Oportunidad única para el cambio en Estados Unidos

Por Elio Delgado Legón

HAVANA TIMES, 14 abr — Con este título escribí un pequeño comentario en noviembre del 2008, apenas unos días después de haber sido electo Barack Obama presidente de Estados Unidos.

Hoy, cuando se encamina hacia una reelección, después de cuatro años de hacer lo que no debía y dejar de hacer lo que se esperaba de él, quisiera recordar a nuestros lectores lo que escribí entonces:

“El nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tiene ante sí una oportunidad histórica única de producir verdaderos cambios en su país y en el mundo, si no se queda solamente en la retórica y logra sortear con inteligencia las presiones de los más reaccionarios círculos de poder.

“Un presidente demócrata, de mente abierta, y con un congreso a su favor puede, si se lo propone, dejar atrás en un mediano plazo la crisis económica que vive su país y que se irradia, en mayor o menor medida, a todo el mundo.

“Pero no es imprimiendo y poniendo a circular billetes como se resuelven esos problemas. Eso es como tratar de apagar la candela echándole gasolina. Hacen falta medidas concretas que vayan poco a poco modificando la situación actual.

“Un cambio sustancial en la política exterior basada en la ley del más fuerte por otra basada en la amistad y la colaboración con todos los países del mundo, sin exclusiones, es requisito indispensable para comenzar un cambio.

“Terminar con las guerras, que sólo traen sacrificios y sufrimientos al pueblo norteamericano y a los pueblos agredidos y de ellas sólo se obtienen más enemigos y gastos billonarios en una economía que está en quiebra es otro de los desafíos que debe enfrentar Barack Obama lo antes posible.

“Dedicar al desarrollo social en su país una parte de lo que se dedica a los gastos de guerra actualmente y cumplir con lo que está establecido por la ONU de dedicar el 0,7 por ciento del PIB al desarrollo de los países subdesarrollados, contribuiría en buena medida a la activación de la economía del mundo y de su propio país, pues elevar el nivel de vida y de consumo de miles de millones de personas en el orbe generaría un renacer de la industria y el comercio y por ende una reactivación de la economía.

“Como el propio Obama ha señalado, tiene ante sí tres grandes retos que enfrentar, dos guerras que le dejó Bush, un planeta en peligro y una crisis económica gigantesca. Si los enfrenta con decisión y con inteligencia, puede vencerlos. Es difícil, pero no imposible.”

NO SE LOGRÓ NINGUNO

De los tres grandes retos que tenía Obama entonces, no ha resuelto ninguno.

De las dos guerras que le dejó Bush, ha salido a medias, dejando en los dos países decenas de miles de soldados y contratistas, que siguen muriendo y matando, muchas veces a inocentes que nada tienen que ver con la guerra.

Lejos de haber acabado con esas guerras, comenzó otra contra Libia, que terminó con el asesinato del líder de aquel país Muammar el Gadafi.

Está tratando de aplicar la misma receta contra Siria, lo que no ha podido por la resistencia de Rusia y China en el Consejo de Seguridad, pero ha apoyado la entrega de armas y entrenamiento a grupos que han penetrado en ese país para desestabilizarlo y derrocar al gobierno de Bashar al Asad, lo que ha provocado una matanza innecesaria, sobre todo de civiles.

El apoyo a Israel en un eventual ataque contra Irán es otra guerra en perspectiva, que podría tener catastróficas consecuencias.

Sobre el planeta en peligro, nada se ha hecho. Ni se suscribió el protocolo de Kyoto, ni se ha llegado a ningún acuerdo para la reducción de la contaminación de la atmósfera.

Y por último, acerca de la crisis económica, el manejo no podría ser peor. Se han dedicado cientos de miles de millones de dólares a salvar bancos y grandes empresas y no se les dio apoyo a los millones de norteamericanos que perdieron sus casas y sus empleos.

Si todo ese dinero, mas el que se ha estado gastando en guerras se invirtiera en crear puestos de trabajo y se aplicara una política más racional con el resto del mundo, tal vez la crisis no se hubiera convertido en lo que es hoy: un cáncer incurable

Hoy se habla de fabricar nuevas armas de guerra, como los drones nucleares, que pueden volar meses sin reabastecerse y atacar en cualquier oscuro rincón del mundo.

Es la guerra permanente que se propone quien ostenta, desde el principio de su mandato, el Premio nobel de la Paz.

Las consecuencias las sufre el pueblo norteamericano y también otros pueblos del mundo. Cada día me convenzo más de que yo tenía razón cuando escribí aquel pequeño comentario.