Preocupaciones monetarias de los cubanos

Por Pilar Montes

HAVANA TIMES – Lo que se llama popularmente ahora en Cuba la Generación del 25 no se refiere a ese año de algún siglo, sino a todos los cubanos nacidos en los años 90 de la pasada centuria, que han vivido toda su vida con dos monedas.

Como ha señalado el Juan Triana Cordoví, reconocido economista cubano, para ese generación, la más normal de todas las situaciones ha sido “vivir con dos monedas, comprar con dos monedas, comer con dos monedas, pensar en dos monedas”.

Para los nacidos antes de la Revolución y que llegaron a la adultez después del primero de enero de 1959, eso es mucho menos que normal.

El objetivo de un “socialismo próspero y sostenible” no se alcanza porque se elimine una de las monedas que, por cierto, son más de dos, ya que existe el CUC-CL (certificado de liquidez) apoyado en reservas en dólares estadounidenses y los que no tienen ese respaldo.

Expertos en lides monetarias plantean que nuestra futura prosperidad se concreta en que exista una moneda única. Ojalá todo fuera tan sencillo y, en parte, se comprende, que demore el nuevo sistema unificador, porque hay muchos más escollos en el horizonte.

En opinión de Triana, “al haber una sola moneda y una sola tasa de cambio, deberemos velar por la disciplina monetaria” que considera el profesor de la Universidad de La Habana como uno de los asuntos más sensibles y complicados no solo para Cuba, sino para cualquier país.

La tasa de 1 CUC igual a 1 dólar estadounidense, está realmente sobrepreciada, lo que obliga a la devaluación del CUC frente al dólar estadounidense, fenómeno que ya está ocurriendo en el mercado informal, desde los 0,92 o 0,93 centavos de CUC por dólar hasta los 0,97 en este año.

Como explicó a esta comentarista el profesor Triana, Niall Fergusson en su libro El triunfo del dinero afirma que el dinero es confianza inscrita. “Por eso mientras existió aquella disciplina, la economía en CUC cumplía con su cometido”, alerta.

Era esa una economía dividida en dos grandes sectores: el que operaba con una tasa de cambio de 24/25 CUP por dólar o CUC que desde sus inicios se ha adaptado a la devaluación del CUP, poniendo costos, precios, salarios ajustados a esa tasa.

Eso significa que el Estado no recibe señales correctas sobre lo que dispone para asignar recursos en el presupuesto. Hoy hay centenares de personas trabajando para corregir ese asunto, incluso expertos internacionales, de la Unión Europea, según se ha informado oficialmente.

Primero es lo primero. Triana sugiere comenzar por el sector estatal e intentar fijar una sola tasa de cambio. La magnitud de la tasa es otro gran reto. Al parecer, en las experiencias de ese tipo, la magnitud de la devaluación es decisiva, porque definitivamente devaluación habrá, ya que se expresa de facto en el alza actual de precios.

En mi experiencia personal, me sorprendió últimamente que hay un rechazo no solo en tiendas y mercados estatales, sino también entre los particulares, a aceptar CUC, incluso cuando los emprendedores privados los toman a 22 ó 23 en lugar de los anteriores 24 ó 25.

El dinero bajo el colchón toma la forma de pesos o USD, en la medida que los propietarios se deshacen de los CUC.  

Siempre habrá un trato especial para los sectores de más bajos ingresos, como ancianos, jubilados, discapacitados, subsidiados, aunque hasta estos temen que se avecinan tiempos de apretar aún más los cinturones, antes que las aguas cojan su nivel.