Pagamos todos, justo por pecadores

Nonardo Perea

Calle de Marianao. Foto: Luis Enrique González

HAVANA TIMES — Era la quinta vez que visitaba la clínica estomatológica en el período de un mes. Esa tarde estaba allí porque me habían dado un turno para esa hora, pero quien debía atenderme no había ido a trabajar por lo que tendría que ir otro día.

En el momento en que decido esperar para ser atendido por otro especialista, aparece un homosexual vistiendo ropa excéntrica, (Short corto y blusa de encaje) en cuestión de segundos capta la atención de los presentes y todos ríen de su apariencia.

Al parecer, había ido a ver a la persona encargada en atender a los casos de VIH, y no se encontraba en su puesto de trabajo, eso bastó para que el muchacho armara un escándalo que me hizo sentir incomodo, porque estoy en contra de actitudes que de cierta manera denigran la imagen de los homosexuales. Y por desgracia, cuando la sociedad tiene una experiencia de esta índole, asume que todos los homosexuales son iguales.

No creí necesaria esa actitud frente a la gente, que lo único que hizo fue mirarse a las caras y hacer una mueca con la boca, como queriendo decir: son lo peor.

Luego del pequeño homenaje que hiciera el gay, terminó diciendo a viva voz que había ido a buscar preservativos para s…. la palabra sonó bien clarita, luego bajó las escaleras y se perdió del recinto.

Decido levantarme del banco donde estaba sentado y me dirijo al archivo donde entregan los turnos, me paro en la puerta y las trabajadoras que estaban allí despedazaban al homosexual, e incluso, alguna comentó con la que da los turnos que no cogiera lucha que el gay ya estaba condenado con el Sida, y que ese era su castigo.

Parado en la puerta le pregunto a la que da los turnos cuando podría regresar a ver al especialista que me estaba atendiendo, y al notar mi evidente homosexualidad, me mira con cara de odio, y cuando me habla noto que su ira va dirigida a mi persona.

Me llevo una mano al pecho, y sin alzar la voz le pregunto si he hecho algo incorrecto, ella responde que no, y poco a poco veo como suaviza la mirada y cambia el tono de voz, se controla e intenta sacar de su mente al otro gay.

Pero yo sé que en el fondo, nos ve a todos por igual.

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