Mi experiencia de ser robada en Cuba

HAVANA TIMES — Emma Scopes ha pedido que comparta, con los lectores de HT, su experiencia de ser robada en Cuba. El evento potencialmente peligroso, junto a la pérdida de pertenencias personales, tuvo un final feliz.

“Viajé a Cuba en diciembre de 2013 como parte de un grupo organizado para recorrer la isla por dos semanas. Por desgracia durante mi primer día en La Habana, mientras caminaba por el paseo del Prado en La Habana Vieja, un ladrón arrebató mi bolsa de mano.

“De repente me sentí arrastrada al suelo, comprendí enseguida de qué se trataba y me aferré con todas mis fuerzas a mi bolso. Durante unos segundos, que parecieron una eternidad, forcejeamos; yo desde el piso, él desde arriba, el bolso en las manos de ambos.  Al final sus brazos fueron más fuertes y se llevó mi bolso.

“Sin embargo, algo que ocurrió a continuación me hizo dejar de ver negativamente lo sucedido.

“Dos hombres que habían visto todo corrieron tras el agresor. Mientras, otros personas vinieron hacía mí a mostrar su apoyo y comprobar si estaba bien.

“En menos de 3 minutos estaba rodeada por casi 50 personas (todos cubanos), con muestras de preocupación. Incluso una señora se me acercó para darme un abrazo.

“Afortunadamente la policía pudo atrapar al hombre que tomó mi bolso y devolver mis pertenencias. Cuando los agentes regresaron con el agresor esposado, la multitud reunida parecía a punto de linchar al hombre.

“No podía haber pedido más apoyo en ese momento y realmente me sentí abrumada con el amor y la preocupación de la gente que presenciaron este evento. La eficiencia de la policía también fue verdaderamente asombrosa.

“Me gustaría utilizar este foro para llegar a la policía y la gente del lugar que me auxiliaron y darles las gracias desde el fondo de mi corazón. El espíritu comunitario mostrado por todos los involucrados fue fantástico, no podría haber pedido más apoyo, me quedé impresionada por todo esto.

“Así que un enorme “gracias” a la policía y para la multitud que se formó alrededor de mí, sobre todo a las personas que persiguieron y atraparon finalmente al ladrón; y para la mujer que me dio el oportuno abrazo. Los aplausos cuando la policía me presentó el agresor capturado decía todo”.