Réquiem a la Ganadería de Cuba

Alberto N Jones

HAVANA TIMES — Numerosos artículos aparecidos en la prensa nacional y regional tocan con un pétalo y evitan ir al meollo de las causas,  los factores determinantes que han influido en la severa involución y en los peligros de extinción de la ganadería en Cuba.

Desde la década de los 80-90 ha habido un progresivo y continuado deterioro de la masa animal, algunas justificadas, como son la falta de alimentos concentrados para especies híbridas y puras, medicamentos, deterioro de los servicios veterinarios, inseminación artificial y pecuarios. Pero en otros casos, se trata de falta de control, de pastos y forrajes, mal manejo, recursos materiales y una sustancial pérdida del espíritu ganadero.

Se necesita realizar un estudio concienzudo del problema, para cambiar el rumbo y desmontar un sistema que continúa funcionando en un entorno distinto, bajo las mismas premisas con las que fue concebido medio siglo antes. Se precisa modificar los métodos organizativos, analíticos, estadísticos y salariales, cuyas conclusiones no concuerdan con la realidad actual y conllevan a la repetición mecánica de los mismos procedimientos que ha puesto a la industria al borde del colapso.

Urge en el país la creación de medios de comunicación investigativas, crítica sin temor a represalias ni a desenmascarar el dolo, desviaciones, robos, prebendas y la corrupción cometidos por quienes se ocultan detrás de un falso secretismo apañador, promotor del delito y la inmoralidad.

La sociedad ha sido desensibilizada con informes reiterativos de incumplimiento de las magras metas auto-impuestas todos los años que alternan con otras triunfalistas, edulcoradas, que no se corresponden con la realidad del ciudadano común.

Estos resultados negativos resultan más trágicos, dolorosos y deprimentes en Cuba que en el resto del mundo, debido al enorme esfuerzo y a los miles de millones de dólares que el país invirtió en formar a decenas de miles de profesionales y técnicos en cada rama de la Agricultura, en la creación y equipamiento de tecnológicos, universidades, centros de investigaciones, genéticos, de inseminación artificial, ordeño mecánico, pasteurización e ilimitada asesoría extranjera.

Fidel Castro alertó repetidas veces acerca de la importancia del Oro Rojo o la industria ganadera y pronosticó que sus trabajadores producirían tanta salud para el pueblo cubano como el Ministerio de Salud Pública.  Sin embargo, múltiples errores humanos, dogmatismo, arribismos y luchas intestinas, echaron por tierra esa monumental contribución a las ciencias y privaron a la humanidad de tan importante fuente de alimentos.

Cómo explicarnos hoy sin subterfugios, que sea el mismo país que brilló en la década de los 70s y atrajo a eminencias mundiales de las ciencias agrícolas a visitar o a trabajar en Cuba como lo hicieron  Andrés Voisin, Lubos Holy, Bona Dona, Willie, ErnoTuri, Bohaz, Shimon, Mocsari y otros?

El corazón del profesor Andrés Voisin no resistió y murió en Cuba, al ver su sueño realizado y sus estudios validados en la masiva presencia y efectividad de los pastoreos intensivos en el país, por lo que su esposa determinó que es nuestro país y no en Francia donde sus restos deberán descansar.

Miles de profesionales y científicos altamente calificados formados en Cuba, la antigua Unión Soviética, Inglaterra, Suecia, Alemania, Italia, México, Bulgaria, Checoslovaquia, Holanda y Suiza, vieron sus conocimientos,  planes, normas y directrices vetadas por cuadros administrativos y políticos sin base ni formación en la profesión, quienes impusieron criterios empíricos y coercitivos, que entorpecieron el trabajo y desmoralizaron a muchos que hoy han descollado en el mundo, aportando sus conocimientos y experiencias de otros que los han sabido reconocer.

Demuestra categóricamente los resultados negativos de esta funesta intromisión de aparecidos y jefes de dedo en asuntos que no les compete,la finca El Alcazar, de Contramaestre, Santiago de Cuba, que es quizás la mejor finca ganadera de Cuba, donde María Antonia Pujol nunca permitió ni aceptó intromisión empírica de nadie, en el manejo, alimentación y reproducción de su ganado.

De aquel faro luminoso en el que tantos en América Latina, África y el Caribe habían cifrado sus esperanzas, Cuba se ve en la lastimera necesidad de importar ganado vacuno de Paraguay, uno de los países menos desarrollado técnicamente en Latinoamérica.

Felizmente no todo está perdido.  Basta que el país reconozca y admita sus errores, desista del fallido intento de abastecerse de leche producida en Cuba, elimine su dependencia en pienso importado, la susceptibilidad y letalidad del ganado de leche a vectores tropicales y su intolerancia al trópico, además del bajo costo de la sobreproducción de leche en las grandes cuencas lecheras del mundo y convierta toda la ganadería del país a la producción de carne.

Súmele a lo anterior que Cuba posee millones de caballerías de tierra ociosas, devoradas por malezas que si se aplicara lo establecido en la Ley de Reforma Agraria y se le entregara a cada campesino 30 caballerías de tierra en usufructo, se crearan tiendas de abastecimiento de insumos agrícolas, se reinsertaran a miles de técnicos y profesionales jubilados y en servicios con un salario decoroso, se adquirieran para la venta maquinaria, implementos agrícolas y vehículos de transporte, Cuba podría convertirse en menos de 10 años, en la mayor productora de carne orgánica del mundo, cuyo valor es de 8-10 veces mayor que el de la leche y 4-5 veces el valor de la carne no orgánica en el mercado internacional.

Todo lo anteriormente dicho es aplicable también al desmedrado ganado menor, aves, cerdos y otros, que desmienten y desaprueban el facilismo y quizá la fuente de corrupción de algunos que insisten en importar productos que Cuba está perfectamente equipada para producir, fabricar y exportar.