El bloqueo afecta a Cuba, pero también a EE.UU

Elio Delgado Legón

HAVANA TIMES — Recientemente fue sometida a votación en la Asamblea General de la ONU, por XXIV vez, la resolución titulada Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba por los Estados Unidos de América, y nuevamente fue aprobada de forma casi unánime, solo con la oposición de Estados Unidos e Israel.

En el informe presentado a la Asamblea por el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla, se recoge en detalles y cifras cuanto daño ha hecho la política estadounidense de bloqueo al pueblo de Cuba, datos que no voy a citar, porque son harto conocidos.

Cuando el 17 de diciembre de 2014 los presidentes de Cuba y Estados Unidos dieron a conocer que se restablecerían las relaciones diplomáticas entre los dos países, Barack Obama reconoció que la política de bloqueo había fracasado y que estaba causando daño al pueblo de Cuba, sin que alcanzara el objetivo que perseguía: léase derrocar al Gobierno revolucionario y regresar a Cuba al capitalismo neoliberal.

En su discurso también Obama afirmaba lo siguiente: “Ni el pueblo estadounidense ni el cubano se benefician de una política rígida que tuvo su origen en los acontecimientos que tuvieron lugar antes de que la mayoría de nosotros hubiéramos nacido”.

En otra parte de su discurso expresa: “Yo creo que las empresas estadounidenses no deben ser colocadas en situación de desventaja y que un incremento en el comercio es beneficioso, tanto para los cubanos como para los estadounidenses”.

En estas palabras Obama deja claro que el bloqueo no solo es perjudicial para el pueblo cubano, sino también para las empresas estadounidenses, que están en desventaja ante las empresas de otros países, que hace décadas están haciendo buenos negocios en Cuba.

En este último año han viajado a la Isla numerosos empresarios estadounidenses, además de la visita de gobernadores de varios estados y del Secretario de Agricultura y el Presidente de la Cámara de Comercio, todos muy interesados en el comercio con Cuba, tan pronto sea levantado el bloqueo.

Por otra parte, y aunque Obama no se refiere a ello, Cuba tiene productos que son de mucho interés para los estadounidenses, por su calidad, y otros, del campo de la biotecnología y la industria farmacéutica, que son únicos en el mundo y de los cuales el pueblo de Estados Unidos podría beneficiarse si existieran relaciones comerciales normales.

Recientemente, el sitio Cubadebate tradujo y publicó un artículo aparecido en The Huffington Post, del cual tomaré solo unos fragmentos para mostrar la importancia que les dan los científicos de esa nación norteña a los productos desarrollados por la ciencia cubana:

“Cuando el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo (D), se dirigió a La Habana, en una misión comercial histórica en abril, regresó con la promesa de un producto importante: una vacuna contra el cáncer de pulmón, desarrollada en Cuba.

“La vacuna, llamada Cimavax ha sido investigada en Cuba durante 25 años y llegó a estar disponible, de forma gratuita, para el público cubano en 2011. El Centro de Inmunología Molecular del país firmó un acuerdo el mes pasado con el Roswell Park Cáncer Institute en Búffalo, Nueva York, para importar Cimavax y comenzar los ensayos clínicos en los Estados Unidos”.

Este es solo un ejemplo de los muchos que podrían citarse, como el Heberprot-P, que ya ha evitado miles de amputaciones de miembros inferiores en Cuba y en muchos otros países, y del cual los ciudadanos estadounidenses no han podido beneficiarse, porque el bloqueo no lo permite, muestra de que esa obsoleta política no solo perjudica al pueblo cubano, sino también al estadounidense.