Conversando sobre Cuba con una pareja chino-estadounidense

Por Yusimí Rodríguez

Foto: Ernesto González

HAVANA TIMES — Cuando un amigo me puso en contacto con dos turistas, conociendo mi interés en la visión  de ellos sobre nuestro país, me advirtió que el interrogatorio sería en ambas direcciones. Ellos también tenían muchas preguntas y les interesaba conversar con una periodista independiente.

Ella es china; emigró a Australia a los 22 años. Es profesora, pero en junio decidió tomarse un descanso para viajar. Él es estadounidense, descendiente de hindúes y vivió algunos años en China. Viajó a Cuba por una investigación de negocios.

A ambos les encanta nuestro clima, la comida (la mayor parte del tiempo, aunque ella ha extrañado los vegetales en algunos sitios) y, sobre todo, la gente. “Son muy amistosos”, dice él. Ella coincide, pero ha sentido el acoso de algunos hombres en la calle.

Quieren saber quién será el presidente de Cuba cuando fallezca Raúl Castro, quién será designado; qué pasará con la emigración cubana tras la reciente derogación de la política de Pies Secos, Pies Mojados y el Programa de Parole para médicos; cómo y cuándo comenzó el embargo; cuántos cubanos hay en Miami; qué por ciento de la población pertenece al Partido Comunista de Cuba; qué sucederá con las relaciones Cuba-EUA ahora que Donald Trump asume el poder allí.

Para algunas preguntas no tengo respuesta. Prefiero no especular, sino esperar y ver. El equipo de Trump lo integran personas opuestas al levantamiento del Embargo y al acercamiento con el gobierno de Raúl Castro. Pero Trump es también un hombre de negocios.

Sobre la emigración cubana hacia EUA, existía antes de 1959; después de esa fecha, solo aumentó dramáticamente. Los cubanos empezaron a emigrar en masa mucho antes de la Ley de Ajuste Cubano, y también mucho antes de la Política de Pies Secos, Pies Mojados.

Foto: Elio Delgado Valdés

Sobre el próximo presidente de Cuba (que no depende de la muerte de Raúl Castro, pues él ha asegurado que su mandato culminará en 2018) ¿en vez de preguntarnos quién será designado, no deberíamos preguntarnos los cubanos a quién queremos elegir? ¿Queremos que alguien nos designe un nuevo presidente? Pero aunque tengamos un nuevo mandatario, Raúl Castro seguiría siendo el primer secretario del Partido (único) Comunista de Cuba, que, según la Constitución, guía al Estado. ¿Qué cambiaría?  ¿Queremos continuar con un partido único o escuchar las propuestas de quienes pertenecen a tendencias políticas diferentes?

No sé qué por ciento de cubanos pertenece al PCC, me atrevo a decir que menos del 50% de la población adulta. Él considera que aún si fuera el 40 o el 30 sería bastante, en comparación con China, donde la membresía del PCCH es bien reducida. A este joven, amante de los “how many” (cuántos), tampoco pude decirle cuántos cubanos hay en Miami.

Cuando me preguntaron si el fallecido expresidente de Cuba se había graduado de algo en la Universidad, contesté que estudió Derecho y eso le permitió asumir su defensa en el juicio por los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Por cierto, una de sus promesas dentro del Programa del Moncada era restaurar la Constitución de 1940, violada por Fulgencio Batista cuando propinó el Golpe de Estado en 1952. La Constitución de 1940 nunca fue restaurada.

Pero cuando me preguntaron qué estudió Raúl Castro, confieso que no conseguí acordarme. “Si estuviéramos en otro país, solo teníamos que conectarnos ahora mismo para buscar la información”, dice él. No podíamos hacerlo en la cafetería donde estábamos. “Pero tengo entendido que ya tienen Internet”, dice ella. Tiene razón. Contamos con una red de redes bien cara (incluso ahora, cuando bajó a 1.50 CUC la hora; les explico que al principio eran 4.50 CUC), lentísima (como ellos han podido comprobar) y, encima, no podemos acceder a la información que decidamos. Hay sitios bloqueados como Diario de Cuba, Cubanet, Cubaencuentro, 14 y medio…

Ella explica que lo mismo sucede en China. “El gobierno se ha preocupado bastante de censurar lo que se publica en Internet”.

Cuando les cuento sobre la Zafra de los 10 millones, de cuyo fracaso había sido advertido Fidel Castro, pero no escuchó, asienten; les resulta familiar: “Es el equivalente del Gran salto adelante en China, durante el mandato de Mao Tse Tung”.

Foto: Elio Delgado Valdés

Ven muchas similitudes entre China y Cuba: la existencia de un partido único (aunque en la nación asiática hay otros siete, que acompañan al Comunista, y este no toma decisiones sin consultarles, ella me aclara que es solo apariencia y que esos partidos responden a los intereses del PCCH); la falta de libertad de expresión y de prensa; la falta de acceso a la información, la represión; en ambos países fue necesario permitir los negocios privados tras haberlos prohibido, para impulsar una economía en ruinas.

Él me cuenta que en China, mucha gente hizo dinero aprovechándose del acceso al poder. “Por ejemplo, hijos o familiares de personas relacionadas con el gobierno abrieron negocios en otros países y compraron al gobierno chino productos baratos para venderlos en otros lugares por precios más altos. El gobierno no ganaba dinero, más bien perdía, pero ellos se enriquecieron. ¿Ocurre eso en Cuba?”. No se lo puedo asegurar. Ni negarlo.

A ella le interesa el arte, los intelectuales. “Suelen ser las voces más adelantadas dentro de la sociedad, los más contestarios”. Quiere saber si existen artistas así en Cuba, alguien como Ai Wei Wei, por ejemplo. Me coge movida. Imperdonablemente, no recuerdo a Escuadrón Patriota, por ejemplo, a Los Aldeanos, a los integrantes de Omni Zona Franca (aunque ya no dan tanto que hablar porque pasan más tiempo fuera de Cuba) y a Danilo Maldonado, El Sexto.

No puedo hablar del talento del último, pues desconozco su obra; tampoco sé si es comparable a un artista y activista como Ai Wei Wei. Pero ha estado preso por usar su arte para protestar contra el gobierno. Mientras conversaba con esos turistas, El Sexto permanecía preso por escribir “Se fue” en una pared del hotel Habana Libre, tras el anuncio del fallecimiento de Fidel Castro.

Foto: Elio Delgado Valdés

También ven similitudes en la emigración. Como los cubanos, muchos chinos emigran a los Estados Unidos (aunque no existe Ley de Ajuste Chino) y a otros países. Las razones principales no son políticas, sino económicas. Y ambientales. “Ahora existen refugiados ambientales, que huyen de la contaminación en China”, cuenta ella.

Ella sí emigró por razones políticas. Conoció más sobre China mientras estudiaba en el extranjero que viviendo en su propio país. Vivir en este, después de conocer la democracia, le resultó imposible.

Se despiden de mí contentos: en casi seis horas he podido hablarles de la historia de Cuba desde la llegada de Cristóbal Colón, hasta el presente. O, al menos, de determinados momentos de nuestra historia.

Pero les recomiendo conversar con otros compatriotas, incluso con partidarios del gobierno, para que tengan una visión más completa. Hasta ahora solo han podido conversar con dos cubanos que hablan inglés: mi amigo y yo. Ni él ni yo somos partidarios del gobierno. Por eso, considero justo que escuchen opiniones de otros.

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