Terapia submarina

Jorge Milanes Despaigne

Buceo en Cuba. Foto: Photo: www.radiococo.icrt.cu

HAVANA TIMES — El buceo “era” prohibido para casi todos los cubanos, por eso es que las impresiones que lo relacionan son, para muchos, desconocidas.

En la barrera coralina del Trópico, al este de La Habana, a finales de los 80 y principio de los 90s, el “Seafary”, era una actividad acuática para turistas que, entre otras, incluía el buceo. Yo tuve la oportunidad de disfrutar de algunas de ellas junto a otros colegas de trabajo estando prohibida para cubanos.

Sabiendo nadar, recibíamos lecciones de cómo ponernos el traje de buzo, limpiar la careta, comprobar la válvula de los balones de oxígeno y la descompresión, respiración mesurada para lograr más tiempo sumergido, la reserva de oxígeno en el tanque y, por último, las señales bajo el agua para comunicarse con los otros. Después de esto, nos íbamos al entrenamiento en la piscina con Carlos, el buzo profesional -creo que continua ejerciéndolo, él se atrevía a llevarnos para que disfrutáramos del fantástico, bello e impresionante paisaje submarino.

Llega el día de la salida, por supuesto con los turistas, desde la marina de Guanabo. El capitán pone el yate a toda máquina hasta la barrera coralina del Trópico, uno de los lugares turístico permitido para esta actividad.

Siguiendo las instrucciones me ponía mis atuendos y me lanzaba al agua. Es un proceso psíquico diferente al que se aprende en la piscina. Primero la adaptación inmediata del cuerpo, que vibra; y que ante el impresionante universo marino, se escucha solo el eco de las burbujas del cuerpo. Los corales blancos, rojos, naranjas, azules matizan el fondo marino en perfecta armonía con los sargazos que como una alfombra me llevan a un viaje fantástico. ¿El tiempo?… no sé, se olvida… Estoy sumergido en un viaje hacia otra dimensión.

Luego de un rato, la señal del buzo pone fin… me sorprende, estaba profundamente en esa otra dimensión, pero hay que subir… len-ta-men-te, hasta la superficie para regresar…, a mi mundo real, al bullicio.

Es difícil expresar lo que se siente, describir lo que se ve; más aún de comprender por quienes no han tenido la posibilidad de esta fantasía. No sé si esto hoy es posible para cubanos, sé que muchas personas lo realizan por su propia cuenta y le incluyen la pesca, pero en todo caso, es recomendable bucear por sus beneficios terapéuticos.

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