Huevos podridos en el Día de la Prensa Cubana

“Una es la prensa, y mayor su libertad, cuando en la república segura se contiende, sin más escudo que ella, por defender las libertades de los que las invocan para violarlas, de los que hacen de ellas mercancía, y de los que las persiguen como enemigas de sus privilegios y de su autoridad.” (José Martí, “Patria”, Nueva York,14 de marzo de 1892.)

Vicente Morín Aguado

HAVANA TIMES — La invitación es analizar lo publicado en Granma, órgano oficial de los comunistas cubanos, sobre el último escándalo de corrupción en el país, donde un grupo reducido de personas estafó al estado 9 millones de pesos en diez meses. ($360.000 usd)

El artículo de referencia se publicó el 13 de marzo, vísperas del Día de la Prensa Cubana, está disponible en internet, inclusive puede accederse al reporte de Yudy Castro desde los teléfonos celulares en el país.

El titular, “Los retorcidos caminos del descontrol.” obedece a una consigna política, reiterada a lo largo del extenso artículo, una máxima del actual Jefe de Estado y líder del PCC, Raúl Castro, quien considera de vital importancia recuperar los métodos de control administrativos en su proclamada lucha contra la corrupción.

En teoría la idea es totalmente lógica, pero los hechos reportados apuntan a otra parte, realmente los dirigentes de las dos empresas involucradas en los hechos controlaban, lo hacían bien, las investigaciones practicadas por la policía económica así lo confirman, sencillamente controlaban para desfalcar al monopolio estatal del cual ellos eran parte.

Veamos otra cita ilustrativa:

“Las ramificaciones de este andamiaje de ilegalidades y los nexos que lo sostuvieron resultan aun más complejos e involucran a un total de 19 acusados, luego de concluida la investigación, estrictamente ajustada a la racionalidad. De lo contrario, otros eslabones podridos se habrían sumado a la cadena.”

La típica fraseología del periodismo estatal debe interpretarse así: no siguieron profundizando, de continuar revolviendo la podredumbre, la peste rebasaría el municipio de Marianao.

Un nuevo detalle:

“Entre las deficiencias más notables figuraron los elevadísimos saldos de cuentas por cobrar vencidas, cuyos montos superaban los 50 millones de pesos.”

La generalización de este problema fue analizada en el Consejo de Ministros, simplemente, río revuelto, ganancia de pescadores. La burocracia no desea clarificar cuentas porque le conviene semejante desastre para robar.

La próxima cita es una auténtica joya del periodismo partidista:

“Cuentan que durante esa época existió una situación compleja con la producción de huevos en el país. Por ello la comercialización liberada de huevos era muy dirigida.”

Había desabastecimiento, la producción era deficitaria y el estado regulaba las cantidades a vender en el mercado bajo su control, mitigando el descontento popular.

Un detalle significativo: dos choferes distribuyeron huevos-fraude equivalentes a dos millones de pesos, el 23 % de todo lo robado. Se trataba de una banda bien organizada porque aparece otro personaje cuya procedencia no se aclara, quien era clave en el modus operandi:

“Previamente Nguyen Cruz, se encargaba de ubicar a los administradores que asimilarían el producto, y era responsable además de recoger el efectivo y repartirlo.”

Se habla de “venta ilegal de huevos”, no es exactamente así: el producto se vendía legalmente en las unidades habilitadas al efecto, el robo se consumaba al declarar sólo una parte, justificada en papeles, apropiándose los delincuentes de la otra.

El lector debe conformarse con la única fotografía de los llamados “Autorizos de carga”, una prueba policial. El pie de foto es elocuente: “Antes eran simples recortes de papel manuscritos, el modelo concebido hoy resulta más seguro”- mejor decir más formal, más bonito- el texto concluye “aunque puede ser vulnerado.”

Las conclusiones comienzan así: “Mecanismos vulnerables, contrapartes ausentes.”

Hay contra parte, son los trabajadores de las empresas involucradas, por supuesto, si ejercieran el poder correspondiente a su condición de propietarios de los medios de producción, refrendada en la constitución socialista bajo el título de “Propiedad social de todo el pueblo.”

Desde las granjas avícolas hasta los puntos de venta, si los trabajadores pudieran controlar la cadena productiva de una propiedad que si dice de ellos, otro gallo cantaría.

Las investigaciones abarcaron 10 meses del año 2012, de seguro, los hechos mucho más. Se trata de un producto de primerísima necesidad en Cuba, calificado por la voz popular como “los salvavidas.”

Ahora sancionarán a 19 personas con penas entre 8 y 20 años de prisión, ni siquiera un dirigente del Partido o el Gobierno aparece opinando en el artículo de Granma. Para la cúpula gobernante es suficiente con decir:

“Por ello en cada etapa de la investigación se hizo particular énfasis en las brechas de los procedimientos y los mecanismos internos de supervisión, caldo de cultivo para la corrupción.”

“Brechas”, “Mecanismos”, agréguese la policía y hasta los GPS colocados en los camiones, por cierto, el articulista señala que tales dispositivos electrónicos eran sistemáticamente alterados, ¡No digo yo!, por el dinero baila el mono.

El reportaje concluye con la siguiente frase:

“Pero a juzgar por la magnitud de los acontecimientos y por la naturaleza propia de las actividades que allí se desarrollan, nadie podría sentirse confiado.”

Felicidades a toda la prensa cubana en su día, hecha desde los Estados Unidos, como la hizo Martí, desde cualquier otro lugar del mundo y especialmente desde donde escribo, Cuba.
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Vicente Morín Aguado: morfamily@correodecuba.cu