Antropología de un estado de opinión

Jorge Milanés Despaigne

Barberia particular en La Habana. Foto: Juan Suárez

HAVANA TIMES — Por el canal de opinión que históricamente se ha creado en torno a que “los negros tienen el pene más grande que los blancos”. A estas alturas nadie se asombre, de tal afirmación y, mucho menos, de cuanto voy a comentar aquí.

Así, pues, exonero del compromiso de leerme tanto a los delicados como a los moralistas. Aunque vamos…, nadie tiene que saber…, que me están leyendo. ¡Aprovechen! ¡Esta posibilidad, no se da todos los días!

El problema de las tallas, en este caso, es similar a la de los zapatos; usted se los prueba y si le quedan cómodos… Aunque lo que sugiero te acompaña desde que naces y va in crescendo, como las propias curvas de interés de la vida, con sus altas y sus bajas y con sus nuevas peripecias, nada –como la propia vida- es eterno, ni en materia de lo que te inspira, ni lo que se te inspira.

Cuando era más joven, la mala o buena suerte me acompañaba por las preguntas encubiertas y directas de algunas mujeres “…¡¡¡Tú debes tener un machetón…!!!” ¿O… no? En broma me decían algunas.

El estereotipo haciendo de las suyas: negro, alto y lo otro venía por la historia y tradición…, si bien, alguna que otra vez, hay excepciones que ponen en entredicho las reglas.

El mito del falo próspero viene desde el período de la esclavitud, cuando algunas señoronas, desafiando los tabúes sociales predominantes, decidían saciar sus desafueros sexuales a través de ciertas relaciones a escondidas con los negros esclavos, fuertes, viriles, buscando plenitud sexual y, luego los amenazaban con castigarlos si hablaban.

Otras se conformaban con mirar y desear. De ahí no pasaban. Por otro lado, los hombres blancos, los amos, también se acostaban con las esclavas y luego las intimaban. Estas no tenían que aparentar nada ante la sociedad, aunque había algunas y algunos que ocupaban rangos dentro de la comunidad esclava. De cualquier forma fueron creando una nueva sociedad; la criolla que condicionó a la de hoy.

En la actualidad esta opinión ha disminuido algo, pero se mantiene por el resultado de un proceso antagónico mercantil, en el que algunas revistas famosas y videos continúan colocando a los negros con atributos y tendencias racistas. El mismo estado de opinión, sea implícito o explícito y, por supuesto, eso vende.

Hoy las sociedades están mucho más mezcladas, la globalización lo impone y este mito ha perdido y seguirá perdiendo, como consecuencia de tantas mezclas.

No solo en Cuba se encuentra esa diversidad porque a propósito de Cuba, hay que decir lo que dijo nuestro poeta Nacional Nicolás Guillen en uno de sus versos: “Todo mezclado, todo mezclado”.

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