La crisis de valores y la complicidad prejuiciosa en Cuba

Las tribus. ilustración por Onel.

Yenisel Rodríguez Pérez

HAVANA TIMES -– Uno llega a preguntarse, aun corriendo el riesgo de parecer ingenuo, cuál sería el comportamiento social legítimo para el gobierno, ese uso auténtico de la cultura que tanto defiende; el ejercicio ciudadano virtuoso, revolucionario y socialista.

Pero nada subsiste, nada germina; solo retórica y propaganda, un ideal hueco que no excede los límites de una rústica demagogia autoritaria.

Al final no es lo que proponen lo que más abruma, sino lo que reprime, sobre todo en el instante en que logran sugestionarnos haciendo coincidir sus sanciones con nuestro catálogo personal de intolerancias y prejuicios.

¿Cuál es el contenido y el fin verdadero del rescate de valores positivos que llevan a cabo el gobierno, las instituciones y los medios de comunicación oficiales?

Un maridaje de prejuicios y mistificaciones populares, salteado de dogmatismo y poses elitistas, clase-medieras y hasta letradas, que no excluye cierta dignificación (hipócrita) del mundo de vida obrero y campesino, así como un esterilizado culto a la pobreza.

¿Su fin?

Asegurar cierta gobernabilidad poniéndonos a bailar la guerra de todos contra todos, que logran al acoplar el control social con los prejuicios más generalizados en nuestra sociedad, sobre todo los más ocultos, esos que a veces nos permitimos ejercer argumentando modos inofensivos y buenas intenciones.

En ese lapso de tiempo terminamos por negar lo mismo que defendemos, enemigos de todo mundo de vida, sea cultura juvenil, sexualidad, uso del tiempo libre, autogestión o cualquier otra dimensión de la vida cotidiana que el gobierno esté utilizando como chivo expiatorio.

Así sumamos una hegemonía blanda pero estable al control social estatal.

Lo hacemos cuando asentimos, con la cabeza o con el corazón, favoreciendo la extirpación de algún componente del mundo de vida popular solo por el hecho de parecerse bastante a esa realidad social que no toleramos cotidianamente.

En ese instante fondea el monitor y sus cañones en nuestros paisajes más bellos, oculto para hacer inaudita su eficiencia y perdurable su efecto.

Articulos recientes:

  • Cuba
  • Reportajes
  • Segmentos

15 años de prisión a la joven que transmitió las protestas

Se intenta suicidar en prisión Fray Pascual Claro Valladares al conocer su sentencia, de 10…

  • Cuba
  • Opinión
  • Segmentos

“Distorsiones” de moda en Cuba

Nada nuevo, pero resulta que la palabra se ha puesto de moda, y esta semana…

  • Cuba
  • Reportajes
  • Segmentos

San Antonio de los Baños, donde el humor dio paso al dolor

Sin electricidad y sin acceso a la red de redes, así pasan los habitantes de…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.