Granma y la Deforestación

Erasmo Calzadilla

Pons, Pinar del Rio. Foto: Caridad

Cada vez que visito los montes de Pinar del Río tropiezo con la señora deforestación: árboles cada vez más jóvenes tumbados con motosierra, extensos parches arados para el cultivo en áreas protegidas y otros saqueadores haciendo su agosto sin muchas dificultades.

La última vez encontré una situación tan deprimente que me animé a hacer un trabajo para Havana Times pero por no tener fotos decidí aplazarlo. Entonces Granma me cogió la delantera con un Sos: arrasan el Bosque.

Normalmente cuando un medio de prensa cubano habla del asunto es para contar lo bien que marcha la repoblación y cuánto ha aumentado el áreas de bosques desde el año 59, gracias a la voluntad política de la revolución etc., pero este artículo del viernes 18 de noviembre era diferente y vale la pena celebrarlo.

Celebrarlo hasta un punto porque aunque toca el tema con más realismo del acostumbrado en ese diario es tan superficial en su análisis que casi resulta un encubrimiento a los responsables.

Cuenta Granma que en un área protegida de Pinar del Río conocida por Mil Cumbres unos sofisticados bandidos han arrasado con el bosque al punto que ya se hace difícil contar con nuevas semillas para la repoblación.

Todos los organismos del Estado y los campesinos locales andan tras la huella* pero no consiguen frenar la tala porque los ladrones de madera utilizan tecnología de punta: motosierras, celulares, y estrategias cada vez más complejas: puntos de guardia, invasiones nocturnas etc. Las autoridades y los locales consideran que parte del problema se debe a la suavidad de las medidas punitivas aplicadas a los infractores.

Así es como arma la narración el diario de los “comunistas,” toda una historia para una serie policial. A menudo Granma se resiste a aceptar la dimensión sistémica de los problemas que aquejan la nación, quizás porque esto sería como serruchar su propio piso.

Propongo discutir 3 medias verdades de este artículo.

Primera: Los deforestadores son bandidos sofisticadamente ataviados que trabajan de noche…

Normalmente viajo a las montañas protegidas de Pinar del Río una o dos veces al año, solo unos pocos días y no penetro demasiado profundo en la sierra. Aun así me es frecuente toparme a plena luz del día con las personas que realizan estas y otras actividades ilícitas dañinas para el ecosistema.

Nada de bandidos sofisticadamente ataviados sino humildísimos y amables campesinos de la zona. Personas que a lo mejor no se atreverían a violar la ley o estropear el medio ambiente si su situación económica no fuera tan precaria.

Puede que en alguna región específica haya bandidos como los pinta el artículo pero no es lo que abunda al menos en los sitios que yo visito.

Segunda: Todas las Instituciones están luchando contra el problema

Como a los deforestadores no me los he encontrado escondidos en un cueva sino acarreando su cosecha por amplias veredas a la velocidad que puede hacerlo un buey, sospecho que todas las instituciones están luchando sí, pero por su pedacito de madera.

En una zona protegida donde supuestamente existe un doble cuerpo de guardabosques es probabilísticamente improbable que yo llegue de mansa paloma una vez al año y siempre pille a los bandidos en plena masacre.

Cuando las cosas son así tan al descaro es claro que Malanga está implicado, pero Granma se hace el inocente.

Tercera: Una de las causas fundamentales de la deforestación es el aumento del precio de la madera.

Eso dice uno de los funcionarios entrevistados por el órgano oficial del PCC, y el periodista encargado del artículo nada suma. A ello yo añadiría:

–       Que el precio de la madera ha subido pero el costo de la vida también, y la situación de los campesinos pinareños es cada día más dura.

–       Que la madera alimenta toda una red que implica desde los taladores, pasando por los guardabosques, los camioneros, los policías, los carpinteros y artesanos, los consumidores y los respectivos funcionarios a todos los niveles cuya función debiera ser precisamente evitar la deforestación. Solo una corrupción sistémica y generalizada permite que algo así continúe sucediendo.

Una posible solución

Casi todas las personas con las que he conversado sobre el asunto coinciden en que lo mejor sería que los campesinos de la zona se implicaran en el cuidado del bosque y esa actividad resultara provechosa económicamente para ellos.

Por ahora no se molestan en sembrar porque como el monte no es de nadie otro puede venir a talar el fruto de su esfuerzo. ¿Pero qué tal si cada familia o comunidad tuviera asignada un área donde fuera permitido cierto nivel de explotación? En ese caso los propios nativos se convertirían en celosos guardianes del bosque.

Eso se le puede ocurrir hasta a un niño, pero Granma no ve otra solución que perseguir a los bandidos y ponerles multas cada vez más severas.

*Tras la Huella es una serie policial trasmitida por la Televisión Cubana.

Articulos recientes:

  • Cuba
  • Reportajes
  • Segmentos

San Antonio de los Baños, donde el humor dio paso al dolor

Sin electricidad y sin acceso a la red de redes, así pasan los habitantes de…

  • Cancion del Dia
  • Mundo
  • Noticias
  • Segmentos

Mayra Andrade – Canción del día

La artista destacada de hoy es Mayra Andrade de Cabo Verde con la canción Tan…

  • Mundo
  • Noticias

Haití estrena presidencia colegiada de nueve miembros

De los 11,5 millones de habitantes en este país, unos 4,5 millones necesitan ayuda humanitaria…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.