Por Jorge Milanés
HAVANA TIMES – Hoy fui al mercado a comprar una cajetilla de cigarrillos y pude ver la cantidad de personas que hacían cola para comprar huevos a través de la libreta de racionamiento.
La extrema situación económica, que nos deja carentes de opciones alimentarias, hace que las personas acudamos a la única oportunidad de comprarlos a precio razonable, aunque solo una vez al mes. Fuera de racionamiento no hay.
Esta aglomeración por el huevo me hizo recordar que a principios de los años 70 muchos de los llamados “gusanos”, personas que se iban del país, eran despedidos a huevazos limpios por los “revolucionarios” del barrio. A esa situación, mi difunto padre, aunque revolucionario, se opuso rotundamente. Nos decía que cada cual debía vivir donde quisiera:
“!Que no me entere yo que de esta casa alguno de ustedes le tiró huevos a alguien!”. Hacía referencia a los vecinos que en aquella época decidieron irse a vivir a los Estados Unidos por medio parole y que en el barrio se reunieron para despedirlos con mítines a huevazos y hasta policías.
Años más tarde pude ver que muchos de los protagonistas “revolucionarios” también se fueron a vivir a los Estados Unidos.
Me pregunto: ¿qué opinarían hoy de esta situación?
Lo cierto es que aquella cantidad de huevos tirados se necesitan hoy para despedir con repudio la incapacidad de la producción de huevos.
Si alguien quiere, al menos, garantizar un desayuno con algún que otro huevo, tendrá que criar las gallinas en casa, no sin antes asegurar la leche y el café, productos cuya difícil adquisición también forman parte de esta realidad, y que deberé tener en cuenta para otra ocasión.
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