Yoss a Angel Santiesteban: Eres culpable

HAVANA TIMES – El polémico caso del escritor Angel Santiesteban, sentenciado a cinco años de cárcel por “violación de domicilio y lesiones graves”, sigue siendo objeto de muchos comentarios entre la intelectualidad cubana, las personas que luchan contra la violencia contra la mujer, y disidentes al gobierno dentro y fuera de la isla. Hoy presentamos una carta abierta a Santiesteban escrito por el narrador, crítico literario y ensayista José Miguel Sánchez (Yoss).

La piedra política…y el tejado de vidrio común

(Carta abierta a Ángel Santiesteban Prats)

José Miguél Sánchez/Yoss*

Yoss

Hermano, amigo, Angelito… hace semanas que quería escribir sobre ti, sobre tu caso, pero los avatares habaneros y nacionales de la Feria del Libro me fueron obligando a postergarlo, hasta hoy. Aunque también, no lo negaré, tuvo su parte de culpa la natural renuencia a tener que poner en blanco y negro algunas verdades dolorosas.

Juicio y prisión. Cinco años, Angelito, por asalto y agresión a tu esposa… sinceramente, a primera vista parecen muchos, hasta demasiados, por un delito en el que, con perdón de las feministas, en nuestro país machista leninista ha incurrido alguna que otra vez hasta el más pinto de la paloma.

Aunque, claro, si en nuestro enrarecido y a veces simplemente arbitrario sistema penal, por hurto y/o sacrificio ilegal de ganado mayor echan entre 10 y 15 años ¿de qué va a asombrarse uno si, por una vez, cargan también la mano con la violencia de género?

He sabido que desde el 28 de febrero (¿estaban esperando a que terminara la Feria del Libro en La Cabaña para evitar escándalos internacionales? no me extrañaría) ya estás cumpliendo condena, y que, para mi alegría, no exactamente entre rejas, en el Combinado del Este ni alguna de esas prisiones de otras provincias a las que suelen enviar a los reos, probablemente para hacerle más difícil a sus familiares la tan esperada visita, sino relativamente cómodo, en una granja.

Y que, si mantienes buena conducta, (y confío en que tu terquedad no te lleve a lo contrario, ni a
convertirte en un preso “plantado”, gente cuya actitud respeto, de todos modos…) tal vez en dos o tres años puedas merecer la libertad condicional.

Por si fuera poco, tampoco debes temer que tus colegas de galera te traten demasiado mal, ni abusen sexualmente de ti, como se sabe que acostumbran a hacer con pedófilos y violadores.

Así que, a fin de cuentas, no han sido tan duros contigo ¿no? qué alivio, para todos los que te queremos. Y sólo queda esperar.

Porque, vamos a poner los puntos sobre las íes (y también sobre las jotas, para que no haya discriminación) el caso indiscutible es que, diga lo que diga la disidencia, ERES CULPABLE.

No hablo de culpable de pensar diferente, de tu blog no gubernamental Los Hijos que Nadie Quiso, de no callarte… que de serlo, serían delitos por los que podrías entrar en la celda con la frente muy alta. Porque, que conste bien claro, comparto tu opinión de que muchas cosas no funcionan como deberían en Cuba, de que necesitamos cambios rugientes y drásticos, de que hay que denunciar, porque quien se calla se vuelve tácito cómplice.

Y en este blog mío trato de hacer lo mismo, sin odio, sin resentimiento. Convertirme en lo que se supone que debe ser un intelectual en toda sociedad: una conciencia crítica.

Gracias, Angelito, por mostrarnos que el camino que Yoani abrió con su hoy archifamoso Generación Y no está vedado a los escritores de aquí dentro, aunque sean premios UNEAC y Casa de Las Américas, como tú, y por cierto que, para más mérito, con sendos libros bien “incómodos” para el sistema: sobre Angola y sobre las cárceles cubanas..

