“Las reformas solo son fecundas…”

Fernando Ravsberg*

Convocados para debatir los Lineamientos (las reformas) a los vecinos de Nuevo Vedado se les prohibió opinar a favor de profesionalizar el deporte

HAVANA TIMES — El presidente Raúl Castro acaba de reconocer que ”no es perfecto lo que hacemos, a veces nos falta experiencia en algunos temas y cometemos errores, por eso cada asunto tiene que estar sometido constantemente a las observaciones críticas”.

Fustigó el centralismo ejercido durante décadas, asegurando que “nos hemos acostumbrado a que las indicaciones lleguen de arriba y eso debe cambiar. Los órganos de dirección, desde el municipio de Sandino hasta el de Maisí tienen que emitir opiniones”.

Pero luego aclaró que deben hacerlo “en el lugar adecuado, en el momento oportuno y de forma correcta”. Concepto que, desde hace años, es una de las armas más poderosas con que cuenta la burocracia para acallar las críticas de los ciudadanos.

Cualquiera que conozca la Cuba actual sabe que la gente opina cuando, donde y de la forma que le da la gana. Basta acercarse a una parada de bus por la mañana, a la cola de la bodega cuando llegan los alimentos o al banco el día de pago de las jubilaciones.

Eso en Cuba ya no lo controla ni Dios, pero la frase puede servir justamente para todo lo contrario. En manos de funcionarios venales o ineficientes esas 16 palabras impedirán que la gente hable en los lugares adecuados y en los momentos oportunos.

Ocurrió en los debates de los Lineamietnos en el barrio de Nuevo Vedado, donde los vecinos quisieron expresar sus criterios sobre el deporte profesional y les dijeron que de eso no se podía hablar, a pesar de que meses después el gobierno hizo justo lo que la gente proponía.

Por mucho que le pese a los directivos de la empresa pesquera PRODAL hacen falta reformas higiénicas en los procesos de producción.

Recordé a una joven profesional a la que los directivos de su empresa le prohibieron expresar críticas en una asamblea de producción porque participaban dirigentes del ministerio de la pesca. “No es el lugar ni el momento adecuados”, le dijeron entonces.

La terquedad de la joven la hizo exponer de todas formas sus cuestionamientos a los procesos higiénicos y a partir de ese momento su vida laboral se complicó tanto que unos meses después dejaba de trabajar allí, para alegría de algunos directivos.

Rabindranath Tagore decía que “si cierras la puerta a todos los errores, dejarás afuera la verdad”. Si Raúl Castro pretende lograr una real participación popular en los debates le ayudaría marcar claramente el terreno y redefinir las reglas del juego.

Dejándolo en la nebulosa la burocracia lo utilizará a su conveniencia y según sus intereses. Martí, que escribió sobre todo lo humano y lo divino, decía que toda reforma origina un cambio, y todo cambio lastima intereses (y estos), se oponen siempre tenazmente a las reformas.

Podría ocurrir como con la prensa, mientras el gobierno convoca a hacer un periodismo sin secretismo, otros altos funcionarios recomiendan no publicar los casos de corrupción, protegiendo la ”reputación” de los estafadores y ladrones que vacían las arcas de la nación.

Las reformas y la unanimidad

Los cubanos no solo estaban acostumbrados a recibir las indicaciones de arriba como critica hoy el presidente, también se acostumbraron a una unanimidad en la cúpula política que daba la idea de una dirección absolutamente monolítica.

El pasado año por primera vez el parlamento aprueba una ley por mayoría, las reformas rompen así 4 décadas de unanimidad.

Durante décadas los debates parlamentarios en Cuba terminaban siempre con la apoyo unánime de los 600 diputados. Por primera vez el pasado año se aprobó una ley por mayoría, lo cual significó un magnífico salto desde el discurso hacia la vida real.

Muchos no entienden estas contradicciones, los menos creen aun en la unanimidad y piensan que se trata de un juego político, mientras la mayoría empieza a sospechar que existen diferencias sobre el rumbo que debe tomar la nación.

La verdad puede estar en ambos lados, los dirigentes cubanos son hábiles jugadores, sobrevivir a 50 años de hostilidad de EEUU lo demuestran.  Sin embargo, también hay diferencias y no comenzaron con la reformas, las hubo siempre.

Si no fuera así, como se explicaría la destitución de tantos dirigentes de primer nivel a lo largo de medio siglo, desde aquellos a los que no les gusto el sabor del socialismo tropical en los inicios de la revolución hasta los apicultores de los últimos años.

El reto de la nación no está en volver a aquella falsa imagen de unanimidad sino en generar los espacios para promover el cambio con la participación popular porque, como explicaba José Martí, “las reformas solo son fecundas cuando penetran en el espíritu de los pueblos”.
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(*) Publicado originalmente por BBC Mundo.

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