. Cuando se asfixia a Cuba, no es al Gobierno, es al pueblo. Y eso, en el contexto cubano, no se traduce en rebeldía popular como se sueña, solo en miseria y emigración.

Esperando un taxi.

No vale quejarnos o enfadarnos con nuestro pueblo porque no reacciona de una forma u otra. Si no sucede lo que debería esperarse, es porque no se ha analizado objetivamente el asunto ni buscado la solución acertada. El bloqueo y la distención no resolvieron el problema cubano durante 58 años y mucho menos lo van a hacer ahora.

A eso se le llama torpeza política. A sus promotores siempre les parece que con una última apretadita ya dejarán de respirar. Pero siempre se equivocan: el sistema cubano será ineficaz en lo económico y antidemocrático en lo político, pero es súper eficiente en sacarle provecho a la hostilidad del “imperialismo” y en su política exterior comprometedora. Esa es su gasolina y Trump, asesorado por el lobby cubano que está casado con la vieja y eterna política dura, se la da en bandeja de plata.

Por otro lado, hablando del bloqueo, se muestran los cálculos de daños. La cifra de más de 4 mil millones en el último año, por ejemplo, tiene muchos componentes, al igual que la global de más de 130 mil millones. Esos números llevan variables reales y otras ficticias.

Se tasan pérdidas relacionadas con lo que Cuba deja de hacer hipotéticamente por bloqueo, en el supuesto de que sin él serían capaces de hacerlo. Pero el sistema cubano no toma en cuenta su ineficacia e ineficiencia endémicas, ambas ultra comprobadas en miles de cosas que, o no se hacen o no funcionan bien, y completamente ajenas al impacto del bloqueo.

Obama puso un ejemplo en su visita a Cuba: si no hay buen acceso a pesticidas, semillas transgénicas y fertilizante debido al bloqueo, entonces ¿por qué Cuba no ha explotado el creciente y lucrativo mercado de productos de la agricultura orgánica?

Mundos diferentes.

Sería una buena demostración de que el bloqueo es el culpable de nuestro atraso, no la disfuncionalidad del modelo cubano: poder decir, “mira, Cuba dejó de producir millones de toneladas de alimentos por el bloqueo, pero es líder en producciones orgánicas”. Sin embargo, lejos de eso, deben incluso importarlos para cubrir la pequeña demanda del turismo internacional.

¿Por qué se perdieron las plantaciones de café?; ¿por qué con tantos talleres y mecánicos, y tantos camiones rotos, se recoge la basura en carretones en gran parte del país o se deja acumular en otras?; ¿Por qué no se hacen simples bisagras en Cuba, solo los cuentapropistas con láminas demasiado delgadas de tejas de cinc, que es lo que aparece, mientras el Estado tiene dos grandes plantas de fundición produciendo permanentemente?

¿Por qué destruyeron la industria azucarera?; ¿por qué destruyeron la industria niquelífera?; ¿por qué hay miles de por qué, donde no se ve la culpa del bloqueo y sí la del sistema estatal centralizado fracasado?

Se yerra en Cuba y se yerra en los EUA. Yerran los cubanos y los estadounidenses en el tema Cuba, por eso se encuentra estancado. Esta batalla es de ideas y de inteligencia, y con ambas hay que ganarla. No es sosteniendo una política cuestionable por todo el mundo, como el bloqueo, que no ganará apoyos ni mellará las falsas bases del sistema cubano.

Incluso el pueblo de la Isla, sometido a la manipulación mediática, los ve como enemigos. ¿Quién gana con eso?

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