Veronica Fernandez

Calle de Cojimar. Foto: Caridad

Desde hace tiempo me he percatado de una situación que es ya habitual en mi lugar de residencia, Cojimar (reparto situado al este de la bahía de la Habana).

Cuando salgo a realizar algunas compras al agro mercado, estoy obligada a pasar por la panadería que queda justo media cuadra antes de llegar a mi destino y siempre me tropiezo con la misma situación: una carreta tirada por un caballo, conducida por un hombre con ropa desgarrada y sucia.

Esta carreta esta llena de algunas cestas plásticas totalmente destapadas que se llenan de pan por este hombre con sus sucias manos y cuando se completan sale a repartir este pan a los niños de las escuelas y círculos infantiles.

Asimismo, el espectáculo de las moscas en su ir y venir del caballo al pan y viceversa, resaltan este ambiente totalmente antihigiénico que persigue el fin de día a día, brindar una merienda o acompañar un almuerzo de esta nueva generación.

¿Cuántas veces me he preguntado al pasar por este lugar y observar esta situación, las enfermedades que podrían contraer estos niños y todas aquellas personas que ingieran este pan? ¿Cuántas personas han presenciado esta barbarie y no han hecho nada?

¿Cuántos supuestos inspectores en la esfera del comercio y la gastronomía tiene el estado ganando un salario y obteniendo otras ganancias ilícitas y no quieren ver lo que es tan evidente para todos y sancionar lo que esta delante de sus ojos?

¿Cuánto se dice en alta voz de que somos una potencia medica y cuanto nos desilusiona presenciar estas cosas?

Llevo toda mi vida escuchando la frase martiana de que los niños nacen para ser felices y por lo tanto, hay que cuidarlos, enseñarlos, etc; constantemente nos acompañan las campañas mediáticas para el saludable desarrollo de la niñez y la juventud y me vuelvo a preguntar: ¿Es posible tener alguna respuesta ante hechos como este?

Si no es posible tomar medidas para erradicar tan indignante e insalubre panorama, ¿qué podemos esperar para solucionar otros males mayores? Con la salud de un pueblo no se juega.

¿Se hace tan difícil poder tapar esos panes?, pero además, con esa misma carreta de caballo en vez de enviarla a realizar el traslado de alimentos, la pondría en función de recoger la basura, pues se pasan hasta mas de 15 días y el basurero se va a cumulando, originando también otra fuente antihigiénica, productora de larvas de mosquitos y de otras enfermedades.

En verdad, no hay que ir a la Universidad ni ser un genio para darse cuenta de lo que esta en nuestras manos solucionar. Mi abuela que era tan refranera siempre me decía: árbol que esta torcido, jamás su tronco endereza.

Articulos recientes:

  • Cuba
  • Opinión
  • Segmentos

El Estado cubano no tiene nombre de mujer

Creo con seguridad que en este tiempo el Estado cubano se ha quitado finalmente la…

  • Cuba
  • Opinión

De la disidencia a la oposición: el camino a Villa Marista

Villa Marista simboliza cómo el régimen cubano percibe la disidencia: un virus que debe erradicarse...

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.