Exportar fuerza de trabajo, una vieja práctica del socialismo a la cubana

Vicente Morín Aguado

Remesas a Cuba. Foto: cafefuerte.com

HAVANA TIMES — Fin de año, Día de las Madres o cualquier otra fecha señalada determinan en Cuba largas filas frente a cualquiera de las casi 500 oficinas que ha establecido la Western Union (WU)  en el país.

Odilón Molina, presidente de la transnacional para Las Américas, ha declarado que el monto total de transferencias a Cuba superó los mil doscientos millones de dólares el pasado año.

La cifra supera con creces los ingresos netos del turismo, porque aunque la industria del ocio pudo recaudar tres veces más, sus ganancias se estiman entre 24 y 30 centavos por cada dólar de acuerdo con evaluaciones confiables, entre otras la del economista cubano Omar Everleny.

Sin embargo, lo de la WU es solo un filón de la exportación de fuerza de trabajo, no olvidar que casi medio millón de cubanos que viven en suelo estadounidense visitaron su Patria este 2016, ellos trajeron consigo las remesas, tanto en billetes como en especie e igualmente dinero limpio de polvo y paja. Por si fuera poco, resta contabilizar el aporte de la diáspora asentada en Europa y demás países del mundo.

La entidad independiente The Havana Consulting Group se ha dedicado al asunto, uno de sus directivos, Emilio Morales, ofrece los datos que a continuación analizamos:

-Al cierre de 2014 las remesas cubanas, solamente desde EE.UU, se estimaron en 3 mil 128, 9 millones de dólares con un margen de error nunca superior al 4 %.

-Los ocupados laboralmente en 2014 eran 4 968,8 millones. Una simple aritmética arroja que la emigración aportó 629,7 dólares por cada compatriota “que labora” en el país donde la gente no quiere trabajar. La cifra significa 16.100 pesos en moneda nacional al cambio oficial de 25 de tales pesos CUP por un Convertible CUC igual a dólar. Es decir, considerando los 584 CUP de salario medio mensual para la fecha=7 008 al año, la fuerza de trabajo cubana en Estados Unidos aportó a su país de origen más del doble que sus coterráneos. Excelente negocio el de la emigración.

Paisaje cubano. Foto: Franco Cariño

Exportar fuerza de trabajo no es materia casual, ni siquiera consecuencia indirecta del diferendo entre los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos; allá por los años ochenta del pasado siglo, bajo la capa del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), entidad económica internacional del desaparecido campo socialista, se practicó ampliamente el envío dirigido de cubanos hacia Europa del Este y la URSS.

Entonces los sueños eran un tanto modestos, podían definirse con una motocicleta ETZ alemana. Celosamente conservadas, vendidas y revendidas, miles de estos ciclos circulan por nuestras calles. Buena parte de los cubanos que asistieron a la caída del muro de Berlín aprovecharon la ocasión para quedarse definitivamente en tierras europeas.

La venta de trabajo calificado alcanzó su clímax a través de las llamadas misiones internacionalistas, con la Salud Pública como centro. La materia ocupó espacio reciente en Havana Times al abordar específicamente el caso Venezuela.

Parte de una entrevista concedida al portal web 14 y Medio, Omar Everleny define cuáles son las fuentes de ingresos de la economía cubana:

Los servicios en primer lugar. Pero se supone que los pagos por servicios de Venezuela han disminuido por la propia situación interna de ese país, se puede estimar que podría estar alrededor de 1.000 millones de dólares de lo que debería ingresar a Cuba [en 2012, se estimaba que la Isla ingresaba unos 8.200 millones por servicios médicos en el país caribeño, de los cuales actualmente puede haber dejado de recibir en torno a 1.300].”

Emilio Morales

El economista Emilio Morales adelanta datos elocuentes del por qué  exportar fuerza de trabajo:

“Si comparamos per cápita la cantidad de remesas enviadas por emigrados cubanos  con el sueldo anual promedio de la población laboral activa en el país, (calculado al tipo de cambio oficial—compra de USD— a 24/1), las remesas de un emigrante sencillo equivalen a 9.55 sueldos anuales de trabajadores en Cuba.”

Tratándose de los servicios médicos, vale recordar que el académico Carmelo Mesa Lago calculó para Venezuela no menos de 10 mil euros de ingresos mensuales por cooperante, de los cuales el monopolio estatal se apropia directamente alrededor del 70 al 90 %  sin reclamación posible por parte de los “misioneros” así contratados.

La conclusión final es sencilla: incapaces de construir una economía productiva en su propia tierra, los líderes del proyecto socialista cubano encontraron, más o menos directamente, vía migrantes o vía proyectos dirigidos, el camino de vender a sus ciudadanos para recibir luego los beneficios correspondientes en un sistema de gobierno totalitario en el que el derecho a réplica está muy limitado.

Vicente Morín Aguado: ememultiplicada@nauta.cu

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