Por Maya Quiroga
La perfumería reabrió sus puertas en un inmueble de carácter patrimonial ubicado en el Paseo del Prado o Martí No. 157 entre Refugio y Colón, gracias al trabajo conjunto entre la compañía de turismo Habaguanex S.A., –que pertenece a la Oficina del Historiador de la Ciudad–, y el distribuidor galo Saint Remy Trading S.A, una compañía francesa que ha estado presente en el mercado cubano por 21 años.
En el edificio de la perfumería Casa Guerlain se combinan, de manera armónica, lo moderno y lo antiguo, como resultado del grupo creativo Catauro que integran Ángel Fornaris y su esposa Rosa Rodríguez, dos jóvenes egresados del Instituto Superior de Diseño, cuya primera especialización fueron las lámparas.
“Habíamos visto algunos de sus trabajos en Habaguanex y por recomendación de la Cadena, llegamos a ellos. Cuando les contamos nuestro sueño, inmediatamente tomaron la idea, se montaron en el tren de la fantasía, y trajeron a los mobiliarios el espíritu de lo que nosotros estábamos deseando. Hasta logramos que se restauran la madera y los pisos originales del inmueble”, explica Susel Ferrán, la gerente de marca de Saint Remy.
¿Qué líneas de productos están a la venta actualmente en la perfumería?
“Llevamos mucho tiempo distribuyendo, con carácter exclusivo, prestigiosas y mundialmente conocidas marcas de perfumes, como Dior, Givenchy, Hermes, Versace, Mugler, Azzaro, Loewe, IsseyMiyake, Narciso Rodríguez, y Dolce & Gabbana. Esta es la primera franquicia de Saint Remy fuera de Europa.
“Es bien conocido que en las perfumerías existen varios distribuidores. Esta tienda solamente va a tener las marcas de Saint Remy, que posee una carpeta muy grande y, por suerte, la podemos exhibir completa aquí.
“Como novedad, la casa cuenta con un dispensador para la venta al cliente de la cantidad de mililitros de perfumes que desee, los cuales se envasarán en frascos pequeños con un tratamiento muy peculiar. A manera de ensayo comenzamos con fragancias que contienen aromas de pétalos de rosas, muy demandadas en el país”.
Un viaje a la semilla
La Casa Guerlain tuvo sus orígenes en el lejano año de 1828, cuando Pierre-François Pascal Guerlain fundó un pequeño negocio de perfumes con su nombre en las cercanías del centro de París.
Con la ayuda de sus dos hijos, Gabriel y Aimé, creó fragancias únicas que lo llevaron a alcanzar gran éxito y renombre. Doce años después ya contaban con una tienda en la capital francesa que rápidamente se convirtió en sitio de reunión de la sociedad parisina. Allí era común encontrar a la reina Victoria, la reina Isabel de España y al Zar Alejandro III.
La coronación del perfumista llegó en 1853 con el lanzamiento de su fragancia más famosa: Eau de Cologne Imperiale (Agua de colonia imperial), que impresionó gratamente a la familia real de Francia.
Con el propósito de expandirse hacia otros horizontes, los dueños seleccionaron a Latinoamérica como destino. Es así cómo, en el año 1917, encontraron en el Paseo del Prado de La Habana un pequeño e interesante mercado donde abrieron la primera boutique Guerlain fuera de la geografía europea.
La Casa Guerlain de La Habana estuvo funcionando hasta la década de los 60. En 1996, el inmueble pasó a utilizarse como un taller de reparación para bicicletas y efectos electrodomésticos. Un buen día, el señor Christian Noel Fournier, presidente de Saint Remy, pasó de casualidad, por allí, y al conocer la historia del lugar quedó fascinado con la idea de reabrir las puertas de la antigua casa Guerlain.
Justo a finales de este año 2016 se hizo realidad el viejo anhelo del empresario galo como un magnífico regalo al doctor Eusebio Leal Spengler, historiador de La Habana.
Lo que comenzó como un negocio pequeño, de un solo hombre, es hoy una cadena de tiendas marcadas por el refinamiento y el buen gusto. En la actualidad existen siete boutiques de la firma Guerlain en París, a las que se suman otras tiendas exclusivas en Frankfurt, Milán, Hong Kong, Singapur y La Habana.
Las fragancias de Guerlain se comercializan en Europa, Estados Unidos, Asia y Oceanía, África y Medio Oriente. Los precios de estos productos oscilan desde 30 hasta más de 1.000 dólares. Un ejemplo de ello es la exclusiva crema Orchidé eI mpériale que salió al mercado con un valor de 1.115 dólares.
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