Por Luis Rondón Paz
A pesar de ser una adaptación, durante todo el espectáculo mantiene al público atento de lo que ocurre en la corte del rey Berenjena, rodeado de diversos personajes ubicados en una época que a veces no se sabe si es medieval, actual o de ficción.
Cuenta la historia de un monarca semejante a muchos otros de la historia de la humanidad, y cito: “Que dictan órdenes incumplibles, con una discapacidad obsesiva-progresiva y que han convertido a su país en un imperio desvencijado y totalmente en ruinas. Todo esto dentro de los formatos del teatro absurdo (…)”, con una dinámica narrativa que constantemente juega con la cultura política e histórica del público invitándole a sacar sus propias conclusiones de la obra.
Pensé hacia mi interior mientras disfrutaba del tergiversado discurso de los caracteres en el escenario, en el cual, durante varios momentos de clímax dejó al público por varios segundos riendo a todo dar, cuando uno de los personajes en la corte imploró a la Reina que cumpliera la amenaza de darle un puntapiés en el trasero que le haría caer directamente en los Estados Unidos de América. A propósito de ser este el país al que se ha dedicado la obra teatral y las siguientes presentaciones durante la actual temporada. Teniendo en cuenta que el estreno nacional de “El Rey se Muere”, en La Habana, fue el pasado sábado 4 de julio, Día de la Independencia de la nación norteña.
La narración no decae. El “veneno” reinante de la corte es el mejor aliado de la doble moral que, con mucho estilo, sus personajes expresan alrededor del monarca. Ellos conocen que él expirará dentro de poco. A veces a sus espaldas y en otras ocasiones en su propia cara, cuestionan qué será de ellos cuando “Él, Aquel o Ese” deje la tierra de los mortales. Mientras, su majestad supremo en jefe, en su impertinente insistencia de perdurar, ordenará que todo emplee su nombre cuando llegue el final de su casi vegetante existencia.
“Pues como marco nos legará una nación agrietada y un estado en el más triste, desolador y cruel declive”.
Como dice el nombre de la obra “El Rey Se Muere”, sí, se muere al final y la Reina, (o las reinas, porque son dos en la puesta) asumen el mandato dejando espacio abierto a la imaginación del público cerrando con un hermoso beso lésbico.
Me pareció una obra refrescante y para reflexionar de todo lo que está a nuestro alrededor, nuestros valores y creencias. Además de plantearnos la verdad absoluta de que algún día, todas y todos moriremos.
La obra se estará presentando todos los fines de semana del mes de julio, viernes y sábados a las 8:30 pm y los domingos a las 5:00 pm, en la sala Tito Junco del centro cultural Bertolt Brecht.
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