Angel Santiesteban

Aprovecho para dejar constancia aquí de que, por tu valor, tu laboriosidad y tu generosidad, siempre has sido para mí un modelo de narrador y de persona. Como mismo he admirado, como todo buen cubano, y reconozco que incluso envidiado alguna que otra vez, tus talentos a veces algo matreros de negociante y “luchador”… que, en estos tiempos convulsos que corren, te han convertido en todo un magnate cuentapropista… que ya se vale, ahora que los macetas no son tan enemigos del pueblo como antes, sino gérmenes de pequeños empresarios.

A fin de cuentas, en la filosofía callejera cubana, siempre es mejor estafar un poco que ser estafado ¿no? Mejor martillo que yunque, y si alguien tiene que perder, no ser uno ¿no?

Y ya hablando directamente de política, aclaro también que si por momentos no he estado de acuerdo con tu grado de compromiso con la disidencia y los grupúsculos y la SINA, nunca te he criticado por ello: es tu elección, tu camino personal… y la clave de la democracia, como dijo un ilustre cuyo nombre ahora no me viene a la mente, es que aunque no esté de acuerdo con todo lo que dices, defienda hasta la muerte tu derecho a decirlo.

Pero… ay, Angelito ¿Por qué no tuviste en mente ese refrán popular de “tejado de vidrio no tire piedras al vecino”? Tan bien, si no mejor que yo, sabías cómo opera a veces nuestra tan mentada Seguridad: muchos disidentes han ido a parar tras las rejas las primeras veces acusados de delitos comunes tan absurdos y nimios como receptación o venta ilícita de mercancías tan peligrosas como… la leche, antes de empezar con su verdadero historial de prisión como opositores al régimen.

Entonces, si estabas tirando piedras políticas, si sabías que te estaban cazando, si ya ese nunca aclarado asalto callejero de hace un par de años que te costó la fractura de un brazo te demostró que te tenían en la mirilla ¿cómo te descuidaste de esa manera? ¿cómo pudiste dejar que las pasiones te cegaran así?

Felix Dzherzinski, el tan mentado fundador de la Cheka, luego convertido en siniestra KGB, decía que para la lucha había que tener cabeza fría y corazón ardiente. No sé si escribió en alguna parte que también era necesario que la primera controlara al segundo.

Metiste la pata, bróder. Cualquiera se enamora, y alguna que otra vez discute con su adorado tormento y hasta llega a las manos, y pierde los estribos… pero tú perdiste hasta el caballo, hablando en buen cubano.

Todos conocíamos tu carácter obsesivo, rondando lo psicopático, y bien que te advirtieron los que más te quieren, como el Chino Heras y Sacha, tus grandes amigos, casi tus padres, por los que tanto has hecho y que tanto han hecho por ti, que pararas con ese encarne, que no persiguieras más a la madre de tu hijo, que nada bueno podía salir de eso. Pero no, tú seguiste, seguiste, tal vez con esa extraña sensación de invulnerabilidad que a veces embarga a los que cruzan todas las líneas… hasta que la mierda se desbordó.

¿Asalto y agresión, violencia conyugal? Vamos, Angelito… tú sabes que había para más cargos, para muchos más. Que la persecución, vigilancia y, vamos a llamarlo por sus nombres, hostigamiento y acoso que le montaste a Kenia fue de padre y señor mío. Si hasta resulta irónico: ¿tanto criticar a la Seguridad para ponerte a su misma altura, compadre?

Tú sabes que las cartas amenazadoras, las irrupciones y destrozos en su apartamento, las griterías, las golpizas fueron varias. ¿En qué estabas pensando, man? ¿Qué por ser la madre de tu hijo era tu propiedad incluso después de separados, que podías decidir lo que hacía o no en su vida, que te lo iba a tener que aguantar todo sin denunciarte?

Entre marido y mujer nadie se debe meter, reza la sabiduría popular machista cubana, y por eso me culpo, como seguramente se culpan todos tus amigos de verdad, de no haber intervenido con más , de no haberte llamado a la cordura de modo más convincente, de no haber evitado que llegaras a los extremos que llegaste.

Porque palabras duras no rompen huesos, pero las galletas y piñazos sí… y llevan a quien las da a la cárcel.

Ay, Angelito, mi hermano… el refranero popular dice también que el que la rompe la paga. Y, como Chacumbele, tú mismitico te mataste, te metiste en las patas de los caballos, te lo buscaste. La Seguridad estaba buscando una causa para enjaularte, y tú se las serviste en bandeja de plata. Mejor, ni pintado.

