Alba Rico, Siria y el agujero negro

Erasmo Calzadilla

HAVANA TIMES — Hace ya más de un año (enero del 2011) Siria vive un sangriento conflicto que ha costado la vida a más de 9 mil personas y mucho sufrimiento, desaparecidos, desplazados y  todas las desgracias de una guerra.

Desde su estallido la prensa nacional nos viene embutiendo con una versión tan simplona del asunto que habría que ser muy inocente o un cautivo en términos mediáticos para aceptarla:

Por un lado están los malos: mercenarios del imperialismo, y contra estos luchan las fuerzas gubernamentales bajo el mando de un presidente razonable. El auténtico pueblo sirio apoya por supuesto a Al-Assad.

Años atrás tal vez me la hubiera tragado completa pero hoy soy un cubano privilegiado que accede regularmente a la red y no es tan fácil tupirme. Hurgando en el ciberespacio he topado con enfoques mucho más interesantes y creíbles como los del filósofo y politólogo Santiago Alba Rico, publicados en el diario Rebelión.

Alba Rico denuncia sin andarse por las ramas el criminal rol de los gobiernos y medios de prensa “occidentales” pero también reconoce y defiende la existencia de una genuina y justificada insurrección popular contra el gobierno de esa nación.

El de apellido bonito apuesta con fervor a los medios “alternativos” y de izquierda, como Telesur  y  Al-Jazeera, sin embargo ha reprobado el apoyo que sus hermanos de ideología propinan a Al-Assad y antes a Gadafi. Oigamos sus propias palabras:

“A nosotros a veces no se nos ocurre otra cosa que recurrir a la mentira o, aún mas, al negacionismo: negar las matanzas del régimen sirio o la existencia de una revuelta popular legítima y mentir sobre Gadafi o Al-Assad, presentados tantas veces como paladines del anti-imperialismo, el humanismo y el socialismo (usando para ello, como los medios que denunciamos, toda clase de datos falsos o falseados, incompletos o manipulados).”

 “¿Es honesto sugerir que el régimen de Bachar Al-Assad es democrático? ¿Nos conviene por algún motivo negar que es tan dictatorial, y por los mismos motivos, como lo fue el de Pinochet en Chile, el de Marcos en Filipinas o el de los Somoza en Nicaragua? No es honesto y no creo que nos convenga.”

Valoro mucho el trabajo de este pensador honesto y sagaz. Quisiera felicitarlo, darle ánimos y sugerirle que no coja cráneo con los ataques malintencionados e irrespetuosos propinados por sus compañeros de doctrina.

¿Y Cuba?

En varias ocasiones el politólogo ha expresado públicamente su entusiasmo para con el régimen de nuestro país. Hace unos meses participó en el encuentro de los intelectuales con Fidel y allí manifestó:

“Yo soy uno de esos europeos desamparados que desde hace muchos años viene apoyándose en Cuba, por las razones que usted acaba de resumir muy bien, porque es quizá el único país del mundo cuya política se basa en principios éticos, en un internacionalismo desinteresado y en una verdadera protección de los derechos humanos.” (*)

Es muy curioso: Para demostrar el carácter tiránico del gobierno sirio (y justificar la insurgencia popular) el analista recurre a argumentos (llamados aquí burgueses) como la inexistencia de libertad de prensa, la ausencia de pluripartidismo y de candidatos de la oposición en las elecciones.

En el mundo árabe ello es señal de tiranía pero acá se trata de principios éticos y defensa de los derechos humanos.

Es increíble la capacidad de este sistema nuestro para enamorar y desarmar a los mas cáusticos pensadores. El agujero negro de las inteligencias, le llamaría.
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(*) Huelga decir que mientras otros intelectuales se deshacían en halagos al comandante, posiblemente Santiago Alba Rico haya sido el único en dar la nota discordante llamando la atención sobre la (según él) errónea posición asumida por los gobiernos “progresistas” de América en torno al conflicto en Siria.