Socialismo Cristiano y Elecciones en Venezuela

Caridad

Nicolás Maduro en el cuartel de montaña donde se encuentran los restos de Hugo Chávez. www.avn.info.ve

HAVANA TIMES — La beatificación es el proceso burocrático más popular dentro de la Iglesia católica, una especie de cuño que acredita que el “milagro” otorgado por un muerto es santo y no diabólico o pura casualidad.

La beatificación del doctor Jose Gregorio Hernández (Venezuela 1864-1919) es una de las causas que persigue Nicolás Maduro desde que asumió la presidencia.

Hace unos días aprobó 150 millones de bolívares para culminar la construcción de un santuario para este santo-médico de los pobres.

Un periódico reseña: “En el santuario, el jefe de Estado pidió por la salud de los venezolanos que padecen alguna enfermedad”.

Y a mí, que me tiene traumatizada el asunto de la atención médica en este país – desde mi último diario al respecto he sido testigo de varias historias tremebundas – no deja de venirme una idea a la cabeza: 150 millones de bolívares para un santuario donde los aquejados de alguna enfermedad vayan a pedir milagros.

En lo particular…si voy a rezar, meditar, o lo que sea que vaya a hacer respecto a asuntos espirituales, no creo necesario entrar a ningún edificio, y mucho menos invertir más de 20 millones de dólares en su construcción, cuando podría invertirlo en algo más objetivo como: hospitales, algo de lo que se ufana de carecer este país.

Lo más irónico es un presidente pidiendo a un santo (o cualquiera que sea su categoría) por la salud de su pueblo.

Insisto, ¿si uno es presidente y tiene cierto poder para aliviar la mala salud de su pueblo, no es mejor que, en vez de rezar, Actúe?

¿Los 150 millones de bolívares estarán destinados al convencimiento electoral – una vez más las elecciones – a costa de la religiosidad de un pueblo?

La religiosidad – más que espiritualidad – es una característica que resalta en este nuevo presidente de Venezuela.

Lo primero que llamó mi atención fue aquel intento – fallido por suerte – de momificar el cuerpo inerte de Chávez y exponerlo de forma permanente para que los venezolanos le visitaran en una especie de peregrinaje.

No obstante, sí quedó su cuerpo en un Mausoleo en el Cuartel de la Montaña, junto al cual tiene una oficina el nuevo presidente, para sentirse alentado y guiado espiritualmente por su “Padre”.

La Campaña electoral de aquel momento se planteó en todo momento la deidificación del ex presidente Chávez: “Nos declaramos apóstoles de Hugo Chávez, los apóstoles de la causa del comandante Chávez. Vamos a cuidar su legado porque vamos a cuidar a nuestro pueblo”.

Si le quitamos el nombre de Chávez a estas palabras de Maduro y le colocamos el de Jesús, o Cristo…luciría hasta más armónica la frase. Pronto llegó el sobrenombre de Comandante Eterno y Líder Supremo, hasta Cristo  Redentor de los Pobres de América.

Ya presidente, Nicolás Maduro aseguró que, si alguien había intercedido en el cielo para el nombramiento de un Papa latinoamericano, ese había sido Chávez. Y más tarde llegó la historia del «pajarito», la figura de Chávez en forma de ave (como el espíritu santo) apareciéndose al nuevo presidente provocó risas y burlas; pero dada la religiosidad de gran parte de los venezolanos, no creo que el mensaje subliminal haya pasado desapercibido.

No ha habido necesidad de interceder ante el Vaticano para convertir a Chávez en una especie de santo benefactor…mucho más que eso, Gran Guía Espiritual, Dios Protector.

Desde entonces no hay discurso de Maduro en el que no haga referencia a Dios, a Chávez en el Cielo, sus palabras a veces parecen más las de un Pastor que las de un Presidente de una República “casi- Socialista”.

Cada una de sus decisiones como presidente está enmarcada en la frase: ese era el deseo de nuestro Comandante, esa fue una idea de Chávez, de esto estará Orgulloso el Comandante Supremo.

¿Acaso no se guía cualquier religión por la Fe y obediencia ciega?

¿Quién puede razonar o discutir con alguien que ya no está vivo?

Para las próximas elecciones municipales (8 de diciembre, 2013) ha dicho Maduro: “Decretaré el 8-D día de la lealtad al legado de Hugo Chávez y del Amor a la Patria. ¡Día de la Lealtad y del Amor!”

Proceso electoral para demostrar la Fe, no para analizar y llegar a conclusiones sobre los mejores candidatos a seleccionar.

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