Escuela de idioma

Yanelys Nuñez Leyva

HAVANA TIMES — En los últimos días de agosto, abre cada año sus puertas la escuela de Idioma Julio Antonio Mella, ubicada en el preuniversitario José Martí de La Habana Vieja.

Para acceder a ella, el interesado debe presentar el día de la matrícula una carta de su centro laboral (requisito, a mi entender, demasiado limitante), el certificado que avala su nivel de escolaridad, 2 fotos tamaño carnet de identidad, y las respectivas fotocopias de cada documento oficial.

Allí se imparten diferentes idiomas, tales como inglés, ruso y  italiano.

Además, existen varios horarios y frecuencias de clases, todos ellos después de las cinco de la tarde.

Uno de los motivos que me llevaron a entrar en esta escuela, este curso, fue la necesidad de perfeccionar mis conocimientos de la lengua inglesa, puesto que en la universidad no obtuve el adiestramiento que precisaba.

Luego de mes y medio de clases, me he percatado que los profesores presentan una excelente metodología de enseñanza (por lo menos el que me correspondió), y  ostentan una elevada preparación.

Sin embargo, existe una notable ausencia de libros y cuadernos de estudio, que afectan el desarrollo óptimo de nuestro aprendizaje. Pues, aunque el centro educacional cuenta con una biblioteca en la que se pueden consultar los materiales necesarios, la mayoría de los estudiantes son trabajadores que responden a un horario y una dinámica laboral, agotadora.

En detrimento de la imagen visual de esta escuela se encuentran factores como: la poca iluminación de aulas, escaleras y pasillos; y el marcado deterioro físico de sus espacios académicos.

No obstante,  la propuesta que brinda este centro, es sumamente cotizada por un amplio y heterogéneo público, que por diferentes razones, se ha interesado  y se interesa en «paladear otras lenguas».