Cuba es un país en revolución

Elio Delgado Legón

HAVANA TIMES – La Revolución Cubana, que después de 150 años de luchas y sacrificios, logró hacer realidad el sueño de nuestros próceres, a partir del primero de enero de 1959, sigue estando presente  en la conciencia de la inmensa mayoría de los cubanos, porque es una revolución del pueblo, por lo que podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que Cuba sigue siendo un país en revolución.

Por supuesto que algunos de los que no vivieron el capitalismo cubano y solo lo conocen por los libros de historia, se encandilan con la propaganda capitalista de países desarrollados, pero no ven la realidad de ese sistema en otros países subdesarrollados, que es hoy, 60 años después, peor que la que tenía la Isla antes de la Revolución.

Hoy hemos visto realidades escalofriantes en naciones con relativo desarrollo y bastantes riquezas, como Brasil y Argentina. El primero, con más de 50 millones de ciudadanos en la pobreza, 30 millones en pobreza extrema, sobre todo, en el campo y en las favelas, alrededor de las grandes ciudades; el segundo, con miles de familias viviendo en las calles por no poder pagar una vivienda, situación que encontramos también en grandes ciudades de Estados Unidos.

En otros países latinoamericanos la situación es peor, pues a la pobreza y la falta de trabajo se unen la violencia y las drogas, lo que hace que miles y miles de personas, incluso familias enteras con niños pequeños caminen miles de kilómetros para llegar a la frontera sur de Estados Unidos, con la esperanza de encontrar una vida mejor.

La Revolución Cubana no ha podido dar al pueblo toda la prosperidad que se propone, pues ha debido sortear obstáculos demasiado fuertes, puestos por un enemigo poderoso que ha hecho todo lo que ha estado a su alcance para que nuestro proyecto naufrague para entonces decir que el socialismo cubano fracasó; sin embargo, de los males y situaciones catastróficas que señalé anteriormente, ninguno se mantuvo en Cuba luego del triunfo de la Revolución. Por ejemplo, aquí no hay desempleo, sino todo lo contrario, falta fuerza de trabajo en muchos sectores.

En el tema de la alimentación, los cubanos hemos tenido garantizada una cantidad de alimentos a precios subsidiados para que ni el más pobre tenga que sufrir hambre. Independientemente de ese suministro, casi regalado, podemos comprar en el mercado cualquier cantidad de alimentos a precios normales.

La educación, a todos los niveles y tipos de enseñanza, es gratuita y no existe la educación privada, pues esa se considera una obligación del Estado. Lo mismo sucede con la atención médica y los medicamentos suministrados en los hospitales, mientras los que se compran en las farmacias también tienen precios subsidiados, independientemente del valor que tengan en el mercado exterior los que se importan y del costo que tengan los de producción nacional. Más del 50 por ciento del presupuesto estatal se dedica a la educación y la salud, lo cual no ocurre en ningún otro país del mundo.

El deporte y la cultura también están al alcance de todo el pueblo, lo que completa, junto con los aspectos señalados anteriormente, los beneficios que el pueblo disfruta y por los que está dispuesto a luchar ante los esfuerzos de aquellos que quieren que el proyecto revolucionario fracase, tanto los enemigos de afuera, como los anexionistas y contrarrevolucionarios de adentro, que prefieren volver a estar bajo el yugo del imperialismo. Por eso Cuba es y tiene que seguir siendo, un país en revolución.