Respondiendo a Iroel Sánchez desde Havana Times

Osmel Ramírez Álvarez

HAVANA TIMES — En la última página del periódico Granma del  1ro de agosto del 2016, se publicó un extenso artículo de Iroel Sánchez. El título es Estado, pueblo y medios de comunicación: ¿nos entregamos? Lo leí con detenimiento y ello me motivó este artículo. Creo que es oportuno y justo, porque toca puntos muy candentes de nuestros debates. Y aún más porque cuestiona la esencia misma de ese derecho que tenemos a opinar desde una óptica diferente en medios no oficiales.

El propio título sugiere una hipotética disyuntiva: continuar enquistados en una revolución con socialismo radical (que supuestamente nos protege del monstruo capitalista) o sucumbir como pueblo, con Estado y medios de comunicación incluidos, ante este voraz enemigo.

Todos sabemos que lo que Iroel defiende, al mismo tiempo le paga y parece que le paga bien, si no en salario, sí en privilegios. Pero él critica y criminaliza toda ayuda que reciben los cubanos disidentes o que hagan periodismo contrario al suyo. ¡Qué hipocresía! Habla de pronunciamientos de funcionarios de la Oficina de Intereses de los EUA, de fondos millonarios para pagar la oposición, de planes para fabricarla en el extranjero, de la falta de libertad de expresión en donde la prensa es libre porque el gran capital se apropia de ella e impone su “verdad”, y sobre nuestros medios y el acceso a ellos, todo está bien, porque “son del pueblo” y este debe tener toda libertad de usarlos “en favor de la causa”. Menciona cursos pagados y cataloga como neoliberal a todo el que disiente del sistema estatista cubano.

Primero diré que he leído poco de Iroel, porque es en Internet donde publica principalmente sus escritos, en su promocionado blog, y es un medio prohibitivo para mí como cubano simple. Él, como combatiente asalariado del sistema, desde la pluma, tiene libre acceso a la red de redes; yo debo pagarlo a 2 CUC la hora y jamás me he topado con un solo centavo de esos millones que entregan los yanquis a diestra y siniestra, según dicen.

¡Qué triste es ver tanta inteligencia y talento atada al servilismo pueril! O: ¡qué triste ver tanta inteligencia y talento menguado por la óptica de solo blanco y negro! Uno de dos, para no juzgar sin dar espacio al error. Iroel puede que esté sinceramente confundido por la ideología extremista o puede ser un oportunista que vive del sistema y sabe decir lo apropiado para mantenerse con sus privilegios. Solo de algo estoy seguro, yo sí escribo lo que pienso sin que medien mezquinos intereses ni pago condicionado, y de seguro pasa igual con mis colegas de este y otros medios similares.

Incluso es correcto recibir financiamiento, donaciones, pago. Si algunas ONG, gobiernos o personas sienten que deben colaborar con la causa de los cubanos que disentimos con el sistema es su derecho hacerlo y nada vergonzoso o incorrecto recibirlo. Lo incorrecto y condenable sería que la ayuda fuese condicionada a intereses extranjeros ajenos a los nuestros, como nación. Eso sí sería una actitud mercenaria y apátrida.

En mi criterio, si los EUA u otro país simpatizante con la lucha por un cambio democrático en Cuba aportan dinero a través de fundaciones u ONG no es delito tomarlo; si no ponen condiciones y solo lo hacen manifiestamente por solidaridad con nuestra causa, no hay problema. ¿Qué importancia tiene si tras bastidores hay intereses ocultos? Cuba no puede renunciar a la democracia ni a los derechos humanos de sus ciudadanos simplemente por correr esos riesgos. Son normales y todo el mundo los corre. Es como encerrarse en casa por miedo a los accidentes, peores son las consecuencias de no salir del enclaustramiento.

Debe saber Iroel que no todos somos neoliberales. Yo mismo me opongo fehacientemente a esa doctrina fundamentalista del mercado y no por ello voy a simpatizar con la economía centralizada, mutiladora de las fuerzas productivas y generadora de miseria y burocracia. Creo en la economía mixta, en la posibilidad de un estado de bienestar para todos, en la libertad económica individual y colectiva, en la democracia como el espacio político adecuado para lograr la mayor justicia social posible.

La anti-democracia de un despotismo de izquierda propiciado por líderes superdotados que guían hacia el paraíso terrenal a las masas maniatadas, no me gusta. Tampoco la dictadura del capital que hace inviable a la democracia y promueve el neoliberalismo. Me gusta la democracia, el capitalismo y la justicia social, todos posibles al unísono si se logra el equilibrio social. Donde prevalece el neoliberalismo no puede haber equilibrio social, donde hay monopartidismo y economía estatalizada, mucho menos.

Que no me diga Iroel que el capitalismo es incompatible con la justicia social o con la democracia. Le respondo de antemano que en Dinamarca o en Suecia hay más justicia y equidad que la que nunca hubo en la Unión Soviética o la que hoy o mañana puedan lograr los chinos, de Cuba ni hablar. La socialdemocracia es más viable que el socialismo radical o que el socialismo de mercado, simplemente porque hay democracia y solo con ella es posible lograr una dosis adecuada de equilibrio social. Ya saben que promuevo un socialismo con democracia y con mercado.

Al final Iroel  es quien “duerme en paja caliente y tiene rica y ancha avena” propiciada por el sistema, mientras nosotros, los que hacemos periodismo independiente, “cual un monstruo de crímenes cargado”, somos vituperados por la prensa y la propaganda oficial. Que saque él mismo sus propias conclusiones leyendo ese gran poema del Apóstol Yugo y estrella y analice si ha escogido “el yugo” o “la estrella”.

Yo, por mi parte, sé muy bien cuál es mi camino: “la estrella que ilumina y mata”, porque con ella se crea y se crece.