Incoherencias en las estadísticas de la Covid en Cuba

ahondan el descrédito del gobierno frente al pueblo

Calle de Mayarí, Holguín, Cuba. Foto: mayari.gob.cu

Por Osmel Ramírez Álvarez

HAVANA TIMES – El parte diario o conferencia de prensa que ofrece el Doctor Francisco Durán sobre la Covid19 tuvo una audiencia casi total entre los cubanos por los temores relacionados con la propagación de la pandemia. Con una confianza del público y un nivel de seguimiento solo equiparable con los partes meteorológicos del Doctor Rubiera durante la amenaza de un huracán.

A tal punto que, cuando el parte se bajó a una frecuencia semanal cada viernes, durante la ‘nueva normalidad’ decretada a partir del 12 de octubre del año pasado (2020), la población se sintió desinformada y la sensación de peligro disminuyó. Por lo que no faltaron peticiones y estados de opinión de que el parte del Dr. Durán debía volver a ser diario.

En tal sentido, cuando a partir del 5 de enero la situación epidemiológica volvió a complicarse y las autoridades volvieron a retomar la frecuencia diaria, la medida fue bien recibida. Sin embargo, la situación ha cambiado desde que comenzaron los picos de contagios y muertes en junio pasado, que comenzó por Matanzas, pero ha afectado a todas las provincias en mayor o menor grado, de forma escalonada.

“En mi casa no nos lo perdíamos, (el parte diario sobre la covid19), pero ya no veo eso, ni nadie lo quiere ver. ¡Todo es mentira!” –Comenta Orlando, un holguinero común y corriente, en una conversación de esas que se forman en la bodega, mientras pasa la cola del pan.

“Uno viendo a todo el mundo enfermando alrededor y Durán diciendo que está bajando o que no hay casos positivos en tal municipio. Pero llamas a tu familia o a amigos en ese municipio y te dicen que todo está infectado y no hay ni pruebas para hacerle a la gente. Ya es demasiado la ‘guayaba’. Aquí nadie es bobo, la realidad es otra”, aseveró.

Ricardo, un ingeniero, asegura también ha dejado de ver el parte con la regularidad de hace varias semanas atrás: “No me lo perdía nunca, era una reunión familiar a esa hora y en el trabajo igual, corríamos hacia el televisor más cercano o, si no podía, lo revisábamos con ansiedad por Telegram”.

“Yo hasta me molestaba, ansioso, cuando se demoraba en estar disponible en esa aplicación. Pero desde que se nota que no tiene nada que ver con lo que está pasando, ya si lo veo, es por casualidad, y lo que hago es molestarme con esos datos tan ajenos a la realidad”.

“Por ejemplo, tengo un vecino a dos casas que murió de covid y no salió en el parte. Mi barrio está infectado completo, y todos están igual desde hace dos o tres meses, y no para. En mi casa la pasamos todos, a mí mismo me dio malísima. Y las cifras que dan son muy bajas, cualquier barrio tiene más casos nuevos en un día que los que reportan para todo el municipio. Es una falta de respeto, uno apaga el televisor para no infartar. Ese señor tiene la cara de lata, está haciendo un papel vergonzoso”, opinó.

Es evidente que la situación se ha invertido y ahora la mayoría de las personas consultadas han dejado de seguir el parte o ya no confían mucho en sus estadísticas. Aunque siempre hubo algunas incongruencias sobre la confiabilidad de los datos brindados y no faltaron denuncias puntuales de casos que quedaban fuera, fue a raíz de la crisis sanitaria por contagios masivos de covid19 de los últimos tres meses que se hizo claro y patente el carácter politizado y maleable del parte del Dr. Durán.

Cuando los datos comenzaron a ser alarmantes, evidenciando un colapso del sistema de salud, la falta de test para el diagnóstico, o las muertes desproporcionadas, el desajuste entre el reporte nacional y la realidad en los barrios, municipios y provincias, se volvió grosero e imposible de ocultar. Y desde entonces el parte de las estadísticas oficiales fue perdiendo credibilidad y por consiguiente popularidad.

“Ese tipo parecía un Dios, la gente le tenía tremendo respeto, y ahora la gente lo que se incomoda cuando dice que no hay casos en tu municipio y todo el mundo enfermo y muriendo a tu alrededor”, comentó José (Cheo), un vendedor ambulante de productos del agro.

Y es un descrédito que ni es puntual ni queda sin consecuencias, porque se suma a uno mucho mayor que va cebando el pueblo con respecto al gobierno del PCC, en lo económico, en lo político y también en lo social, donde han prevalecido mitos. Es un elemento más en esta revolución social que se gesta de manera cívica y no puede tener otro desenlace que la democracia.

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