Una nueva era: Cuba y EEUU dejaron de ser enemigos en 2014

Por Isaac Risco

Foto: Syvonne Kozuch

HAVANA TIMES (dpa) — El anuncio fue inesperado y causó furor en el mundo entero. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su homólogo cubano, Raúl Castro, informaron a mediados de diciembre una histórica decisión para abrir un nuevo capítulo entre ambos países, tras más de medio siglo de hostilidades.

“Hoy, Estados Unidos de América empieza a cambiar su relación con el pueblo de Cuba”, dijo Obama el 17 de diciembre en un discurso, en el que también habló del “cambio más significativo” de la política estadounidense hacia la isla en más de 50 años.

“Hemos acordado el restablecimiento de las relaciones diplomáticas”, aseguró Castro en su intervención, después de una inédita conversación telefónica con Obama. El presidente norteamericano anunció además una serie de medidas para flexibilizar el embargo comercial que Washington impone a La Habana desde 1962.

El acuerdo opacó todo lo ocurrido entre ambos países este año e incluso en el último medio siglo. El acercamiento, anunciado una semana antes de Nochebuena y forjado en año y medio de conversaciones secretas -en el Vaticano y Canadá, entre otros lugares-, contó con una participación clave del papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano de la Iglesia católica.

Washington y La Habana sólo retomarán las relaciones “el día en que el presidente de Estados Unidos sea negro y el papa argentino”, reza una broma habitual estos días en la isla, puesta en boca de un ficticio Fidel Castro de los años 60 y que resume muy bien los cambios que han tenido lugar en el mundo desde entonces y el inmenso vuelco político ocurrido ahora.

Las costas de ambos países están separado por apenas 145 kilómetros en el Estrecho de Florida, pero también por décadas de un duro enfrentamiento ideológico.

Estados Unidos rompió en 1961 relaciones con Cuba, una pequeña isla caribeña engullida hasta entonces por los intereses geopolíticos de Washington y un paraíso para las mafias norteamericanas de la época.

La revolución de Fidel Castro de 1959 consiguió expulsar al crimen organizado, pero también expropió a las compañías norteamericanas que dominaban la economía de la mayor de las Antillas.

Aunque Obama ha flexibilizado el embargo, su levantamiento total sólo es posible a través del Congreso estadounidense, dominado por los republicanos, tradicionalmente partidarios de la mano dura con los Castro.

Pese a ello, las expectativas son ahora enormes en la isla. La economía cubana está hundida en una dura crisis económica desde que perdió los subsidios de la extinta Unión Soviética a comienzos de los 90.

“Yo estoy bastante optimista”, dice a dpa Pavel Vidal. El economista, ex funcionario del Banco Central de Cuba, considera que la reconciliación diplomática envía además un poderoso mensaje económico.

Pese a que las empresas estadounidenses siguen sin poder operar en la isla debido al embargo, “el efecto mayor que yo veo es a través de un incremento de las inversiones provenientes de distintos países”, considera Vidal. El gobierno cubano aprobó este año una nueva Ley de Inversión Extranjera, con la que aspira entre otros atraer más de 8.700 millones de dólares en capitales foráneos para proyectos de infraestructura.

Pero también se espera que aumenten los viajes de estadounidenses a Cuba, autorizados parcialmente desde 2009 con medidas reforzadas ahora. Los visitantes suelen llevar dinero a la isla, que se suma a las remesas que los cubanoamericanos envían a sus familias.

La consultora The Havana Consulting Group, con sede en Miami, donde vive la principal comunidad del exilio cubano, estima que los viajes desde Estados Unidos a Cuba podrían alcanzar este año una cifra récord de hasta 620.000 visitantes.

“Eso se puede traducir en una mayor ganancia para los negocios como el mío”, cree Enrique Núñez, dueño de uno de los restaurantes privados o “paladares” más emblemáticos de La Habana.

“La Guarida” recibe en una vieja casona del populoso barrio de Centro Habana -en la que se rodó en los 90 la película de culto “Fresa y chocolate”- a muchos comensales estadounidenses.

Uno de sus “sueños” es abrir una “Guarida” en Miami, agrega Núñez sobre sus expectativas tras el acercamiento. Sería “como un mercado natural”, cree el pequeño empresario de 46 años, uno de los beneficiados en los últimos años por las reformas económicas de Raúl Castro.

Más de 476.000 de los 11 millones de cubanos trabajan en tanto en la iniciativa privada, en virtud de los ajustes con los que el mandatario de 83 años busca por fin dotar al castrismo de un fundamento económico.

Posibles reformas al monopolio del Partido Comunista, sin embargo, están descartadas de antemano. “De la misma manera que nunca nos hemos propuesto que Estados Unidos cambie su sistema político, exigiremos respeto al nuestro”, aseguró Raúl Castro respecto a las negociaciones con Washington para reanudar los lazos diplomáticos, que deben empezar en enero.

Las miradas estarán puestas en 2015 también en el primer encuentro entre Obama y Castro en una Cumbre de las Américas, el mayor foro continental, y en el que Cuba participará por primera vez en abril en Panamá.

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