La insoportable levedad del pan en La Habana

Erasmo Calzadilla

 

HAVANA TIMES — En Cuba existe un pacto social diferente al del resto del mundo. El Estado paga un salario miserable a los trabajadores (entre 20 y 30 dólares mensuales) pero a cambio brinda bienes y servicios gratuitos o subsidiados a toda la población.

Cada residente cubano, por ejemplo, tiene derecho a un pan por la Libreta de Abastecimiento, un servicio que comenzó en la crisis de los 90’. El unicornio, como también se le llama, debe pesar 80 gramos y se vende en las panaderías estatales al irrisorio precio de 5 centavos. La gente humilde (es decir, la mayoría) depende de este y otros productos normados para su alimentación.

Sin embargo, el pacto social ha ido degradando en perjuicio de los humildes. Los alimentos, por ejemplo, no llegan a la población con el peso y la calidad estipulados. La actitud general es de apatía y resignación.

 

Ilustración: Carlos

 

Todas las personas que he logrado consultar sospechan que el pan nuestro de cada día es más ligero de lo que debería ser, pero no tienen manera de comprobarlo. Un día se me ocurrió pesar los tres que recibimos en casa y fue tanta la sorpresa que decidí involucrarme en una investigación más profunda. Me interesó conocer cuánto representa para el bolsillo de cada capitalino, y para la ciudad, la cantidad “desviada”.

Con ese fin realicé un muestreo por conglomerados, tomando como base los municipios de la ciudad. Gracias a la colaboración de amigos colecté y pesé 106 panes de los lotes repartidos vía Libreta. La primera muestra fue tomada el 17 de marzo y la última el primero de abril, del presente año.

Resultados

El peso promedio del pan, que debió ser de 80 gr., fue de 55.47 gr. Alguien, cuya identidad aún no hemos revelado, se está quedando con cerca de 24.5 gr. por cada unidad, lo que representa el 31% de la norma.

 

 

El pan se elabora a partir de diversas materias primas (harina, aceite, sal, levadura y agua). Los 24.5 gramos no despachados significan, concretamente, unos 14,96 gr. de harina y 0,15 gr. de aceite. En lo adelante nos concentraremos en estos dos componentes.

La siguiente tabla muestra la cantidad “desviada” cada día y durante un año, solo en La Habana.

 

En la capital del país, cada día, “alguien” le roba a la población unas 32 toneladas de harina y un tercio de tonelada de aceite. Eso implica que, al cabo del año, cada consumidor ha dejado de percibir unos 5 Kg. de harina. En toda la Habana estaríamos hablando de unas 12 mil toneladas de esta materia prima, y unas 115 de aceite, circulando desde las panaderías estatales rumbo al mercado negro.

Para una mejor perspectiva traduzcamos lo anterior a dinero.

 

En la Habana, mediante la Estafa del Pan, unos 5 mil dólares pasan diariamente de los bienes públicos a los privados. Al cabo del año cada capitalino ha dejado de recibir el equivalente a un dólar, que es el salario promedio de una jornada laboral. En la ciudad completa el desvío asciende a cerca de 2 millones anuales. Repartidos entre las 145 panaderías de la urbe serían unos 1100 dólares mensuales por cada una.

Conclusiones

Los trabajadores cubanos perciben un salario miserable, debe ser uno de los más bajos del mundo. Y lo aceptan con tranquilidad porque tienen fe en el Estado redistribuidor, que se esfuerza en brindar servicios gratuitos o subsidiados a toda la población. En un principio fue así, pero en la actualidad una gran parte del dinero que los trabajadores dejan de percibir queda en bolsillos particulares.

Si el robo a la población, mediante la estafa del pan, tuviera un alcance nacional (una tesis a demostrar), estaríamos hablando de unos 10 millones de dólares anuales, como mínimo. Una cantidad no despreciable para un país pequeño y pobre. Con el resto de los productos racionados debe ocurrir algo parecido.

La gente sabe que le están robando, y debería estar molesta, quejándose, buscando culpables y soluciones; pero no es el espíritu que he encontrado en mi corta investigación. ¿Por qué este comportamiento aparentemente irracional? ¿Quién se está quedando con todo ese dinero? Son cuestiones que intentaremos averiguar.
—–

Notas

  • Las muestras fueron tomadas en 13 panaderías de 10 municipios, de 15 existentes en la capital.  La Desviación Estándar fue de 12.73 gramos. El valor máximo fue de 82 gr. y el mínimo de 39,6 gr.
  • Para el precio de la harina panadera y del aceite usamos los datos del mercado mundial, un promedio de los últimos seis meses reportados por Index Mundi. Para un cálculo más realista debió ser incluido el precio del transporte y almacenamiento hasta la puerta de la panadería. En los países latinoamericanos que no producen harina de trigo, el precio en la puerta de la panadería llega a ser hasta dos y tres veces superior al del mercado mundial; igual con el aceite. Como no sabemos cuánto hay en ello de especulación preferimos no incluir esta duda y quedarnos por debajo. Pero es importante dejar claro que los 2 millones de dólares robados anualmente en la capital, mediante la Estafa del Pan, representan solo el límite inferior.
  • El pesado de los panes fue realizado con una balanza de platos, previamente calibrada. El error absoluto del proceso de medición no llega a 0,1 gramos.
  • La población de La Habana usada en los cálculos fue de 2.119.722 habitantes, dato tomado del Anuario Estadístico de Salud 2014. Supuse que esa es la cifra de panes racionados que se elaboran cada día.

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