Metiste la pata hasta el cuello y tú lo sabes. Ojalá estos años te sirvan para reflexionar, que saques alguna enseñanza del error, y que no te ahoguen en el odio. Porque ahora no tiene sentido que la disidencia y el exilio alboroten a tu favor, diciendo que todo es un burdo montaje, una malévola estratagema del castrismo, una maraña de la Seguridad, etc… sin duda la mano de nuestro G2 está ahí ¿quién lo discute? pero la verdad es que por esta vez eres cualquier cosa menos inocente.

De hecho, Angelito, eres tan culpable como los Cinco Héroes, esos pobres cubanitos de la Red Avispa, sacrificados en el altar de la política cuando el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate. Y si ridículo y vergonzoso es que nuestro gobierno todavía se desgañite clamando por su libertad, a despecho de la regla de oro no escrita del espionaje (si los agentes tienen éxito, no se les pueden dar medallas públicamente; si fracasan, su gobierno tiene que renegar de ellos para no implicarse en el descrédito de una guerra sucia) igual de tonto es que la mitad de la disidencia cubana quiera presentarte como una inocente víctima de las maquinaciones de nuestro Estado.

Culpables son ellos, culpable eres tú.

Tu causa, mi hermano… la común, no la política, era desde el principio indefendible. Probaste con abogados, declaraciones, claro… era tu derecho, sí, pero, seamos francos, nunca fue sino el patético derecho al pataleo de los ahorcados. ¿Que estaba amañado el juicio? No lo creo: ni falta que hacía. Por una vez, seamos francos, se hizo justicia.

¿Entonces, ahora?

Aguantar, Angelito… no te queda más.

Pero, para que lo sepas; aún sabiéndote culpable sigo siendo tu amigo, y no voy a negarte el saludo ni mucho menos… no se lo negué a Raúl Capote cuando se reveló como el agente Daniel de la Seguridad tras tantos años de envolverse en la piel del escritor disidente engañando a Malanga y su puesto de viandas; menos entonces te lo voy a negar a ti. Porque para mí la amistad
y la cultura están por encima de la política.

Así que si hay que ir a verte a la granja, a la cárcel, a dónde sea, que cuenten conmigo. Lo mismo que cuando salgas. Porque amigo en las buenas es cualquiera… en las malas es cuando se sabe quien pone el corazón de verdad por ti. Malas como las que estás pasando ahora, te lo merezcas o no, hermano.

Nada ha pasado entre nosotros Angelito. Sigo admirándote y siendo tu amigo. Cualquiera va a la cárcel ¿verdad? Y ojalá que el resto de la sociedad, cuando cumplas tu condena, tampoco te marque con el estigma de los presidiarios, a quienes tan bien retrataste en tu libro del premio Casa de Las Américas.

Soy un optimista incurable ¿sabes? No puedo resistirme a pensar positivo… quién sabe, tal vez, como recomendaba Antón Arrufat en el título de uno de sus libros, puedas hacer de la necesidad virtud, y de esta prisión salga tu próxima novela ¿tal vez Premio Alejo Carpentier dentro de algunos años?

Ya veremos. Ahora lo importante, hermano, es mirar al futuro… y seguir escribiendo. Porque, si Dichosos los que lloran, más dichosos los que escriben ¿no?
—–
(*) Publicado originalmente en La Llaga el 14/3/2013.

Articulos recientes:

  • Cuba
  • Reportajes
  • Segmentos

15 años de prisión a la joven que transmitió las protestas

Se intenta suicidar en prisión Fray Pascual Claro Valladares al conocer su sentencia, de 10…

  • Cuba
  • Opinión
  • Segmentos

“Distorsiones” de moda en Cuba

Nada nuevo, pero resulta que la palabra se ha puesto de moda, y esta semana…

  • Cuba
  • Reportajes
  • Segmentos

San Antonio de los Baños, donde el humor dio paso al dolor

Sin electricidad y sin acceso a la red de redes, así pasan los habitantes de…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.