Me duele la cabeza

Danae Suárez

Farmacia en La Habana.

El problema actual de la falta de medicamentos en el país está llegando a términos alarmantes y ya trasciende la frontera de aquellos medicamentos que están dirigidos a enfermedades específicas.

Hace algún tiempo atrás me preocupó la idea de que un medicamento tan imprescindible para la vida de los diabéticos como es la meformina o peor aun la insulina, estuviera en falta en las  farmacias de la Ciudad.

El tema me tocaba bien de cerca, pues mi padre por lo demás diabético, hipertenso y con deficiencias coronarias, meses atrás había pasado por una situación de estrés cuando se vio imposibilitado de conseguir el dinitrato de isosorbide, medicamento también imprescindible para personas aquejadas de cardiopatías y cuya falta de consumo puede poner en peligro sus vidas.

Farmacia en La Habana

En aquella ocasión un verdadero acto de magia lo sacó del peligro (un familiar que vive en el extranjero se lo envió).  Ilusionismo al que tuvo que recurrir por segunda vez para salir victorioso de este nuevo apuro.

¿Qué sería de las personas que no cuentan con este tipo de actos de la providencia? Fue mi primera pregunta en aquel momento.  Un amigo me consoló diciendo que en su barrio una persona pasaba con frecuencia vendiendo estos mismos medicamentos en falta a 10 pesos el blíster, es decir a peso la tableta.   Una vez mas entendía yo que el cubano está destinado a recurrir en todos sus asuntos a un plan de emergencia, no siempre legal.

Farmacia en La Habana.

Estos temas de escasez de medicamentos vitales para la vida de las personas resultan en verdad alarmantes pero a mi juicio el asunto tocó su climax cuando hace unas semanas llegué a rendirme ante la ineficiencia del país para dar respuesta a la demanda de un medicamento tan simple como la duralgina, el paracetamol, el ibuprofeno e incluso la mismísima aspirina, medicamentos que sirven para aliviar entre otros males el frecuente dolor de cabeza que estoy segura aqueja a los cubanos.

No cuento con elementos suficientes para poder discernir si el problema obedece a falta de recursos financieros para la importación de los principios activos de estos medicamentos o negligencias internas del país para producirlos.

Sería ingenuo una vez mas exigir respuestas, solo decir que mientras tanto ya preparé un terrenito en el jardín de la casa para una mata de tilo, salvia o algún otro remedio casero utilizado por los aborígenes desde la época del “Batey.”

Articulos recientes:

  • Cuba
  • Opinión

De la disidencia a la oposición: el camino a Villa Marista

Villa Marista simboliza cómo el régimen cubano percibe la disidencia: un virus que debe erradicarse...

  • Cuba
  • Reportajes
  • Segmentos

Una joven pareja que ha optado por quedarse en Cuba

Ana y Jairo tienen varios empleos que les permiten vivir y no se plantean salir…

  • Cuba
  • Opinión
  • Segmentos

La Iglesia Católica se ofrece como un espacio de diálogo

Los obispos cubanos y su iglesia deberían de tener en cuenta que un proceso de…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.