La crisis de valores y la complicidad prejuiciosa en Cuba

Las tribus.  ilustración por Onel.
Las tribus. ilustración por Onel.

Yenisel Rodríguez Pérez

HAVANA TIMES -– Uno llega a preguntarse, aun corriendo el riesgo de parecer ingenuo, cuál sería el comportamiento social legítimo para el gobierno, ese uso auténtico de la cultura que tanto defiende; el ejercicio ciudadano virtuoso, revolucionario y socialista.

Pero nada subsiste, nada germina; solo retórica y propaganda, un ideal hueco que no excede los límites de una rústica demagogia autoritaria.

Al final no es lo que proponen lo que más abruma, sino lo que reprime, sobre todo en el instante en que logran sugestionarnos haciendo coincidir sus sanciones con nuestro catálogo personal de intolerancias y prejuicios.

¿Cuál es el contenido y el fin verdadero del rescate de valores positivos que llevan a cabo el gobierno, las instituciones y los medios de comunicación oficiales?

Un maridaje de prejuicios y mistificaciones populares, salteado de dogmatismo y poses elitistas, clase-medieras y hasta letradas, que no excluye cierta dignificación (hipócrita) del mundo de vida obrero y campesino, así como un esterilizado culto a la pobreza.

¿Su fin?

Asegurar cierta gobernabilidad poniéndonos a bailar la guerra de todos contra todos, que logran al acoplar el control social con los prejuicios más generalizados en nuestra sociedad, sobre todo los más ocultos, esos que a veces nos permitimos ejercer argumentando modos inofensivos y buenas intenciones.

En ese lapso de tiempo terminamos por negar lo mismo que defendemos, enemigos de todo mundo de vida, sea cultura juvenil, sexualidad, uso del tiempo libre, autogestión o cualquier otra dimensión de la vida cotidiana que el gobierno esté utilizando como chivo expiatorio.

Así sumamos una hegemonía blanda pero estable al control social estatal.

Lo hacemos cuando asentimos, con la cabeza o con el corazón, favoreciendo la extirpación de algún componente del mundo de vida popular solo por el hecho de parecerse bastante a esa realidad social que no toleramos cotidianamente.

En ese instante fondea el monitor y sus cañones en nuestros paisajes más bellos, oculto para hacer inaudita su eficiencia y perdurable su efecto.

Yenisel Rodriguez

Yenisel Rodriguez Perez: He vivido siempre en Cuba, con la excepción de varios meses del 2013 cuando estuve con mi padre en Miami. A pesar de las noventa millas que separan a una ciudad de otra, en ambos sitios encuentro motivos profundos para asumir una militancia política y popular. Mi encuentro con la Antropología Sociocultural hace 8 años atrás, me ha alistado en el compromiso de amor a la diversidad cultural.

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5 thoughts on “La crisis de valores y la complicidad prejuiciosa en Cuba

  • ¿…?

  • Al final ?Qué quisiste decir? No sólo, no tocaste al mono, sino que con tal de no provocarlo; lejos de la cadena, tocaste la soga de la tendedera.

  • Efectivamente YENISEL, una cosa es la propaganda vacía del gobierno de espaldas a la realidad y otra muy distinta la aplicación diaria de la represión a todo pensamiento y acción autónoma.Desde las económicas a las políticas, desde las civiles a las culturales.
    Estamos dirigidos por ineptos empecinados en asfixiar toda autonomía ciudadana. Y si permiten algo es sobre la base de rebajarte una parte importante de tu dignidad personal.

  • Le ha salido un contendiente a Orlando Lazo Pardo Luis, o como se llame. Solo espero que a este muchacho no le de por encuerarse con una bandera.

  • Honestamente: Nada de Nada….al parecer ha escrito en Español, pero un monojo de parrafos que no dicen NADAAAAAA!!!

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