Caridad
El metro nos lleva hacia las zonas más pulcras del Distrito Federal, y el amigo resulta ser un amante del boxeo y la pelota de Cuba. Tiene un amplio apartamento de esos que ciegan de tantas ventanas de vidrio y a donde no llega el bullicio de las autopistas. Música cubana, para recibirnos, y comida de esas que muy pocas veces volveré a probar. Jugo de fresas, mi preferido….y ya se empieza a hablar de política.
No soporto hablar de política, ni escuchar un debate político ni nada que tenga que ver con el lleva-y-trae de 3 ó 4 mandatarios que no se ponen de acuerdo entre ellos o con las clases de poder. Peor si es un domingo.
Peor si no puedo irme a ver una buena película (30 bolívares es un precio quizá asequible para muchos venezolanos, pero yo sigo siendo cubana), tampoco sé a dónde ir a escuchar jazz.
Este domingo la única opción es el amigo de mi conocido, y sus conversaciones sobre política.
El amigo es Escuálido.
Este no es un Escuálido fundamentalista. O sea, no se deja poseer por la histeria que caracteriza a los fundamentalistas de cualquier religión o partido político. Él cree que el presidente tiene buenas acciones; ha ganado, bajo el mandato de Chávez, más dinero que con cualquier otro gobierno; pero que alrededor de Chávez hay muchos oportunistas y ladrones. De todos modos, moralmente no puede estar a su favor.
En realidad me importa poco con quién quiera estar o no este amigo de mi conocido. Porque después de hartarse de la política, habla de lo orgulloso que está de su hija mayor, que estudió medicina y ya tiene un Cheroquee del año y apartamento propio, y apenas pasa de los 30 años.
Este Escuálido me recuerda a muchas personas de mi país.
Y aquí, al igual que allá, he visto muchos museos. Aquí he entrado de forma gratuita.
Eso no se lo expliqué a mi anfitrión, él debe saberlo mejor que yo, ¿o no?
Quizá entre tantas cuentas y cuentas de lo que ha ganado mensualmente, o de lo que necesita ganar para su próximo Rólex, ha olvidado tocar a la puerta de uno de esos enormes y bellos museos.
Más allá de la política, la comida, el deporte y el orgullo por el Cheroquee de su hija, este venezolano no pudo mostrarme mucho más de su país. Y creo que el próximo domingo que eche de menos la habana vieja o Alamar, me quedaré en mi cuarto, mirando las nubes.
Presentamos las noticias internacionales en breve recopilada por Democracy Now el lunes 6 de mayo de 2024.
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