Medicamentos cubanos a altos precios

Irina Echarry

A raiz de una anemia profunda que se me descubrió, he tenido que hacer cambios drásticos en mi vida. Por ejemplo, respetar los horarios de las comidas e ingerir de manera especial algunos alimentos; y administrarme los medicamentos requeridos para aumentar el volúmen de hierro en mi organismo.

Se dice fácil, pero la experiencia demuestra que la tarea es sumamente complicada. La atención médica fue gratuita y rápida. Algunos medicamentos los compré fácilmente en la farmacia. Para adquirir otros tuve que acudir al mercado negro.

Pero como muchas personas coinciden en que en Cuba hay medicina alternativa para la anemia y con calidad demostrada, me lancé a la tarea de reforzar el tratamiento para subir rápidamente la hemoglobina.

Es cierto, laboratorios como Labiofan, BioCen o Genix comercializan productos verdaderamente nutritivos como el Trofin, Ferrical o la Spirulina.

El Ferrical se vende a 30 pesos cubanos, pero apenas se encuentra en las farmacias, a no ser en la de Ojo de Agua, donde mismo confeccionan el medicamento y para comprarlo hay que demostrar con papeles que tienes anemia, o sea no puede hacerse un tratamiento preventivo.

El Trofin y la Spirulina son un poco más difíciles de adquirir pues solo se venden en CUC. Para el Trofin se utiliza la sangre bovina, proteínas hidrolizadas y miel de abejas, este magnífico antianémico que se produce totalmente en Cuba, abastece de hierro al organismo y no da reacciones adversas a no ser al bolsillo; cuesta 9.60 cuc. Aunque me han dicho que a las embarazadas se les brinda gratuitamente en los hogares maternos al igual que a los enfermos de VIH.

La Spirulina es un alga con una concentración de nutrientes impresionantes. Prolifera en aguas cálidas y en nuestro país abunda. Ha sido toda una revolución su descubrimiento pues proporciona buenas cantidades de proteínas y sobre todo Vitamina B12. Un frasco con 70 tabletas se vende a 5 cuc y la dosis diaria recomendada es de 6 tabletas.

No tengo idea de cuánto gasta el estado en la fabricación de esos medicamentos, pero teniendo en cuenta la mala alimentación que hay en la isla pudiera buscarse alguna solución para que el cubano o cubana de a pie (que no esté embarazada y no tenga el VIH) pueda adquirirlos a precios menos agresivos, o sea que los nacionales enfermos no tengamos que pagar por un producto cubano igual precio que el extranjero que viene de visita. ¿Será posible?

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