Windows XP se resiste a morir en Cuba

Isbel Díaz Torres

HAVANA TIMES – Aunque, como se viene anunciando hace meses, el 8 de abril la Microsoft dejará de darle soporte al Sistema Operativo (SO) Windows XP, los ordenadores cubanos miran con incredulidad los anuncios de la millonaria compañía estadounidense.

En 2008, Microsoft anunció que ya no circularían el popular SO. No se vendió más en tiendas, pero sus socios continuaron ofreciendo soporte técnico hasta el presente año.

Los “tecnodependientes” de todo el mundo comentan alarmados el cambio, y criterios tanto a favor como en contra circulan por la red; pero la isla permanece ajena, sumida en su propia lógica de sobrevivencia, donde quizás en este segundo alguien esté intentando armar en casa una 486 para instalarle Windows 95.

Automóviles de la década del cincuenta del pasado siglo ruedan por las urbes del país, una inmensa mayoría sueña con tener un teléfono fijo en casa, y los familiares envían cartas escritas de puño y letra, a sus seres queridos en la diáspora.

¿A quién le importa si Windows XP sobrevive, si lo cierto es que morirá antes que millones de cubanos lleguen siquiera a conocerlo?

Pero al Estado cubano sí le interesa, y hace casi quince años que intenta promover oficialmente la migración de los SO hacia los Opens Source como Linux, en sus instituciones, donde la casi totalidad de los usuarios trabaja con sistemas pirateados.

Desde 2005 se anunció que la Oficina para la Informatización de la Sociedad, dependencia del Ministerio de la Informática y las Telecomunicaciones, había diseñado la estrategia para el cambio paulatino de la plataforma Windows al Software Libre, que comprendía distintas acciones, tanto organizativas como técnicas, legales y de capacitación.

En 2009 volvió a presentarse una nueva estrategia, según la cual las empresas e instituciones cubanas, a partir del documento rector como guía, organizarían su propia migración, “según las características de cada lugar”, dijo en ese entonces Héctor Rodríguez, jefe del grupo nacional para la migración de SO.

A estas alturas, el proceso puede calificarse de fracaso, dado que el llamado no ha venido aparejado con la renovación tecnológica del equipamiento, y la mayoría de personas e instituciones permanecen aferradas a sus ordenadores con Windows XP.

Algunas personas consultadas consideran que el cambio de una tecnología por otra tomará como mínimo diez años más, y avanzará de modo irregular por los diferentes ministerios en la isla.

“Quienes pueden asumir Linux a la cañona solo son Cultura, Educación, Aeropuerto, Aduana, y Policía Nacional”, evaluó un entrevistado, para quien la edad promedio (más de 45 años) del personal vinculado a estas tecnologías en algunas empresas, significa una “resistencia impenetrable”.

Ciertamente, se menciona como el ejemplo más exitoso de migración, aunque no el único, el de la Aduana General de la República, donde el total del parque computacional instalado funciona con software libre, incluso con aplicaciones específicas del organismo.

Por el momento, el sistema de Joven Club de Computación y Electrónica de todo el país se mantiene ofreciendo cursos básicos, de pésima calidad, para introducir a los usuarios en los Softwares Libres; aunque algunas pocas entidades especializadas han desarrollado capacitaciones de mayor rigor.

A favor del Software Libre en Cuba

La creciente popularidad de los Softwares Libres se debe sobre todo a su extraordinaria estabilidad, al acceso libre al código fuente (lo que permite personalizar el funcionamiento) y a la abundancia de documentación relativa a los procedimientos.

Día a día, más y más programas están disponibles para este sistema, y la calidad de los mismos aumenta de versión a versión. La gran mayoría de los mismos vienen acompañados del código fuente y se distribuyen gratuitamente bajo términos similares a los del núcleo.

Los estudiantes de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), cuyos graduados ya ocupan plazas en diversos centros laborales en la isla, han sido en la práctica los principales promotores de este SO, como alternativa al imperio de Windows, más allá de las orientaciones burocráticas.

Vale destacar que a partir del 2010 los Joven Club asesoran, apoyan y coordinan desde sus instalaciones el trabajo de las comunidades de software libre del país, que cuentan con centenares de sitios web. Se destaca en ese sentido el portal de GUTL (Grupo de Usuarios de Tecnologías Libres).

Foto: Juan Suárez

No obstante, los encuestados mencionan que no todo es color de rosas. Entre los problemas identificados para extender el uso software libre se encuentra los relativos al aprendizaje, dado que la natural resistencia al cambio y las dificultades para acceder a Internet en la isla, no colaboran.

