Isbel Díaz Torres
Con un lenguaje casi poético, diría yo, la declaración rebela los anhelos de un “mundo donde el espacio público es patrimonio de todas las personas, no de unas minorías con poder”, y “donde las decisiones que afectan a toda la población no se discuten ni se toman a espaldas de la mayor parte de ella”.
Los colectivos del OC prefieren “las iniciativas de los vecinos y vecinas que se reúnen espontáneamente para aportar a las comunidades sus mejores dones”, y no privilegian “el lucro, la manipulación y la imposición de la ley del más fuerte”.
Pero a mi juicio lo más importante de la declaración son las referencias implícitas al modo en que se han desarrollado importantes espacios públicos de debate en la isla, con una tremenda potencialidad, pero lastrados por una la falta de autonomía y aquejados por viejos prejuicios.
Para el OC está claro que “la estimulación de la diversidad y las alternativas de enfoque y acción sobre los problemas es lo que conduce a posibilidades de enriquecimiento creativo de la realidad”, por lo que rechaza el bloqueo de determinadas opiniones en “escenarios que presuntamente exploran la noción de lo público”.
Ello no quita, por supuesto, que los colectivos conectados a través de esta red defiendan “modelos en una dirección determinada” y repudien “cualquier forma de explotación económica y/o política, así como los modelos que presuponen como imprescindibles el egoísmo, el despojo a la naturaleza y a otras personas”.
El texto deja claro que las heterogeneidades realmente existentes (incluso antagónicas) no debieran “conducir a una autoridad a proscribir a priori y arbitrariamente otros discursos”.
El colectivo no desaprovecha esta oportunidad para denunciar que “sus acciones y vías de comunicación y divulgación [están siendo] objeto de vigilancia, persecución y difamación, ideológica y policíaca”.
Por otra parte, el OC se reafirma aquí como un colectivo “anticapitalista y antimperialista”, y remata su posición con la expresión: “Repudiamos a la OTAN igual que las UMAP”, mientras rechaza posibles injerencias imperialistas como proyecto de futuro para Cuba.
La temática de los “espacios públicos” ha protagonizado los debates institucionales y no institucionales durante los últimos meses en la isla, involucrando a espacios como los de la Revista Temas, el Centro Teórico Cultural Criterios, o el proyecto Estado de Sats.
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