Estrés por crédito del móvil

Jorge Milanes

HAVANA TIMES — “Tienes que comprarte un móvil, eres un ridículo. Además, en caso de urgencia o necesidad, ¿cómo nos localizamos?”

Mi hermano y Osmel tienen teléfonos móviles. Cuando se juntan en casa, me provocan; pasan una y otra vez por delante, mandando mensajes a sus amigos, escuchando la música que me gusta o mostrando alguno de esos videos “calentitos”.

No quiero creer que me estén provocando, para que me decida y compre uno.

El móvil es necesario; pero, también, creo en la necesidad de mejores condiciones económicas para poder pagarlo, pues en nuestro país ese servicio (que incluye equipo, línea y saldo) es en divisa, algo que no recibimos en por nuestro trabajo.

Algunos lo tienen porque lo necesitan para su trabajo, otros porque no tienen línea fija en casa;  otros, simplemente lo desean y asumen esa obligatoriedad. Yo, por el momento, tengo teléfono en casa y otro en el trabajo, aunque no sean móviles.

La compañía de teléfonos, en ocasiones, ha sacado al mercado ofertas tentadoras, para aquellos que ya poseen celulares, y también para los que desean comprarse uno. En mi caso, por ahora, considero otras prioridades.

Mi decisión de no tener uno, ha sido también influida por algunos rasgos absurdos en la política comercial de esta empresa, como la obligación de tener que pagar 5 CUC mensuales so pena de que sea congelado el saldo el primer mes, y confiscada la línea.

Mi hermano, muy lúcido, ha definido este fenómeno: “Jorgito, ellos no nos venden realmente esas líneas, solo las alquilan. Lo que no es tuyo completamente te puede ser arrebatado. Pero lo que sí es tuyo y te lo quitan es un robo”.

Entonces le comenté lo que le sucedió a una vecina, que perdió todo el dinero cuando le retiraron la línea por no poderla recargar. “No ―le respondí―, definitivamente no estoy preparado para un estrés como ese, a menos que la compañía cambie su política”.