Por demás, existen incompatibilidades o insuficiencias de hardware que la depauperada economía nacional no permite sortear aún, además de que “no todo está soportado, y muchos fabricantes internacionales no colaboran”, señala Jorge, un alumno de la UCI.

“Con el software sucede otro tanto, por la gran variedad que existe, y las dificultades de integración entre aplicaciones”, añadió.

El gobierno quiere entrar al sistema

Aunque durante la XV Convención y Feria Internacional Informática 2013 el jefe del departamento de Ciencias Sociales de la UCI, Orlando Cárdenas, señalaba que “el software libre está llamado a liderar la lucha de clases en el entorno digital para garantizar la soberanía tecnológica”, lo cierto es que la realidad parece señalar hacia otro sentido.

Las históricas y extendidas prácticas de la revolución cubana, que muchos consideraron liberadoras durante décadas, como aquellas relacionadas con la divulgación de obras sin pago de derecho de autor, han venido a menos con el “pragmatismo” de las políticas raulistas.

La impresión de libros foráneos en las universidades, el uso gratis en nuestros medios de las señales televisivas y radiales internacionales, la explotación de software privados en las empresas e institutos investigativos de la isla sin el pago a las empresas propietarias, ahora resultan incompatibles con la inserción del país en el sistema mundo, la propiedad privada y la economía de mercado global.

Gradualmente, las partes foráneas han demandado al gobierno cubano el respeto a la propiedad intelectual en áreas como la música y la investigación, para que los productos nacionales tengan validez fuera de fronteras.

Con los SO sucede de igual forma. Además, la producción de software es uno de las áreas que el gobierno ha identificado con mayor potencialidad productiva, y ya han sido varios los contratos internacionales (con Venezuela, por ejemplo), con uso de profesionales del patio.

En el referido evento de Informática 2013, que reúne a especialistas de diversos países en la capital cubana cada dos años, la isla presentó su sistema operativo Nova para utilizar con plataforma Linux.

El SO cubano posee una versión ligera para máquinas con pocas prestaciones de Hardware, pero muy pocos usuarios la utilizan. De hecho, en ese mismo evento, pero en la edición de 2009, se habían distribuido dos mil DVD con una primera versión de Nova, y aún permanece desconocido.

Dentro de la misma comunidad cubana hay diferendos entre Nova y GUTL. Algunos desarrolladores de Nova rechazan establecer lazos con GUTL, mientras que del otro lado es común que considere a Nova como un proyecto cerrado, según se expresa en el sitio humanOS, de la UCI.

Pero esos debates se desarrollan en círculos de especialistas en áreas gubernamentales o académicas. La sociedad, los comunes usuarios o consumidores de tecnología en la Cuba de 2014, están muy lejos de tales disquisiciones, y ni siquiera han escuchado hablar del 8 de abril.

Perspectiva a corto y mediano plazo

En un panorama nacional dominado por el Windows XP, van apareciendo en los últimos años usuarios con Windows Vista, Windows 7 y últimamente Windows 8. Las instalaciones crackeadas de estos sistemas se mueven por el mismo circuito informal que funciona en la isla para el consumo de audiovisuales.

Los conocidos “paquetes” incluyen –además de películas, telenovelas, y series– carpetas con instaladores de programas, aplicaciones para ordenadores y celulares, y estos SO de Microsoft, los cuales son mucho más ligeros que el gran volumen que demandan los repositorios para los softwares libres.

En la isla ha sucedido un recambio “natural” hacia Windows 7, sobre todo, por lo atractivo de la interfaz gráfica de este. No obstante, los requerimientos de memoria RAM para un buen performance del Seven, han limitado significativamente la extensión de este recambio.

En el caso de Windows 8, la mudanza ha resultado demasiado incómoda para los usuarios, y el sistema posee una dependencia de la conexión a Internet imposible de satisfacer en las actuales condiciones de la isla.

De modo que XP se resiste a morir aquí. La carencia de asistencia técnica nada significará, dado que en la práctica nunca se ha tenido ese servicio entre los residentes en la isla.

La ausencia de otros soportes como parches, protecciones antivirus, problemas de compatibilidad, actualización de drivers, etc., que comúnmente se intercambian por la vía ya descrita, sí forzarían a migrar a una parte de los usuarios que desean o necesitan estar actualizados.

No obstante, un porciento mayoritario dentro del reducido universo nacional de personas con computadora, que se sirven comúnmente de aplicaciones y funciones básicas como el paquete de Office, escuchar música, ver películas, o guardar fotos; podrían mantenerse más de una década con XP.

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