El legado de Fidel Castro contado por siete seguidores

Por Tracey Eaton

HAVANA TIMES — Algunos cubanos celebraron la muerte de Fidel Castro, pero otros dijeron que echarían de menos al barbudo que lideró al archipiélago cubano durante décadas.

Las historias de siete de esos fidelistas arrojan luz sobre el atractivo de Castro, quien llegó al poder en 1959.

María Antonia Figueroa

María Antonia Figueroa fue una organizadora durante la Revolución y ayudó con el control de las finanzas de los rebeldes.

Mientras recordaba la Revolución Cubana desde su departamento de La Habana, un vendedor de frutas y verduras pasó frente al edificio. Figueroa, ahora de 97 años, subió al balcón y gritó para abajo: “¿Tienes limones?”

“¡Sí!”, respondió también a gritos el vendedor, y Figueroa cogió una cesta y la bajó. “Estoy loca por los limones”, dijo.

Le pagó al hombre un poco más de un dólar, luego subió la canasta.

Ella llama a Fidel Castro “nuestro padre” y muestra un retrato de él en la pared de la sala de estar de su casa.

Figueroa vivía en Santiago de Cuba cuando Fidel Castro y sus seguidores atacaron el cuartel Moncada en 1953. El asalto falló y Fidel  fue arrestado. Figueroa dijo que lo conoció después de ir a prisión.

En ese momento dijo que sentía “repugnancia y odio hacia la dictadura de Fulgencio Batista”. Así que se unió al Movimiento 26 de Julio y fue nombrada tesorera del grupo.

Dijo que moriría feliz por saber que ella aportó su granito de arena a la Revolución.

Cuba “fue el primer territorio libre” de América Latina, dijo. Y Fidel Castro aún tiene “el afecto, el respeto y el amor de aquellos cubanos que creyeron en él y pelearon con él”, dijo.

Marta Rojas

Marta Rojas es una periodista y escritora que cubrió el juicio de Fidel Castro de 1953, tras el fallido ataque al cuartel Moncada en la ciudad oriental de Santiago de Cuba.

Durante el juicio, Castro pronunció un discurso de cuatro horas que justificaba el ataque al Moncada y llamó tirano al entonces presidente Fulgencio Batista. Él representó a Cuba como un lugar de injusticia, violencia y desempleo y terminó su alegato con las palabras: “La historia me absolverá”.

Después del discurso, Castro caminó a través de la pequeña habitación de un hospital donde el juicio tuvo lugar. Rojas recordó que se acercó a ella y le preguntó: -¿Has tomado nota?

Sí, respondió ella.

El gobierno de Batista no guardó un registro del discurso de Fidel Castro y los censores prohibieron a los periódicos publicar sus palabras en ese momento.

Después de que los insurgentes expulsaron a Batista de la Isla, el discurso fue publicado junto con la narración de Rojas sobre lo sucedido.

Rojas dijo que la historia ha demostrado la verdad de lo que dijo Castro en 1953.

“La historia ya lo ha absuelto”, dijo Rojas, quien describió a Castro como un “gran político” que también era versado en derecho, historia y ciencia.

“De cualquier manera que lo mires, él era un genio. Dicen que los genios hacen lo que pueden y no lo que quieren, porque sus mentes están llenas de demasiadas ideas para llevar a cabo”.

Rebeca Chávez

Rebecca Chávez es una cineasta que ha realizado varios documentales sobre Fidel Castro y sobre la Revolución Cubana.

“Para los cubanos de mi generación, la figura de Fidel se convirtió en un paisaje o como una especie de fondo, una presencia…  que ha estado con nosotros durante toda nuestra vida”, dijo Chávez. “Nadie puede negar que es la figura más importante de la Cuba del siglo XX y una muy importante en América Latina”.

Chávez describió a Castro como “casi surrealista”, como un personaje de una novela del ya fallecido autor colombiano Gabriel García Márquez.

“Él tuvo que pensar mucho en cómo asegurarse de que su proyecto revolucionario y Cuba sobrevivieran” en los años noventa, dijo Chávez.

Ella le atribuye a Fidel los créditos por la educación, la cultura “en el sentido más amplio” y “el sentido de dignidad, de pertenencia, que nos ayudó a resistir” después del colapso de la antigua Unión Soviética.

Chávez dijo que quería producir documentales sobre Castro, porque pretende aprender más sobre él.

“A pesar de todo lo que he escuchado, todo lo que he leído en las miles de entrevistas que ha dado… siempre he tenido mucha curiosidad y siempre he pensado: ‘Quiero saber más sobre esto o aquello”.

Chávez recordó que se unió al cineasta Santiago Álvarez en 1977 cuando entrevistó a Castro en Playita de Cajobabo, una playa rocosa del este de Cuba. Ese es el lugar por donde el poeta cubano José Martí había llegado a tierra para unirse a la guerra contra España en 1895. Martí fue asesinado en la batalla y se convirtió en Héroe Nacional.

