Cómo se enferman los cubanos

Erasmo Calzadilla

HAVANA TIMES — Hoy vamos a tratar sobre la morbilidad en Cuba. ¿De qué suele enfermarse la gente? ¿Cómo han cambiado los patrones de morbilidad en los últimos años?

El Sistema de Salud cubano sufrió un cambio positivo a partir del triunfo de la Revolución. En un par de décadas las enfermedades infecciosas fatales fueron eliminadas, reducidas o controladas, gracias al esfuerzo y los recursos que ahora se destinan a combatirlas. Esa tendencia primer mundista continúa hasta el día de hoy; ninguna sorpresa al respecto.

Sin embargo, otras enfermedades fatales están en fase de expansión, la más alebrestada de todas: el cáncer.

 

Desde 2009 la incidencia de cáncer se disparó en nuestro país. El de piel, especialmente, vino escalando desde abajo hasta intalarse en el primer lugar. No es de los más letales, pero contituye un preocupante problema de salud.

 

Conocimiento público de la enfermedad

Para escribir este post sondié de manera informal a una docena de personas instruidas; ninguna de ellas sabía del “problemita” que tenemos con el cáncer de piel.

En ciertos países -en los estados soleados de los EE.UU., por ejemplo- algunos diarios publican las predicciones de radiación solar como un servicio meteorológico más. Existen leyes que prohiben las actividades escolares en horas de intenso sol, y en sitios de veraneo se está poniendo en práctica el reparto gratuito de bloqueador solar. Porque precaver es mucho más barato y beneficioso para la vida que enfrentar una epidemia, cualquiera se da cuenta.

Cualquiera, menos las autoridades cubanas de Salud. Las alertas, si existen, son mínimas, y fabricar bloqueador solar (mucho menos regalarlo) no está entre las prioridades de las empresas farmacéuticas o cosméticas. ¿A qué se debe semejante actitud, indolente y descabellada? La verdad es que no lo acabo de entender.

Cáncer cuello uterino (CCU)

El segundo tipo de cáncer con mayor tasa de crecimiento anual (hablamos de incidencia) es el de mama, y en tercer lugar avanza el cuello-uterino.

En las primeras décadas de la Revolución la enfermedad fue contenida gracias a la introducción masiva y gratuita del test de Papanicolau. Pero algo está sucediendo que la incidencia y mortalidad del CCU no paran de crecer. Todavía distamos de los niveles pre-revolucionarios, pero el ritmo actual es preocupante.

 

Según estadísticas oficiales, la cantidad de mujeres testadas por la prueba citológica se mantiene estable. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, los CCU tienden a ser detectados en estadíos más avanzados, complicando la enfermedad.

 

¿Cuál es la causa de este cambio en los patrones de comportamiento?

Puede que el cáncer cuello-uterino ha aumentado su agresividad; es posible que la calidad de la prueba ha decaído, provocando el aumento de falsos negativos; o puede, también, que por alguna razón las mujeres sean cada vez más impuntuales con la prueba citológica. Haría falta una investigación más profunda para aclarar la situación.

 

 

¿Dengue?, ¿en Cuba?

Antes de entrar en este punto quiero señalar que las estadísticas de morbilidad en el Anuario Estadístico de Salud tienen un atraso de tres años; el último reporte data de 2012. Por alguna cuestión estratégica -que sospecho relacionada con no espantar al turismo- el Ministerio de Salud oculta los datos más recientes.

Desde mucho antes de 2012 el dengue viene dando leña y colapsando hospitales. Pero el informe oficial del Ministerio de Salud no menciona nada al respecto. Ni una sola vez, en sus 208 páginas, aparecen las palabras dengue o chicunguya. Penosa mancha en la credibilidad de un trabajo que, por otra parte, parece bastante serio.

Notas

• Los datos son tomados del Anuario Estadístico de Salud, actualizado hasta 2015.
• El aumento de cáncer de piel no es una consecuencia del cambio climático o el calentamiento global.