Un memorable Al Pacino

Por Irina Pino

La sombra del actor (The Humbling)

HAVANA TIMES — Han sido muchos los papeles que ha interpretado en el cine el actor italo-norteamericano Al Pacino, desde la inolvidable Tarde de perros, de Sidney Lumet, Serpico, el policía incorruptible, hasta su éxito con el Padrino parte I, II,y III. En la adaptación del Mercader de Venecia, del dramaturgo William Shakesperare, se le vio lucirse con el papel de Shylock, y no hace mucho en el papel del DrKevorkian.

Pero verlo en la cinta The Humbling (La sombra del actor), del director Barry Levinson, es definitivamente todo un espectáculo, donde el teatro es la razón de ser del personaje. Medio donde se desarrolló Pacino en sus inicios, y al que en ocasiones regresa a trabajar.

Simon Axleres un actor en decadencia que siente que ha perdido su “toque”, por lo que decide alejarse y esconderse del mundo. Pero de repente irrumpe en su casa la hija de una actriz amiga, una joven lesbiana de la que se enamora.

El susto del amor otoñal, de alguien cercano a los 70 años, hace que este hombre se plantee sus roles: como hombre y como actor. Su imaginación lo lleva a desarrollar segundas lecturas y mensajes que no existen. Quiere cambiar a la mujer y darle femineidad, sin embargo, resulta imposible lograr su satisfacción sexual; el amor de ella es un cliché del amor juvenil, de una adoración mítica que se va desdibujando con la convivencia.

Se somete a constantes humillaciones en total inercia, cual si fuera su destino final. Aquí se mezclan las imágenes de lo que él quiere ver, y lo que ve en realidad. Dicotomía que nos confunde, no obstante sirve de gancho para atraernos, como el ejercicio de un actor que se desdobla constantemente.

Los sentimientos de admiración, lástima y tristeza, se mezclan todos al ver a este hombre, a la vez que disfrutamos de su humor sarcástico, eso sin contar con sus disquisiciones filosóficas entre al actor y su personaje, y viceversa.

Hacia el final, cansado de su nulidad, decide volver al escenario y aceptar el personaje del rey Lear. Su afán por recuperarse se ve colmado por su fuerza expresiva y su dolor innegable. La muerte del rey –que parece en un principio simulada–, se revela luego, como un acto de suicidio, que lo hace alcanzar el dramatismo que había ansiado, ante un público impactado que aplaude con frenesí, sin sospechar que la muerte verdadera del actor era su última y gran interpretación.

Articulos recientes:

  • Mundo
  • Noticias

Israel ordena a 100.000 palestinos evacuar el este de Rafah y más noticias internacionales

Presentamos las noticias internacionales en breve recopilada por Democracy Now el lunes 6 de mayo de 2024.

  • Cuba
  • Opinión
  • Segmentos

La pregunta de René González (de “los cinco”)

“¿Alguien sabe cuántas personas realmente producen valor en Cuba, y a cuánto vago por cabeza…

  • Mundo
  • Nicaragua
  • Reportajes
  • Segmentos

José Mulino, delfín de Martinelli, gana en Panamá

Mulino reemplazó al expresidente Ricardo Martinelli, que está asilado en la Embajada de Nicaragua tras…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.