Sin razones para pelarse

Erasmo Calzadilla

Kabir Vega

HAVANA TIMES — Kabir es un joven amigo que está a punto de perder el preuniversitario. El muchacho ha decidido no cortarse más el pelo, pero en la escuela no lo admiten con melena.

Su mamá (Verónica, colaboradora de Havana Times), Yusimí y el mismo Kabir han contando el dilema desde la perspectiva de cada uno, y una avalancha de comentadores defendió que sí debía pelarse.

En este post intentaré despalillar los argumentos de quienes consideran que lo mejor es darle guacha a la melena. Hice una selección de los mejorcitos y traté de entender su sin-razón.

1. Por una cuestión moral los varones no deben llevar el pelo largo.

No voy a extenderme en este punto porque es evidente que responde a meros prejuicios sexistas. La posición asumida por la autoridad oficial respecto al conflicto es una buena prueba de que la nuestra es todavía una sociedad patriarcal cuyos estereotipos son prescritos en el reglamento escolar. Que viva por siempre el machismo, parecen decir.

2. Debemos acatar lo que la mayoría dispone.

Primero. Que yo sepa nunca ha habido una consulta sobre tales cuestiones.

Segundo. La sumisión de la minoría a la mayoría no se justifica salvo escasas y contadas excepcionales. El siglo XX nos dejó unas moralejas muy claras al respecto: las guerras mundiales, las bombas atómicas, el neoliberalismo y el totalitarismo (el que importa en este caso) son eventos terribles que debemos evitar a toda costa.

Si el moño de Kabir impidiera a sus compañeros ver la pizarra la cuestión sería muy distinta.

3. Debemos acatar lo dispuesto por las autoridades.

No siempre la razón y el buen sentido invitan a ello; no cuando lo dispuesto es injusto e irracional. Viviríamos aún bajo el colonialismo de haber acatado sin chistar las leyes españolas.

Pero no vayamos tan lejos, lo de Kabir y sus padres no es un acto de rebeldía contra la autoridad suprema sino contra una interpretación arbitraria, injusta y al parecer anticonstitucional, impuestas por algún ministro.

4. La uniformidad es un recurso pedagógico disciplinario

No lo dudo en lo más mínimo. Pero la disciplina conseguida con la imposición de leyes arbitrarias es la que prepara reclutas para algún tipo de ejército, no ciudadanos para una sociedad libre.

De todas maneras Kabir y sus padres no pretenden una excepción a la uniformidad sino al contrario: Que las hembras y los varones se rijan, respecto a cómo llevar el pelo, por misma regla, la que más libertad concede.

La indisciplina en la enseñanza media es un fenómeno que tiene en crisis al sistema educativo cubano. Los profesores delincuentes y los estudiantes más terribles tienen que cometer indisciplinas graves de manera insistente para que se decida expulsarlos.

Conocí a un profesor que vendía exámenes y vivía para “templarse menorcitas”; y cuando al fin lo trabaron porque ya era demasiado, la medida fue cambio de escuela. Sin embargo ante una “indisciplina” que huele tenuemente a rebeldía, el aparato activa las alarmas y saca las garras.

Conclusión

Desde mi punto de vista los argumentos en favor de que Kabir se pele no aguantan un round. Se apoyan en prejuicios sexistas, o en el absurdo criterio de que siempre hay que acatar lo dispuesto, o en una interpretación de la uniformidad muy poco uniforme.

Aún así esos argumentos parecen perlas pulidas si se los compara con los aportados por las autoridades educativas y políticas que han atendido el caso.
—–
Nota: En el mismo dilema que Kabir hay otro muchacho. No hablo de él por no contar con el permiso de sus padres para hacerlo.

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