Béisbol cubano probará otra estructura

Por Ronal Quiñones

 

HAVANA TIMES — Una nueva estructura competitiva, otra más, se pondrá en práctica en la venidera Serie Nacional de Béisbol de Cuba, que ha vivido más de 20 formatos en sus poco más de 50 años de vida.

Según adelantó el máximo responsable de este deporte en la Isla, Heriberto Suárez, serán pocos los cambios con respecto a la utilizada en los últimos años, con 87 juegos en total para quienes avancen hasta la segunda ronda, aunque esta vez ascenderán a 90 los desafíos.

Lo más notable es que esta vez, en vez de ocho equipos pasarán a la fase final solamente seis, pues del quinto al octavo puestos disputarán una postemporada cruzado (quinto contra octavo y sexto contra séptimo) a un máximo de tres desafíos, para definir los dos que acompañarían a los cuatro primeros de la tabla de posiciones.

El otro aspecto diferente será la fecha del certamen, pues arrancará a principios de agosto, para finalizar el campeonato a mediados de enero, y que el campeón llegue más fresco a la próxima Serie del Caribe.

Se mantiene que para la fase inicial estén representadas todas las provincias del país, por lo que serían 16 equipos, defendidos más por motivos políticos que meramente deportivos.

Que dicen los fanáticos

 

Nada más conocerse la noticia, fue mucha la polémica despertada, y en el Parque Central de La Habana eran muchos los criterios al respecto. Havana Times hizo un resumen de lo vivido en una visita a la peña deportiva más célebre de Cuba.

“Yo esperaba más cambios”, dice a modo de introducción Juan José. “Hace rato que estamos abogando porque se reduzcan los equipos para que el campeonato sea mejor, pero seguimos con el paternalismo de que cada provincia debe tener su equipo, que si la gente pierde interés de ir a trabajar. Todo eso es cuento, en la segunda fase entonces medio Oriente no trabajaría, porque desde que se puso este sistema casi ningún equipo de allá clasifica. El mundo no se ha acabado por eso, que trabajen mejor para que estén al año siguiente y punto.”

“Mil veces se ha dicho”, lo apoya Gilberto, “que por la cantidad de habitantes somos el país que más equipos tiene en su liga principal. En muchas partes se juega más pelota que en Cuba, pero a la hora del torneo elite no llegan a 10, ni siquiera porque importan peloteros de otros países. Las únicas excepciones son Japón y Estados Unidos, que tienen las mejores Ligas, pero nosotros, con peloteros cubanos nada más, queremos tener 16, y por eso se ve tan poca calidad.”

“Para que estén todas las provincias”, comenta Pedro Pablo, “está la sub-23, que es para desarrollar jugadores. A la Nacional no se va a aprender, ahí deben llegar ya hechos, pero como no juegan casi se ven los horrores que se ven. Donde no debe dejar de jugarse es en las provincias, y se siguen quejando de que en los torneos provinciales faltan implementos. Hace poco en el noticiero pusieron un reportaje de la preparación de Cienfuegos para el sub-23 y hablaron de eso, que entrenaban con 40 pelotas nada más para todo el equipo. Así no se puede.”

“Y lo de reducir de ocho a seis equipos no lo entiendo”, se pregunta Miguel. “Por fin, ¿quieren que haya pelota en las provincias o no? Si con ocho equipos ya hay un poco más de calidad, con ocho provincias involucradas, ¿le vas a quitar el derecho a otras dos, ahora que tienen una nómina más digna? Entonces más de medio país no trabajará, según ellos mismos dicen para justificar lo de los 16. Además, acuérdense que Villa Clara fue campeón y había quedado octavo ese año, así que desde el punto de vista deportivo tampoco se justifica.”

“Lo único bueno que veo”, interviene Dennis, “es que el campeón saldrá en enero, para que compita en mejor forma en la Serie del Caribe. Estábamos llegando a la Serie con peloteros fuera de forma, poniendo parches, pero obligados a cumplir con los que se lo habían ganado aunque en ese momento estuvieran mal.”

“Bueno”, indica Gilberto, “no cantes victoria todavía, porque mañana al equipo de Burundi se le ocurre venir a topar y paran la Serie una semana. Ahora todo está muy lindo porque no hay ningún torneo atravesado, pero luego aparece otra cosa y empiezan las demoras. En todos los demás países empiezan en octubre o noviembre, y nosotros tenemos que arrancar desde agosto, y así y todo terminamos apretados.”

“Ese es otro problema”, señala Roger. “¿Quién va a ver la pelota en agosto en medio de los Juegos Olímpicos? Si fueran los play offs sería otra cosa, pero esa primera fase, que a nadie le interesa, la van a trasmitir por gusto. Además, en agosto estamos en temporada de lluvia. Nunca se ha jugado en esa fecha porque además de los calores insoportables están las lluvias. Cuando empiecen a posponerse juegos por lluvia, lo que se adelantó en el calendario se va a perder de nuevo.”

“Otra cosa”, añade Gilberto, “con esos play offs después de la primera vuelta es otra semana más jugando pelota, así que se sigue atrasando el calendario. Eso sin contar con que se dijo que era temporal. Seguimos dependiendo de los demás para hacer el calendario, suplicándole a todos los santos que acabe de darse el acuerdo con Grandes Ligas, en vez de hacer algo que sea definitivo, como las demás Ligas invernales. En los demás países hay convenios con las Grandes Ligas y juegan en menos tiempo, pero aquí si quieren jugar en Estados Unidos, en Japón, en México, en Colombia y en Canadá es imposible, porque las fechas coinciden en algún momento.”

Las opiniones siguen, y aunque todos aprueban el hecho de que se hayan realizado modificaciones a la estructura vigente hasta este año, también se muestran insatisfechos porque las consideran insuficientes. De acuerdo con Heriberto Suárez, para la venidera Serie podrían aplicarse otras variantes, así que a lo mejor tenemos “otra” estructura.