Afectos digitales para la pareja cubana

Yenisel Rodriguez

Foto: Caridad

El que llama paga o lo mucho que te quiero. 

Asumir el costo total de una llamada telefónica [normalmente en Cuba hay que pagar para llamar y recibir] es también una buena forma de ofrecer afecto a la pareja.

Cuando el novio o la novia solicitada reconoce en la pantalla de su celular los códigos del “que llama paga.” o sea el  “00.” entonces se acoplan la cibernética y los lenguajes del corazón.  En dicha pantalla también se leerá: “Tú eres importante para mí, fíjate que invierto 0.60 dólares el minuto para conversar contigo mi amor.”

Y surgen los nuevos conflictos del amor.  Las pesquisas de los créditos con motivo de verificar fidelidades.  Serán sospechosas, ante la mirada del novio o la novia celosa, aquellas llamadas “el que llama paga” realizadas por su otra mitad a una tal Yolanda o a un tal Alfredito, esos que no pertenecen al grupo de amigos cercanos a la pareja.

Imagínese si  las llamadas realizadas con el bienaventurado código de los dos ceros a esos desconocidos sobrepasan las que uno ha recibido de su media naranja.  ¡Cosa fea!

También se transforma la identidad de los jardineros amadores de princesas.  Sus harapos y miradas lambisconas serán sustituidas por llamadas perdidas o por intentos infructuosos de contesta ante un código “*99” o “el que recibe paga.” Las miradas desdeñosas que las bellas princesas de antaño lanzaban a los mendigos se sustituyen por prohibiciones de acceso telefónico.

Nostradamus desde lo alto de la torre divisa como otro sapos del barrio se transforman en bellos príncipes ante las bellezas aristocráticas del barrio, todo por el poder mágico de los dos ceros.

Y las cosas van cambiando, más de forma que de contenido.  Ahora también se le hará difícil a los excluidos del bienestar acceder a los rituales de conquista y amorosidades digitales.  Aspirar a ser un cero a la izquierda también será un privilegio, más aún lograr el estatus de los dos ceros occidentales.

Foto: Caridad

ETECSA, la empresa de telecomunicaciones que gestiona la telefonía digital en Cuba se identifica con este eslogan: ETECSA en línea con el mundo.  ¡Y vaya que tiene razón! Hoy la tecnología de primer mundo trasciende la utilidad inicial que nos promete, permitiendo a nuestros sentimientos la sintonía con el bienestar y el desarrollo del primer mundo.

Cuba incorporada a las tradiciones del “Don dinero lo mide todo” nuevos ropajes de desigualdades y diferencias, de superficialidades y egocentrismos.

Ahorita, como dicen los mejicanos, veremos signos de resta artesanales que busquen a toda costa reducir a cero los valores personales.  De 99 a cero nos vemos obligados a reducir nuestras identidades para poder manifestar sentimientos de aprecio y de pasión.  Y así las cosas, se estrechan las ranuras por dónde escapar de las nuevas dominaciones.

Pero siempre a última hora resurgirán los aullidos de esos inconformes de los códigos y los accesos restringidos.  Descenderán nuevamente de las apartadas colinas para ofrecer alternativas y resistencia.  Novios y novias que pondrán la confianza y la seguridad en códigos cualitativos y no cuantitativos.

Iremos a festejar al pantano de Shrek con nuestros celulares sin crédito, pero con princesas y príncipes, con jardineros y jardineras que pondrán el amor más allá del los ceros y los 99.

¡Quiera Dios!

 

 

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