Un banco social para Cuba

La Cuba que deseo (2)

Por Repatriado

El actual Banco Metropolitano

HAVANA TIMES – La crisis que azotó al mundo hace unos 10 años y que aún colea ha sido explicada de muy variadas formas, la mayoría incluyen términos complicados como derivados financieros, subprimes, deflación o desconfianza crediticia, yo prefiero decir que pasó lo que pasó porque unos tipos multimillonarios quisieron hacer más millones arriesgando el bienestar de los demás.

No importa el marco regulatorio que se les imponga a los grandes bancos, encontrarán la manera de sortearlo, pero si las grandes instituciones financieras fuesen más democráticas eso no pasaría, pero no es así, hoy las decisiones las toma una cúpula privilegiada y segura de que lo peor que puede pasarles es que ganen solo 150 y no 300 millones…. esta semana.

En la Cuba donde espero vivan mis hijos, quiero un Banco Social. La banca privada como todo negocio está orientada al beneficio, el Banco Social estará orientado a cumplir una función, convertir el ahorro nacional en inversiones productivas financiando a los emprendedores y a las empresas, así como el manejo de los recursos generados por las grandes empresas de servicio socializadas de las que hablé en mi post anterior.

El Banco Social tendría como base las sucursales actualmente en funcionamiento en toda la Isla. Mi propuesta sería convertir todos los bancos comerciales del país en uno solo, un Banco Social Nacional donde se depositarán las reservas nacionales, los beneficios de las grandes compañías de servicios socializadas, más los depósitos particulares y de empresas.

Todos los empleados y los clientes se considerarán usufructuarios y como tales elegirán al gobernador nacional y a los gobernadores regionales, a su vez tendrán acceso constante a las cuentas generales y a las de cada sucursal, manteniéndose privado el nombre de los clientes, lo que importará es fiscalizar la gestión bancaria, números, no nombres.

Mediante el uso de las Tecnologías de la información y la Comunicación (TIC) y contando con una contabilidad transparente y de fácil acceso, podrán consensuarse democráticamente las tazas para financiar los gastos de mantenimiento, las políticas de crédito y las escalas salariales según responsabilidades.

El ser usufructuario del banco contribuirá mucho a ampliar la cultura económica de los que se involucren, algo de suma necesidad para tomar decisiones conscientes y responsables, una salvaguardia ante la demagogia.

Esa es también la institución que manejando las cuentas de las grandes empresas de servicio socializadas sabrá qué parte podrá ser destinada a inversiones productivas y cuál a erogaciones en las cuentas estatales de investigación, salud o educación. Por supuesto, los técnicos empleados por la institución bancaria  expondrán las diferentes posibilidades de manejos de los recursos del banco y argumentarán los pros y los contras, pues la inmensa mayoría de las personas no sabemos lo suficiente para hacerlo, pero sí sabemos lo suficiente para escoger democráticamente por una opción u otra.

Un objetivo principal será otorgar créditos para emprendedores y empresas, estará prohibido utilizar el capital del Banco Social para especulación inmobiliaria, financiera o de otro tipo. El dinero debe ir donde se le necesite para que los industriosos encuentren el trampolín para comenzar o la red de seguridad para mantener sus negocios. Las Bolsas de Valores actuales no cumplen esa, su función original.

El banco, además, brindará los servicios que habitualmente prestan a las empresas y a los particulares la banca moderna, incluyendo tarjetas de débito. Las de crédito existirán con normas bien conservadoras para su entrega y uso.

El Banco Social competirá en el mercado financiero con el resto de la banca privada que se establezca, diferenciándose en que sus beneficios no se convertirán en dividendos para accionistas o bonos para gerentes, sino que se reinvertirán constantemente en la misma entidad, haciéndola más competitiva a la hora de otorgar créditos y captar ahorros.

La no conversión en dividendos de los beneficios permitirá a los usufructuarios estar motivados a invertir los recursos bancarios en actividades que generen valores sociales, más allá del beneficio financiero. Créditos blandos o incluso gratuitos a cooperativas, a proyectos con gran valor ecológico agregado o a investigaciones científicas, solo por poner tres ejemplos.

El Banco Social respetará siempre el principio de que un proyecto es factible cuando los bienes que produzca sean de la preferencia del mercado. El mercado somos todos los que con nuestro dinero votamos diariamente qué comprar, por lo tanto una empresa incapaz de ser rentable no será sostenida por el banco a largo plazo por voluntarismos, eso es lo que hace el Estado actual con su economía planificada y desvirtúa las verdaderas necesidades de los consumidores.

Como siempre esto es solo una propuesta, una guía para inspirar sus propios modelos y sus propias soluciones criticando las aquí expresadas, como seres sociales debemos tener una mentalidad comprometido, pues la responsabilidad individual es la única garantía para lograr una democracia verdaderamente funcional como la que espero funcione en la Cuba que yo deseo, que puede parecerse a la que deseas tú.

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