Cada día es más difícil cambiar dinero en La Habana

Por Vicente Morín Aguado

HAVANA TIMES — La existencia de dos monedas de curso legal y factura nacional obliga al necesario cambio de una por la otra, según las obligaciones a cumplir, intentando, además, ahorrar los exiguos ingresos de la mayoría de la población. La realidad actual es que la necesaria operación se ha convertido en un reto para los cubanos.

Aunque el Gobierno ha reiterado por varios años su decisión de eliminar la dualidad monetaria, no se avizora el llamado Día “D”. La proclamada política de darle mayor protagonismo al peso cubano (CUP) es contraproducente y limitada, de hecho, sigue siendo necesario cambiar pesos convertibles (CUC) por CUP y viceversa, predominando el primero de los dos canjes como necesidad económica para la mayoría:

“Lo tomo como simple aritmética, si un litro de aceite de soya vale 2 pesos en las tiendas recaudadoras de divisas (TRD), me cobrarán 50 pesos cubanos, no entiendo entonces por qué mantener dos monedas circulando”. Tal fue la expresión de varios encuestados, sin embargo, otros agregaron detalles reveladores. A la espera larga y paciente para pagar la cuenta telefónica una señora aclara:

“Los servicios en CUC puedo pagarlos en CUP, al cambio de 25/1, nunca al revés, o sea, la cuenta del teléfono fijo es obligado abonarla en CUP. El asunto se complica, porque muchos nos valemos de las remesas o de ingresos propios en convertibles, Cuba está muy dolarizada.”

Ciertamente, tanto que todavía existe la costumbre de llamarle dólares a los CUC, pues su origen fueron los billetes verdes norteamericanos, cuyo cambio oficial es 1/1, descontando un impuesto del 10 % sobre la tasa legal que es ligeramente inferior al referido 1/1, dada la normal ganancia de las entidades bancarias.

[El cambio de 1/1 está utilizado en la contabilidad de empresas estatales, lo que les da una rentabilidad ficticia.]

La gente quiere ahorrar y por ello le es necesario acudir al cambio: “Figúrese periodista, en la Cadeca—sistema de casas de cambio— te compran el CUC a 24/1 y en la calle a 23/1, son 1 o 2 pesos perdidos cuando se precisa pagar en moneda nacional, porque el estado acepta solamente a 25/1”, aclara la entrevistada.

Alguien vuelve sobre los referidos dólares USA: “En Cadeca terminas recibiendo 87,40 CUC por 100 dólares, en la calle los “fuleros” te dan entre 90-95 según sean billetes pequeños o grandes.” Resulta que los papeles de 50 y de a 100 son mejor cotizados, muchos cubanos viajan regularmente a Estados Unidos, Venezuela u otros países del área americana, donde el dólar es preferido. El resultado es un mercado interno en Cuba de la moneda yanqui.

Un joven irlandés de paso por la Isla, quien estuvo aquí años atrás y por vivir en México habla bien el español, ofrece su parecer: “Fui al Museo de la Revolución con un amigo cubano, a mi me cobraron 8 CUC, una cifra alta, pero decidí pagarla. El cubano debía pagar lo mismo pero en moneda nacional, quise abonarlo de mi bolsillo, imposible, no aceptan devolverme la diferencia en una u otra moneda. Luego de andar apurado por los alrededores, un bicitaxista  dio 20 CUP por el CUC y malamente resolvimos el asunto.”

Surge la pregunta: ¿Y por qué no acudieron a la Casa de Cambio o a un banco? Sencillo, quedan muy pocas Cadecas y los bancos están siempre llenos. Por ejemplo, en Centro Habana, con más de 150 mil habitantes, funcionan apenas dos CADECAS, al menos 5 fueron cerradas en los últimos años.

La consecuencia son largas colas esperando el turno para canjear. En la calle los “fuleros” suplen la ineficiencia estatal, pero a riesgo, tanto para ellos, perseguidos por inspectores y policías, como para los necesitados clientes, pues el cambio pudiera terminar en una estafa.

Mejor es intentarlo en comercios estatales o privados, pero los dependientes están determinados a ofrecer solamente 23/1, pues el asunto no es de su responsabilidad y además, así lo aseguró el joven Alain en una pequeña cafetería junto a la Plaza de Cuatro Caminos: “Después me toca personalmente intentar el recambio de los CUC por CUP, pues en la caja contadora no es posible contabilizar los convertibles, si viene una inspección sorpresiva te espera la multa.”

Negado por el Gobierno baja el tácito silencio, no es secreto que Cuba depende en grado sumo de las remesas desde el exterior y del comercio diario con los turistas, actividades marcadas por la moneda convertible. Finalmente, una nueva angustia se agrega al drama de cada  jornada: cambiar la moneda para solventar la sobrevivencia.

Vicente Morín Aguado: ememultiplicada@nauta.cu