Denuncia Pedro Campos campaña de hostigamiento

Como no pueden acusarme de traición, de agente ¨enemigo¨, están buscando otra forma para neutralizarme, de acallar mis análisis políticos y económicos de la realidad cubana.

Por Pedro Campos

Pedro Campos

HAVANA TIMES — Amigos del barrio me informaron que personas que se identificaron como Oficiales de la Seguridad del Estado se presentaron en el edificio donde resido, indagando por mi persona y manifestando que yo “era de los derechos humanos”.

En conocimiento de este hecho, compañeros de la Izquierda Democrática me pidieron que hiciera pública esta denuncia, debido al complicado momento que vive el país y a las acciones que realiza la izquierda por su unificación para enfrentar las desviaciones del proceso revolucionario cubano.

Desde los años 80, cuando la Seguridad del Estado quiere crearle problemas a las personas en su entorno usan la figura “él es de los derechos humanos”. El gobierno ha logrado crear en muchos ciudadanos simples el imaginario de que esta “acusación” es sinónimo de “gusano, enemigo de la revolución, agente del enemigo”, lo cual se presta para crear ambientes propicios a la realización de otras acciones individuales o colectivas contra los “señalados”.

Es una acción encaminada a tratar de desacreditarme, de crear condiciones para actos y nuevos pasos hostiles contra mi persona, en busca de aislarme en mi familia y en mi barrio, donde gozo del respeto y el cariño de muchos de mis vecinos, incluidos militantes del Partido. Igualmente fue concebida para que me llegara la información, con el evidente propósito de intimidarme.

No es nuevo. Hace muchos años estoy siendo sometido, por distintas vías a un plan de hostigamiento. En los comentarios a mis artículos desde el 2006, en mi página de Kaosenlared se pueden encontrar multitud de descréditos y amenazas de todo tipo contra mi persona, evidentemente proferidos por el aparato de contra información en la red de la Seguridad del Estado, por el uso de información personal restringida.

Cuando la llamada “Guerrita de los E-mails”, el entonces Ministro de Cultura, Abel Prieto, impidió expresamente mi participación en las discusiones sobre el mal llamado Quinquenio Gris, donde participaron cientos de intelectuales cubanos en la Casa de Las Américas y ante todos los presentes profirió descalificaciones contra mi persona.

El Viceministro de Cultura, Fernando Rojas, trató de impedir mi participación en un panel de un evento auspiciado por la Asociación Hermano Saiz, en el año 2008 y dijo a los organizadores que yo no debía hablar allí porque mis posiciones políticas eran adictivas, como la cocaína.

Hace algo más de dos años, Oficiales de la Seguridad del Estado estuvieron diciendo a compañeros del Observatorio Critico que yo era un “opositor” con quien no debían relacionarse. Desde luego, entonces la campañita no consiguió sus propósitos pues los compañeros del OC conocen las tácticas de la Seguridad y saben perfectamente quien soy yo y cuáles son mis posiciones políticas.

En dos ocasiones Oficiales de la Seguridad del Estado en el 2008 y en el 2009, tocaron a mi puerta en horas de la madrugada del 1 de Mayo, para pedirme que no desfilaran carteles que habíamos confeccionado entre anarquistas y socialistas democráticos.

Igualmente en distintas ocasiones he recibido la visita “amistosa” de oficiales de la seguridad instándome a no publicar mis artículos en la red alternativa. Le he replicado que mientras no publiquen mis artículos en la prensa cubana permitiré que se publiquen en cualquier medio alternativo internacional. Solo la revista Temas me publicó el año pasado, estando yo fuera de Cuba, un resumen de un ensayo sobre el socialismo.

En la última visita “cordial” de la Seguridad a mi casa, en diciembre del año pasado fui advertido que de continuar publicando mis artículos en esos medios, específicamente en 14ymedio, recibiría tratamiento de “contrarrevolucionario”.

Deseo destacar que comencé a publicar mis artículos en Internet después de que Fidel mismo dijera en el 2005 que la Revolución solo podría destruirla los revolucionarios y llamó a combatir la corrupción y el burocratismo. Entonces me acerque al Comité Central del Partido para ver si querían publicar mis escritos al respecto en la prensa oficial, pero fui rechazado.

Ahora, por la forma y el contenido de esta la acción, estamos en presencia de una escalada de la campaña contra mi persona que fue interrumpida por mi ausencia de Cuba durante un año y tanto en Ecuador. Quizás pensaron que yo no regresaría.

Es evidente: mi presencia en Cuba, mis escritos y mis actividades políticas no son del agrado de la dirección histórica y les molesta que gocen de creciente prestigio nacional e internacional.

Como no pueden acusarme de traición, de trabajar para el “enemigo”, ni de realizar actividades “económicas ilícitas”, ni de nada por el estilo, ahora están buscando otra forma para tratar de neutralizarme, de acallar mis análisis políticos y económicos de la realidad cubana, de sacarme de circulación de alguna forma, preferiblemente si por acción de algún incauto ciudadano, de los que se prestan a los actos de repudio fanáticos, como el de ese que gritó ante las cámaras, para vergüenza de todos los revolucionarios del mundo, “abajo los derechos humanos”.

Ante esta campaña de hostigamiento en mi barrio, donde también supe recientemente que se había corrido que yo había sido asesinado, denuncio públicamente estos hechos y hago responsables a las autoridades correspondientes de “cualquier nueva calumnia, campaña de desprestigio, accidente, enfermedad repentina, ataque callejero o trifulca” que afecten mi vida, mis actividades políticas, mis capacidades físicas o intelectuales, a fin de tratar de neutralizar mi persona e impedir mi labor a favor de un Socialismo Participativo y Democrático.

Si por mis convicciones socialistas el gobierno cubano actúa irresponsablemente contra mi persona, sigue violando mis derechos ciudadanos y mi integridad personal, lo hago responsable ante todos los revolucionarios, socialistas y demócratas del mundo de perseguir a los propios combatientes que hemos defendido este proceso con nuestras vidas.

Si han llegado hasta aquí con combatientes que hemos sido leales a nuestros juramentos revolucionarios y éticas profesionales, aunque discrepemos de vías y acciones del gobierno-partido-estado, ¿qué se puede esperar que hagan con los demás? ¿No se dan cuenta los que orientan y ejecutan estas acciones, que así están dando credibilidad a todas las acusaciones en su contra y contribuyendo a la división de la izquierda?

No esperen de mí ni un solo paso atrás. Mi trabajo por una sociedad democrática y socialista no podrá ser detenido de ninguna manera. Deténganse la represión y el uso de todo tipo de violencia contra el pensamiento diferente. Acéptese el dialogo, no solo con el imperio y respétense todos los derechos de todos los cubanos. O no esperen ser absueltos por la historia.

 

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