Curitiba: una ciudad cada vez más recurrente para cubanos

HAVANA TIMES – La presencia de cubanos en Curitiba ha pasado de imperceptible a recurrente. Ya sea como consecuencia de la política migratoria de Washington en los últimos años, o porque la vida en Cuba es cada día más asfixiante y la gente decide irse para donde sea.
He podido ver esta tendencia creciente en el supermercado donde trabajo, pero también en muchos lugares donde prestan servicios, ya sea en otros supermercados, tiendas, lava autos o churrasqueras.
En las redes sociales, muchos cubanos atestiguan que en la Policía Federal la entrega de CPF (Control de Persona Física) y RNM (Registro Nacional Migratorio) se está demorando hasta seis meses, y que esto se debe a un colapso provocado por la avalancha de cubanos.
Brasil continúa siendo un destino relativamente barato, en comparación con aquellas travesías hacia los Estados Unidos de antes del parole. También llegar hasta aquí es mucho menos peligroso.
No obstante, he sabido de altercados con inmigrantes en Guyana y Surinam, a los que han detenido y deportado para Cuba. Algo realmente doloroso. Ignoro quien sea responsable.
Yo creo que la migración no es un fenómeno para tomar a la ligera, ya que ayuda a que muchas familias que viven situaciones de opresión puedan recomenzar sus vidas en otros países. Da al ser humano una esperanza.
Lo negativo es que cuando se hace de manera descontrolada, se crean desequilibrios y puede ser perjudicial para los países receptores.
Al ser Curitiba una de las mejores ciudades de Brasil, es un destino legítimo para quien viene escapando de la miseria. Así lo han estado haciendo los venezolanos desde hace casi una década, y así han comenzado a hacerlo los cubanos.
Mi preocupación es la imagen que esa gran masa de coterráneos dará aquí. ¿Cómo seremos vistos en colectivo, y cómo eso afectará nuestras posibilidades sociales y oportunidades laborales?
Tampoco es para desestimar ciertas deformaciones antropológicas de la población cubana, provocadas por tanto tiempo de exposición a la desgracia comunista.
Hay muchas familias que vienen dispuestas a trabajar para crecer, pero entre ellas vienen también los que se acostumbraron a vivir del robo, de los asaltos, los que no gustan de trabajar, ni tratan al prójimo con educación y respeto.
Cuando elegí esta ciudad para vivir, lo hice buscando tranquilidad, seguridad y crecimiento. No me gustaría vivir en una Cuba 2.0 aquí mientras las personas que amo quedan allá. Expuestas a la debacle.
Pero soy sensible a la necesidad de los cubanos de encontrar una tierra para sobrevivir. Por eso no abogo por un cierre de las fronteras de este país. Nosotros, al igual que los hebreos de la biblia, tenemos en Brasil a nuestro propio Egipto.