Álvarez le contó a Castro que un anciano que vivía cerca había conocido a Martí.

Castro dijo que quería conocer a ese hombre, que se llamaba Salustiano Leyva. Chávez dijo: “Nunca olvidaré que Fidel se acercó a Santiago y le dijo: ‘He venido aquí para acomodarte. No quiero que pienses que de ninguna manera quiero compararme con Martí. He venido aquí para complacerte”.

Osmani Díaz

Osmani Díaz dijo que fuerzas del gobierno asesinaron a su abuelo durante el levantamiento contra Fulgencio Batista en los años cincuenta.

“Mi abuelo fue acusado de ayudar, dar comida y proporcionar algunos suministros a Fidel, y fue sacado y quemado vivo”, dijo Díaz. “Mi madre todavía siente la pérdida. ”

En la acatualidad Díaz es un guía en La Plata, antiguo puesto de mando del Ejército Rebelde en las montañas del oriente de Cuba. Fidel Castro dirigió la lucha contra Batista desde ese lugar que alguna vez fue secreto, y que fue construido en una colina debajo de un dosel de árboles.

Después de que los insurgentes ganaran la guerra en 1959, Díaz dijo que el gobierno rebelde ayudó a su familia y se aseguró de que “tuvieran buena educación” y suficiente comida. “Mi madre y yo admiramos mucho la Revolución por eso”.

Arsenio García

Arsenio García Dávila es un excombatiente que se unió a Fidel Castro y a otros 80 en el Granma, el yate que llevó a los rebeldes de México a Cuba en diciembre de 1956.

Menos de una docena de los 82 expedicionarios del Granma siguen vivos y de los que participaron en la lucha armada contra el entonces dictador Fulgencio Batista solo quedan cuatro. Esos cuatro tienen el rango de “Comandante” de la Revolución. Son García Dávila, Raúl Castro, Ramiro Valdés y Efigenio Ameijeiras.

La Revolución Cubana comenzó en 1953 cuando Fidel Castro y sus seguidores asaltaron el cuartel Moncada en la ciudad oriental de Santiago de Cuba. La mayoría de los atacantes fueron capturados o asesinados.

Castro sobrevivió y fue a juicio. Fue sentenciado a 15 años de prisión. Las autoridades cubanas lo perdonaron en 1955. Él y otros rebeldes viajaron a México para reagruparse.

García Dávila ayudó a abastecer a los insurgentes en México.

“Yo tuve un comienzo muy humilde. Nunca había visto 500 pesos juntos “, dijo. “Me sentí muy honrado de que confiaran en mí y me dieron 10.000 dólares para llevar a México”.

Alexis Leiva Machado

Kcho, alias de Alexis Leiva Machado, es uno de los artistas más famosos de Cuba. Él duda que se hubiera podido convertir en un creador si Castro no hubiera puesto una escuela de arte en la Isla de la Juventud, donde él nació.

Dijo que Castro cambió no solo su vida, sino también la de millones de personas.

“La historia echará de menos a Fidel” y “la historia no echa de menos a mucha gente”, dijo el virtuoso.

Kcho dijo que el liderazgo de Castro era inspirador. Lo describió como un maestro de todo, un hombre renacentista. Y agregó que aunque Castro había cometido muchos errores, también había hecho muchas cosas buenas.

El esfuerzo de Castro por brindar educación gratuita y atención médica a todos los cubanos es probablemente la parte más importante de su legado, dijo el artista, quien describió a Castro como “una persona muy inspiradora”.

“Escuchar hablar a Fidel sobre cualquier tema es muy inspirador y motivador”, dijo. “Ese hombre nació allí en Birán y desde muy temprana edad ha inspirado y motivado a mucha gente”.

Javier Sotomayor

Javier Sotomayor es un exatleta olímpico, quien tiene el récord mundial en el salto de altura. Él llegó a los 2,45 metros (8 pies y 3/8 pulgadas) en 1993.

En ese momento, Sotomayor contó que los trabajadores estaban construyendo apartamentos con techos de 2,43 metros (poco menos de 8 pies). Castro “le dijo a todo el mundo, sobre todo a los constructores de esos apartamentos, que la altura de los apartamentos era a la que yo llegaba y que tenían que estar a la altura de lo que yo había hecho”, dijo el exatleta.

Sotomayor dijo que Castro ayudó a Cuba a convertirse en una potencia deportiva. Él permanece agradecido al líder cubano por estar pendiente de él incluso después de ser  acusado en 1999 de usar cocaína.

Dijo que Castro luchó contra la pobreza y traspasó las fronteras. Lo describió como “un hombre sin precedentes”.

“Siempre estará en nuestros corazones, en los sentimientos de cada uno de nosotros. Creo que su ejemplo perdurará por siempre “, dijo Sotomayor.

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