Echar un palo

Jorge Milanés Despaigne

HAVANA TIMES — A muchas personas en Cuba no les agrada escuchar esta frase: “echar un palo”, porque en su opinión refiere una invitación grosera al sexo. Lo cierto es que todos entendemos lo que quiere decir dicha voz popular.

Paula, periodista de temas culturales, y yo, entre otros temas, sostuvimos una conversación muy amena, tratando de abordar a profundidad la susodicha frase. Llegamos a debatir sobre las particularidades de las prácticas sexuales, de nosotros, los del caribe, y en particular de los cubanos.

“La mezcla de gallegos, africanos, chinos, franceses, y demás que vinieron para conformar la población del Caribe, dio un producto con tremenda sabrosura en todas estas islas” —afirmó ella con voz sensual, deslizando sus manos por algunas curvas de su cuerpo, y continuó.

“Muchas y muchos tenemos prácticas sexuales que en otras culturas no son aceptadas; sin embargo, somos como una cajita de sorpresas, audaces hasta para echar un palito en el agua, ¡a ver si flota…!, como dice el estribillo de una rumba muy popular”, concluyó.

Me desternillaba de la risa al ver la manera que ella explicaba su punto de vista e inmediatamente aproveché la ocasión para preguntarle:

¿Paula…, y de dónde viene eso de “vamos a echar un palito”?

“Chico, mi abuela me contó que en la época de la esclavitud, los negros y negras dormían en barracones separados, es decir, los negros dormían en su barracón y las negras en el suyo. Durante el día trabajaban en los trapiches donde se hacia el azúcar y un grupo de ellos, ponían leña al fuego para que las calderas con melao de caña hirvieran; la única forma que tenían para aparearse era de noche.

“De esta acción derivó un código secreto entre los negros y las negras interesadas en esa cita nocturna: “le echamos palo”, utilizada para una invitación al romance o al sexo en la noche a escondidas del amo y el capataz. No sé si eso es cierto, pero seriamente me lo contó mi abuela y nunca me confesó si ella alguna vez tuvo una de esas citas…”.

No siempre pensamos en el origen de las frases que escuchamos. Muchas de las que hoy utilizamos, también tienen un posible origen histórico-cultural cómo este, y forman parte de nuestra cultura.