La mentira como arma política

Elio Delgado Legón

“En la reciente campaña política para las elecciones en Brasil, Jair Bolsonaro, que no presentó ningún plan de gobierno serio, se dedicó a fabricar mentiras contra el candidato del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad”.

HAVANA TIMES – El pensador y dramaturgo griego Esquilo dijo hace más de dos mil 400 años que la verdad es la primera víctima de la guerra. Claro, se refería a guerras injustas, inmorales, faltas de ética y de humanismo. Una conflagración  que defiende una causa justa, una soberanía agredida, no tiene necesidad de ocultar la verdad, porque, como dijo José Martí: “Un principio justo desde el fondo de una cueva, puede más que un ejército”.

Pero la falta de verdad, y más que eso, la repetición de mentiras con el fin de cambiar actitudes en las masas, no solamente se aplica en las contiendas, también en la política –me refiero a la política sucia del capitalismo— se aplica la mentira como un arma poderosa para desacreditar moralmente al adversario y recoger los dividendos políticos resultantes.

Las campañas de mentiras se han vuelto en los últimos tiempos el método más eficaz para lograr objetivos políticos, tanto de índole nacional como internacional.

Pero no se trata solo de decir mentiras simplemente para que el receptor las crea, sino que aprovechando los adelantos científicos en materia de comunicación, se fabrican noticias falsas (fake news) con un nivel de detalles que quien no esté bien informado puede quedar confundido y creer lo que vio en la televisión, como si hubiera estado en el lugar de los hechos.

La historia de las mentiras y los pretextos fabricados viene desde muy atrás, en estados sin escrúpulos y sin principios, pero solo mencionaré los más recientes.

De todos es conocida la historia de las armas de destrucción masiva en Irak, que nunca aparecieron, pero se invadió el país con resultado de miles de muertos y el cambio de régimen, que era el objetivo principal.

En tiempos más recientes, se han fabricado ataques químicos en Siria para culpar al Gobierno, como parte del ataque sucio que se mantiene hace más de siete años contra el Gobierno de Bashar al Assad, con el objetivo de producir un cambio nada democrático.

En América Latina, la guerra de las mentiras es cada día más desvergonzada. Han sido acusados de corrupción, sin pruebas, con la complicidad del poder judicial de los respectivos países, casi todos los líderes de izquierda o progresistas, lo que se ha convertido en una verdadera cacería de brujas o un Plan Cóndor moderno, para quitar del camino a todo aquel que huela a izquierda o progresismo.

Entre las víctimas de ese plan de la derecha internacional y el imperialismo, están Dilma Rousseff, Luiz Inacio Lula da Silva, Cristina Fernández y Rafael Correa, incluyendo algunos de sus colaboradores más allegados.

En la reciente campaña política para las elecciones en Brasil, Jair Bolsonaro, que no presentó ningún plan de gobierno serio, se dedicó a fabricar mentiras contra el candidato del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad, para desacreditarlo y como se sabe, una gran parte de los electores se dejaron engañar con las mentiras y no acudieron a votar o votaron contra Haddad.

Contra los líderes de Venezuela y Nicaragua se han difundido videos fabricados para acusar a ambos sistemas políticos de actos violentos contra el pueblo pacífico, cuando la realidad es todo lo contrario, los hechos violentos los han protagonizado grupos pagados desde el exterior con la complicidad de las oligarquías nacionales.

De Venezuela han difundido un video en el que aparecen unos supuestos militares sublevados en una casa, que es rodeada por otros militares y cuando los que están en la casa sacan bandera blanca y se rinden, son masacrados, incluyendo una mujer embarazada, y todo eso filmado y publicado en las redes sociales. Después aparece el presidente Nicolás Maduro condecorando a los militares que realizaron el hecho. Es la mentira más burda que se pueda ver. Todo realizado bien visible y filmado para engañar a los incautos y analfabetos políticamente, pero que no resisten el menor análisis inteligente.

De Nicaragua han sacado otra grabación fabricada donde aparece la entrada de la universidad y militares entrando y tirando tiros a los estudiantes. Tendría que ser muy burro el presidente y los jefes militares para realizar semejante acto, que además es filmado para publicar.

Sobre Cuba, constantemente están difundiendo noticias falsas sobre los más diversos temas, como presos políticos, represión, violación de derechos humanos, entre otros, para tratar de desacreditar al Gobierno revolucionario de la Isla. Es que la mentira se ha convertido en un arma política poderosa.

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