Reportajes

La presa cubana de Zaza, exhausta

El volumen de la presa está por debajo del 13% de su capacidad / 14ymedio

Por Mercedes Garcia (14ymedio)

HAVANA TIMES – Si alguien ha recibido en Cuba con entusiasmo la actual temporada ciclónica, que se pronostica activa, son las autoridades de Recursos Hidráulicos en Sancti Spíritus. Hace cinco años que la presa Zaza no abre su aliviadero –es decir, no se ha llenado completamente–, y la falta de aguaceros contundentes en los últimos meses le ha dado a la sequía ribetes críticos. Donde antes los pescadores se escabullían para sacar algunas tilapias, ahora pastan las vacas.

“Todo lo que se ve de tierra debería estar cubierto de agua por lo menos hasta la altura del puente”, dice un vecino de la zona a 14ymedio, que llegó hasta el lugar, en la carretera de La Sierpe, para comprobar el estado del embalse. “Esto está en muy malas condiciones y el agua se ha retirado tanto que ya los guajiros usan la presa para soltar los animales”, señala el espirituano, que dice contar, “por arribita”, unas 70 u 80 vacas.

“Al final la sequía ha tenido su lado provechoso, y el ganado se alimenta de esas hierbas que reverdecen por estar cerca del embalse. Lo malo es que mucha gente se ha acostumbrado a que no pase agua por ahí, ni río abajo”, reflexiona el vecino, aunque reconoce que “es peor que no llueva”.

Las autoridades, incluso a nivel nacional, tienen una preocupación similar a la del espirituano. Hace un quinquenio que la presa no alivia y muchos residentes han establecido sembradíos y otras estructuras en lo que solía ser el cauce del río Zaza. Si bien ahora el mayor embalse de la Isla está a apenas el 13% de los 1.020 millones de metros cúbicos de agua que puede almacenar, eso podría cambiar este verano y la vida de muchos espirituanos se vería en peligro.

El pasado 8 de junio, Inés María Chapman, viceprimera ministra de Cuba, realizó un recorrido por la presa. La intención de la comitiva, también compuesta por el presidente nacional de Recursos Hidráulicos, Antonio Rodríguez Rodríguez, era poner en alerta a las autoridades provinciales porque, si hay alguna afectación por las lluvias, “no existen condiciones como en otros momentos para dar soluciones a esas problemáticas”, dijo Chapman.

La funcionaria llegó a Zaza dos días después de que un artículo en el periódico local, Escambray, anunciara las medidas desesperadas que se tomaron para que la presa no llegara a su volumen muerto. El embalse no mostraba una situación tan desesperanzadora desde los años 80, cuando bajó hasta los 100 millones de metros cúbicos.

El agua se ha retirado tanto que varios guajiros ponen a pastar a su ganado en la presa / Escambray

Según Escambray, ese día el volumen era de 121 millones gracias a las lluvias ocurridas en algunas localidades de Sancti Spíritus. Hasta ese momento, admitió la prensa oficial, la presa se mantenía con trasvases de los embalses Tuinucú, Dinorah y Felicidad. Solo en mayo las precipitaciones se comportaron por debajo del registro histórico de 98 milímetros (mm), y se reportaron cerca de 54 mm, algo más de la mitad.

La sequía de Zaza, que también nutre a otros territorios como Ciego de Ávila, ha afectado considerablemente otros renglones económicos, más allá del abasto a la población. Según el diario, con la bajada del volumen se limitó el suministro de agua a la empresa agroindustrial del grano Sur del Jíbaro en La Sierpe, una zona arrocera que desde entonces ha visto decaer su producción.

A inicios de mayo, cuando la prensa alertó por primera vez de la compleja situación de Zaza, el tema giró en torno a los pescadores que trabajan en el embalse, y que debieron comenzar una captura frenética antes de que murieran los peces por la sequía. 

Zaza está “agonizante”, lamentaba entonces Armando García, un pescador entrevistado por Cubadebate. No hay que echar la pita al agua, los peces se pueden coger con la mano, aseguraba.

Las autoridades han puesto sus esperanzas en las lluvias pronosticadas para este mes y en que algún huracán de paso traiga suficiente agua como para que la presa alcance un volumen que le permita tirar todo el año. La temporada pasada Zaza solo pudo llenarse en un 40% y las consecuencias se han visto ampliamente este 2024.

Por el momento, las compuertas de la presa tienen sus paredes secas, los charcos de agua estancada han comenzado a tornarse verdes y en lo que solía ser el fondo del embalse los guajiros han marcado trillos en la hierba.

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