Culpable hasta que no se demuestre la inocencia

Danae Suárez

Gabriela es una muchacha de 17 años. Es  -a mi juicio-  una joven sencilla, tranquila, sin grandes pretensiones. No va por la vida tratando de sacar ventaja a cuanta situación se le presente,  por el contrario, estudia en el tecnológico de electrónica porque quiere llegar a ser útil en un futuro.

Pero Gaby, como le llaman sus amigos, ha cometido un error: estar sentada frente al Hotel Colina esperando a su novio en el mismo momento en que pasaba por allí un extranjero.

El hombre se le acercó a preguntarle por una dirección. Minutos más tarde apareció  una patrulla de la policía en el sitio y sin pedir explicaciones  recogieron a Gaby y la llevaron detenida a la estación.

“La cámara me cogió y me tiraron por la planta, trató de explicarme mas tarde la misma Gabriela.

(Hay que aclarar que en esa zona como en otras de La Habana existen cámaras que supuestamente “controlan” la situación en la calle)

Fueron varias las horas en la estación. De nada valieron las explicaciones de Gaby, de nada sirvió que no hubiera hechos concretos que probaran su “culpabilidad”, Gaby estaba detenida y punto.

Cuando un rato después, y gracias a que llevaba consigo un celular, apareció su madre y su novio, el policía accedió a soltarla pero con una condición:

-Tráeme 6 cartas de tu escuela, de tu CDR, y de otros lugares para saber que no eres una putica- le dijo.

Gaby y su familia, estaban tan asustados que no supieron defenderse. Trataron de conseguir las cartas y caso cerrado, pues “no querían problemas”.

Yo sin embargo me llené de indignación mientras escuchaba el cuento. Considero una  tremenda falta de respeto a la dignidad de la persona humana el atropello recibido por Gaby.

Mi respuesta – de haber sido la víctima-  habría sido de seguro una acusación directa contra el oficial,  por difamación. Aunque luego recordé que ni siquiera estaría amparada por las leyes pues en nuestro país, y para asombro de todos, somos, según la ley, “culpables hasta que no se demuestre la inocencia”.